Para partidos políticos en EEUU, es tiempo de cambiar

Democratas-Republicanos-logo-370x270 Desde que los partidos políticos existen en Estados Unidos, su misión ha sido acumular poder al reclutar candidatos, recolectar dinero y difundir un mensaje. Son como un duopolio, controlado por demócratas y republicanos, que elige gente y controla el mercado desde hace un siglo y medio.

Sin embargo, una cadena de fenómenos está cambiando las cosas en los últimos años: desde el crecimiento de la internet como herramienta de activismo y una decisión de la Corte Suprema sobre el financiamiento de los partidos hasta la actual furia generalizada de los votantes hacia sus elegidos.

Los dos grandes partidos parecen acercarse ahora a una encrucijada: adaptarse a la nueva era o ver cómo disminuye su influencia. Los resultados de las elecciones internas partidistas la semana pasada mostraron la amenaza que enfrentan.



En Kentucky, el nuevo movimiento conservador Tea Party apoyó a un candidato novato, Rand Paul, que venció por la candidatura senatorial republicana al favorito del líder del partido en el Senado, Mitch McConnell, que representa a ese estado.

En Arkansas, los sindicatos se distanciaron del presidente Barack Obama y el Partido Demócrata para apoyar a un candidato que obligó a la senadora Blanche Lincoln a un desempate.

En Pensilvania, los votantes demócratas rechazaron al senador Arlen Specter -hoy demócrata, ex republicano-, ayudado por Obama y reelegido cuatro veces. Eligieron en su lugar a un congresista menos conocido que desoyó los llamados de la Casa Blanca a abandonar su campaña.

A fines de 2009, los residentes republicanos fueron en contra del candidato del partido en una elección especial en el estado de Nueva York y votaron por un independiente, sin importar que al hacerlo le dieran la victoria a los demócratas.

"La gente decidió que no necesita a estos grandes controladores centrales que toman las decisiones por ella", dijo el estratega republicano Alex Castellanos. "Lo mismo está pasando en todas las instituciones. Es un mundo de abajo hacia arriba, ya no es de arriba hacia abajo y la gente tiene poder para deshacerse de los mediadores".

"Los dos partidos necesitan darse cuenta de que la gente que no siente que su voz se escucha ni que sus preocupaciones reciben respuesta. Ahora tiene la capacidad y la motivación de organizarse por su cuenta", dijo la ex vocera de los demócratas Karen Finney.

"Por lo tanto, los partidos deben repensar cómo se conectan con sus simpatizantes y cómo los involucran. Así es, en parte, como lograrán seguir siendo relevantes", agregó.

Varios factores empujan hacia nuevas maneras de hacer política:

– Hace poco, la Corte Suprema dejó abierta la puerta para que compañías y sindicatos puedan hacer campaña a favor o en contra de candidatos, lo que disminuye el control de los mensajes electorales del que gozaban los partidos.

– Los candidatos han generado sus propias bases de apoyo, a través de las redes sociales en internet y otros métodos. El presidente Obama construyó así su coalición ganadora en 2008.

– Numerosas comunidades en la red reclutan candidatos por su cuenta y los apoyan en sus campañas.

La pregunta es si esto significará un realineamiento histórico del sistema político estadounidense. La historia muestra que es posible, pero poco probable.

"Los partidos siempre encontraron la manera de mantenerse relevantes", dijo John Aldrich, politólogo de la Universidad Duke. "Hay cierta dispersión del poder y es posible que haya lugar para un tercer y hasta cuarto partido, pero no hemos logrado cambiar quiénes son los dos partidos desde 1860".

Sin importar cómo se verá el paisaje político del futuro próximo, no hay dudas de que contendrá muchas voces que dirán muchas cosas distintas. El desafío para los partidos es cómo incorporarlas y al mismo tiempo mantener su papel central en el nuevo orden social que representa la política del siglo XXI.

AP