Alas más cortas…

cayet Entre paréntesis….Cayetano Llobet T.

En vísperas de contar con dos superaviones de lujo, Evo Morales ha perdido autonomía de vuelo. Sus declaraciones en la Cumbre Mundial  -lo único comentado internacionalmente- lo obligan a revisar su ya famosa “dimensión planetaria”. Para comenzar, allí donde vaya, se va a encontrar con legión de periodistas  -ya de por sí malditos y parte de una raza que él odia especialmente- ansiosos por preguntarle, ya no sobre el imperialismo, la muerte del capitalismo, los crímenes del FMI, sino sobre la homosexualidad, la calvicie, los pollos y la Coca-Cola. Para colmo, se va a encontrar con muchas manifestaciones de homosexuales, gays, transexuales y liberales, que le van a gritar cosas no muy gratas, ni siquiera para oídos curtidos en lides sindicales.

La incontinencia verbal conduce muy fácilmente a despeñaderos. Y si el protagonista es famoso  -algo que nadie le discute a Evo-, los despeñaderos se vuelven precipicios.  Y de un salto, en un acto casi mágico, se puede pasar del clásico discurso ONG alimentado, amado y sostenido por los europeos  -“primer indígena en llegar a un gobierno”, “símbolo de las reivindicaciones milenarias”, “líder del nuevo proceso de descolonización de los pueblos”, “anticipación de la nueva era de igualdad y solidaridad”, “autor y conductor del nuevo socialismo comunitario”, “luz que ilumina el continente”, etc., etc.-, a constituirse en una figura objeto de burla mediática internacional. La misma visión que se tenía o se tiene de muchos líderes africanos: de ellos no se comentan políticas… se cuentan anécdotas.



Pero, además, le sucede precisamente en el momento en el que sus referentes políticos están en bajada. Primero, porque gracias a un albañil cubano inmolado en una cárcel del régimen castrista, Cuba, que se había beneficiado de una suerte de silencio entre discreto y cómplice de la comunidad internacional, vuelve a los titulares como la dictadura violatoria de derechos humanos, de prisiones políticas, de silencio obligado de prensa y organizaciones. Por si fuera poco, el propio Raúl Castro tiene que admitir que la situación de la Isla es insostenible económicamente, es decir que cincuenta años de socialismo no condujeron a ningún paraíso, sino a un cuadro de miseria colectiva. Venezuela se queda como “modelo”, ¡y vaya modelo! Muchos tanques, muchos aviones, muchos fusiles, más discursos que tanques, aviones y fusiles… ¡y una provisión formidable de baterías de linterna para ir al wáter!

Cuando iba a Europa recibía el trato no sólo respetuoso, sino admirativo por parte de dignatarios y personalidades. Ni qué decir de la prensa que encontraba en su chompa y su cierta timidez, la imagen del  indio ejemplar y austero. Hoy, los europeos, sólo están ocupados en salvar su propio capitalismo y les importa un comino las condenas retóricas que se hacen de él. La radicalización del discurso de Chávez y, en consecuencia, del discurso  de Evo, lo hace poco creíble. Los últimos descubrimientos de Evo sobre hábitos alimenticios, “desviaciones” sexuales, causas de la calvicie y destape de inodoros, lo hacen caricatural. Desde luego, para muchos gobiernos padrinos de ONG, deja de ser una mercancía interesante: menos europeos –mochileros intelectuales con credencial de consultores- tendrán trabajo vendiendo la figura del “indio bueno”.

A los pollos de granja no les cortan las alas. Se lo hace en el campo, a los pollos criollos para que no vuelen lejos… Alguno, con complejo de águila, se las cortó solo.