Para analistas el Ministerio de Gobierno es el talón de Aquiles de Evo

sacha La elección y el desempeño de los titulares en el Ministerio de Gobierno se constituyeron en una debilidad estructural durante los cinco años de gobierno del presidente Evo Morales y la causa de decisiones polémicas que tuvieron desenlaces violentos al momento de resolver la conflictividad social en el proceso de implementación del “proceso de cambio”, según analistas políticos.

Tras que el Ministro de Gobierno, Sacha Llorenti, y su Viceministro de Régimen Interior, Gustavo Torrico, comparecieran ante la Comisión de Defensa y Fuerzas Armadas, varios analistas coincidieron en que los encargados de esa cartera de Estado por Morales carecieron de competencias y vocación para manejar la seguridad de Estado en tiempo de paz.

Para el escritor Emilio Martínez la forma de llevar el área de Régimen Interior que eligió el MAS corresponde a un gobierno de facto antes que a uno democrático y para el politólogo Marcelo Varnoux el MAS no tiene una línea de gestión de conflictos sociales. Mientras que para el analista Erick Fajardo “radicales y fierreros” fueron elegidos para administrar un área neurálgica en la relación gobierno-ciudadanía. Por lo tanto coincidieron en señalar que el talón de Aquiles del gobierno de Evo Morales es el Ministerio de Gobierno.



Para el autor de “Ciudadano X”, en democracia la resolución de conflictos debe procesarse mediante diálogo y no represión, pero el gobierno de Evo Morales reincidió en las mismas prácticas de anteriores administraciones, apelando al uso desmedido de fuerza de Estado para resolver problemas sociales.

“Los principales hitos de conflictividad social, y su siempre trágico desenlace, son resultado de la forma de administrar el conflicto que adoptó el gobierno de Morales, identificando las demandas sociales como brotes de desestabilización y aplicando la represión de Estado”, dijo.

“Los ministros de gobierno nombrados por Morales, como Alicia Muñoz, Alfredo Rada y Sacha Llorenti, tienen responsabilidad por acción u omisión en las muertes de Huanuni, Cochabamba, Arani, Villamontes, La Calancha, Porvenir y Caranavi; una lista demasiado larga para ser pasada por alto”, explicó.

Para Erick Fajardo, en la lógica de poder del MAS no existe una cultura institucional, ni una cultura política de paz, dado que el conflicto es su método de hacer política.

“Una relación equilibrada entre Estado y sociedad civil está definida por la manera en que un gobierno decide manjar los conflictos y por la gente que escoge para esa responsabilidad y, si partimos de que siempre se busca atender y resolver las demandas sociales sin represión, creo que las elecciones del presidente Morales fueron pésimas”, explicó.

Aseguró que la “refundación” no pasó de ser una reforma, pero el ala radical del MAS insiste en definirla como una “revolución” y en esa lógica usa a Régimen Interior en la lógica de aparato de represión estatal.

“El gobierno ha definido que existe un frente interno o “enemigo interno” y a partir de esa premisa convirtió al área de Interior en un “ministerio de guerra” y al viceministerio de Régimen Interior en un “servicio secreto”, a cargo de grupos paraestatales y espionaje”, agregó.

“No hay gestión de conflictos”

Para el presidente de la Asociación Boliviana de Ciencia Política, Marcelo Varnoux Garay, hay dos ámbitos de actuación del actual gobierno: La gestión de gobierno y la gestión política.

“Creo que la gestión política, todos estos procesos (referendos, elecciones) que se han dado desde el 2006 y los conflictos con las regiones, el gobierno los ha administrado bastante bien, para impulsar y concretar su proceso de cambio”, explicó.

“Pero por poner énfasis en lo político ha descuidado la gestión pública de manera dramática. Toda la estructura del gobierno sirve para sustentar la línea discursiva de Morales y así no hay una línea de gestión pública que lo pueda distinguir de otros gobiernos de manera exitosa”, agregó.

Para Varnoux, la ventaja del MAS en estos cuatro años, hasta las elecciones de abril, es que tuvo una oposición cívica y regional que de alguna manera justificaba sus excesos políticos, ocultando y disimulado su deficiencia en gestión pública.

“Uno de esas deficiencias es el manejo de conflictos. Lo ocurrido en Caranavi desnudó que el gobierno no tiene una línea de gestión de conflictos sociales desde el punto de vista democrático, es decir que sus métodos no se diferencian en nada de los de Sánchez de Lozada”, aseguró.

“Se ve el mismo uso abusivo de la fuerza, la coerción, aprehensiones forzadas, arbitrariedades, todo porque no tienen capacidad de enfrentar en términos ideológicos estos conflictos que son muy comunes, que han ocurrido siempre y que marcan la dinámica de la historia del país”, añadió.

“Hemos retrocedido del concepto de prevención del conflicto al de prevalencia del gobierno por la vía del aplastamiento del enemigo interno, es decir que hemos retrocedido cincuenta años en el manejo de la seguridad de estado”, aseguró.

“Un hecho insólito es que el Gobierno negocie con quienes ajusticiaron a los policías para que les entreguen los cuerpos, eso en ninguna parte del mundo se ha dado y eso es insólito y cruel”, concluyó.

Ministros de Gobierno de Evo

Alicia Muñoz Alá (2006-2007). Ex militante del Partido Comunista (PCB). Estuvo a cargo del conflicto de Yungas de Vandiola donde la Fuerza de Tarea Conjunta disparó contra cocaleros de línea no oficialista en tareas de erradicación provocando tres muertos.

Dejó el cargo tras el conflicto de “enero negro” de 2007 en Cochabamba, donde destituyó, sin reemplazo, al Comandante Departamental de Policía (8 de enero), permitiendo que sindicatos de cocaleros incendiaran la Prefectura de Cochabamba y en los días sucesivos se enfrentaran violentamente con grupos citadinos produciendo tres muertes y cientos de heridos. Fue imputada por el Fiscal General de la Nación junto a otras autoridades de ese tiempo.

Fue su viceministro de Régimen Interior el ex militante de la izquierda radical Rafael Puente Calvo, acusado de haber permitido la fuga del país de los supuestos asesinos de Cecilia Cubas, hija del ex Presidente de Paraguay.

Alfredo Rada (2007-2009). Ex dirigente universitario de línea trotskista. Estuvo a cargo de la represión en La Calancha, durante la Asamblea Constituyente, con saldo de tres civiles muertos y del bullado operativo hotel Las Américas, donde un grupo especial de seguridad no identificado cobró la vida de tres extranjeros acusados de terrorismo.

El MAS lo responsabilizó por la no detención del líder de la fuerza opositora PPB-CN, Manfred Reyes Villa, antes que dejara el país en diciembre de 2009.

Sacha Llorenti (2010). Ex presidente de la Asamblea Permanente de Derechos Humanos en Bolivia y ex viceministro de Coordinación con los Movimientos Sociales. Estuvo a cargo del conflicto de Caranavi y asumió responsabilidad por haber ordenado ejecutar el operativo de intervención, en esa población se registraron dos muertos.

ANF