El retorno del «chacal»

Es el nuevo «señor de las fronteras» y ante él deberán responder desde los militares hasta los narcos y los contrabandistas. Con su permiso todo, sin su permiso nada.

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Juan Ramón Quintana, asumió el 4 de junio como Director Ejecutivo de la Agencia para el Desarrollo de Macro Regiones y Zonas Fronterizas (ADEMAF).(foto Abi)



Para cualquiera que no conozca el peculiar estilo de “gobernar” de Evo Morales podría resultar una broma y de esas de muy mal gusto. Resulta que Juan “Camión” Quintana fue designado “director general ejecutivo de la Agencia para el Desarrollo de Macro Regiones y Zonas Fronterizas” y si nos atenemos a ese adagio que dice que las funciones específicas son inversamente proporcionales al largo del nombre del cargo, deducimos que el ex ministro de la Presidencia, no tendrá mucho que hacer, excepto, de eso si sabe, autorizar el libre tránsito del contrabando ¿selectivo?.

Es evidente que a Juan “Camión” una peguita no le faltaría en este gobierno pero también hay que reconocer que en los anteriores también supo ubicarse muy bien aunque ha mostrado que el agradecimiento o la lealtad no se encuentran entre sus virtudes.

En primer lugar se debe destacar que el gobierno, dentro de su “política de austeridad” este creando de manera permanente cargos y entidades para satisfacer la angurria de los masistas que quieren su parte de la torta y la quieren cada vez más grande.

Resulta también muy encomiable que se busque el desarrollo de las fronteras que han sido condenadas al atraso y a la pobreza. Sin embargo, es claro que Evo Morales no ha elegido a la persona más adecuada y a las pruebas nos remitimos.

Todos recuerdan el caso de los 33 camiones cargados de contrabando, cuyo tránsito por el territorio pandino, fue autorizado por Quintana, según dijo en aquella oportunidad, para evitar un problema social.

Existen también pruebas que dan cuenta que sostuvo reuniones en el mismo palacio de Gobierno con representantes de los contrabandistas y son de antología aquellas afirmaciones que hizo indicando que solo se había autorizado el tránsito de 18 camiones y que los propietarios de los camiones y de la mercadería ilegal, eran unos «abusivos» porque se excedieron y abusaron de su buena fe.

Este asunto no fue denunciado por la oposición, que hasta ahora sigue papando moscas, sino por una persona muy cercana a Quintana, como lo fue el ex director de la Aduana, César López, con quien ahora ni se saludan por esas vueltas que tiene la vida. Sin embargo Evo Morales asumió el papel de juez y lo absolvió de culpa y el asunto quedó en nada. Para nadie es desconocido que Puerto Evo en Pando se ha convertido en el centro del contrabando de y hacia Brasil y no solo de mercaderías sino también de drogas.

No resulta exagerada la versión de que fue Quintana quien desencadenó los hechos de El Porvenir con el único propósito de tener un pretexto para asumir el control de Pando y poder realizar sus actividades sin miradas incómodas como en realidad lo está haciendo desde septiembre de 2008.

Ya nos hemos referido en muchas ocasiones al pasado de Quintana, de su capacidad de adulación y su envidiable don de ubicuidad que lo llevó a ser una persona de absoluta confianza de Yolanda Prada, la esposa de Hugo Banzer, lo que le permitió permanecer durante años en el Ministerio de Defensa, como brazo derecho del fallecido Fernando Kieffer, otro de sus protectores, pero a quién dejo que pereciera en la cárcel mientras él ya gozaba de los mieles del poder como ministro de la Presidencia.

Sus ex camaradas en el Ejército, los cuales ya deben estar con el grado de coroneles, lo recuerdan como una persona que en los pocos destinos militares que cumplió, no se hacía muchos problemas por inmiscuirse en actividades no muy limpias si de por medio había un «negocio».

En suma, su nombramiento al mando de la convenientemente inventada Agencia para el Desarrollo de las Macro Regiones y Zonas Fronterizas (ADEMAF), equivale a entregarle las vidas y haciendas de los departamentos del país y de la estratégica región del norte amazónico, por donde se sabe fluye el contrabando y el narcotráfico. Quintana donde ponga el pie ejercerá no solo el control económico sino también político.

Se trata de una pésima señal del gobierno de Evo que muestra a las claras la inversión de valores que sufre Bolivia; pues resulta que ahora un siniestro personaje amante de la manipulación, la guerra sucia y la confrontación es ascendido a dueño y señor de las fronteras y ante él deberán responder los militares, los empresarios y también los narcos y los contrabandistas. Con su permiso todo, sin su permiso nada: el negocio esta servido.

Quintana es el referente de la cara oscura del llamado proceso de cambio; el lobo ha vuelto para cuidar las ovejas.