Hugo Celso Felipe Mansilla | Filósofo y cientista político. «El de Morales no es un Gobierno de indios»

«..éste es un Gobierno de los que hablan a nombre de los indios. Es un gobierno de blancos y mestizos con algunos indios en posiciones visibles».

image Política. Mansilla en un tiempo quería ser Presidente, pero se dio cuenta de que tenía un estómago ultrasensible como para incursionar en la política



Roberto Navia y Tuffi Aré, El Deber

El intelectual visitó Santa Cruz gracias al esfuerzo de la editorial El País, que editó cinco de sus mejores obras literarias. Habló con EL DEBER y desnudó un análisis que permite saber su visión sobre Evo, las élites, los partidos políticos y el hecho de no ser izquierdista

H.C.F. Mansilla, el filósofo, el cientista político, el autor de 30 obras literarias, el intelectual ‘desempleado’ por no adorar la izquierda en tiempos en que no hacerlo es un ‘pecado’ en el país, desenfundó sus pensamientos en una entrevista en la que no guardó ni sus peores momentos. La Editorial El País lo trajo a Santa Cruz de la Sierra y EL DEBER conversó con él sobre ideologías, del poder y del pasado, ése que, según Mansilla, tiene tanta similitud con el momento actual.

– ¿La realidad que vive el país es novedosa o se ha repetido el mismo ciclo antes?

– En el caso de la historia boliviana estamos reiterándola, eso sí, con un envoltorio totalmente moderno e inusual. Se están repitiendo algunos elementos que ya se vieron antes.  Por ejemplo, en 1952 el MNR estableció un régimen que en ese momento era de izquierda, hizo notables reformas, pero tenía dos elementos muy similares a los de ahora: la manipulación de las masas ingenuas y también la construcción de una nueva élite que resulta tan egoísta, oportunista y en el fondo poco innovadora.

  – El Gobierno no reconoce ese alcance revolucionario del 52 y plantea una refundación del Estado…

– Éste es un Gobierno que reproduce las rutinas más convencionales del país.

– Hay quienes dicen que la imagen de Evo en el exterior es casi comparable con la del Che, ¿está de acuerdo?

– En Europa hay un sentimiento colectivo de culpa por la responsabilidad de los males del capitalismo y del colonialismo. La gente de prensa tiene ideas romántico-izquierdistas. Yo creo que estos señores producen lo que se llama una contradicción ‘preformativa’ en el desempeño de sus actividades. Tienen una visión edulcorada del Che Guevara. Piensan que Evo Morales, por ser indígena, es el portavoz de los grandes intereses populares. Toda esta gente de ideas románticas tiene sus cuentas corrientes en países capitalistas, sus derechos jubilatorios bien establecidos, sus pequeñas propiedades bien seguras y no aceptarían en su propio país estas prácticas muy inseguras de la dilución del Estado de derecho. Esto es un fenómeno que ya se mencionó en un debate que tuvo lugar hace 30 años entre Günter Grass, Premio Nobel de Literatura alemán, y Mario Vargas Llosa. Recuerdo que el escritor peruano dijo que estos izquierdistas propugnan para el tercer mundo un sistema poco democrático, autoritario y paternalista que no aceptarían para su propio país porque entonces lo verían como poco democrático. Son en el fondo unos hipócritas que tienen un olímpico desprecio por estos países del tercer mundo.

¿El de Evo es un Gobierno de indios?

– Perdón, éste no es un Gobierno de indios, éste es un Gobierno de los que hablan a nombre de los indios. Es un gobierno de blancos y mestizos con algunos indios en posiciones visibles.

¿Evo es un indio?

– Obviamente, pero aparte de él, éste es un Gobierno muy típico del país. Si usted ve el gabinete, a los viceministros, a los directores de los ministerios, muchos de ellos han sido colaboradores en los regímenes anteriores. Creo que por eso, a mi edad, uno ve más las continuidades y yo creo, puedo equivocarme, que este Gobierno es en el fondo conservador en el sentido de mantener rutinas pasadas.

¿Está de acuerdo con que se lo llame el Gobierno de los movimientos sociales?

– Es el Gobierno de aquéllos que hablan a nombre de los movimientos sociales. Hace 2.000 años, un emperador romano comentó que en el fondo lo que quería la élite de la entonces izquierda eran dinero, poder y prestigio.

¿Lo mismo buscan ahora?

– De alguna manera, sí.

¿Se puede gestar un partido único en Bolivia a partir de la estructura del MAS?

– Yo creo que sí. El Gobierno, en el sentido práctico operativo, es muy hábil. Creo que va a mantener el aparato pluralista, sobre todo para la opinión pública externa, para los donantes de fondos que no son despreciables, porque a escala mundial ya no van los regímenes autoritarios. Van a ser como Nicaragua, la piñata, o sea, la clase dirigente en nombre de los pobres y desposeídos del país se reparte las propiedades, los honores, los empleos.

¿El MAS es un partido?

– No, es un movimiento.

– ¿Qué le falta?

– Estructura interna, democracia al interior del partido, una ideología clara, un liderazgo que vaya a formarse de abajo hacia arriba y no al revés. Es un partido clásico caudillista a la mejor tradición boliviana.

– Pero también es cierto que los anteriores gobiernos no están libres de pecado…

– Lo que yo digo simplemente es que lo actual no es tan bueno como ellos (del Gobierno) creen y que lo anterior no era tan malo. Nada más. Es poner la cosa en una perspectiva más sobria.

– ¿Hay un sistema de partidos en Bolivia?

– Totalmente destruido. Exactamente lo que ha pasado en Ecuador, Nicaragua y Venezuela. Han sido élites políticas excepcionalmente corruptas, en el plano ético, e ineficiente en el campo técnico y administrativo.

– ¿Cuál es el riesgo de que no haya un sistema de partidos?

– Vamos a repetir estas rutinas populistas.

¿Qué debe hacer la oposición?

– Organizarse con buenos cuadros, con ideologías más o menos aceptables, programas serios, un intento de penetración tanto horizontal como vertical. Es decir, construir un sistema serio de partidos y eso se consigue solamente con el tiempo, con la educación.

¿Qué le dice la intención del Gobierno de quedarse muchos años en el poder?

– Es el deseo de ellos. Eso no es viable porque Bolivia es un país muy inestable. Es imposible hacer predicciones, pero no creo que dure tres o cuatro periodos más.

– ¿A qué se atribuye el poder de seducción que todavía tiene Evo en Bolivia?

– A su origen indígena. Él habla de una manera más o menos creíble por los explotados de los últimos 500 años. El otro factor es un mérito que no es de él:  es que los otros (anteriores gobiernos) lo han hecho muy mal. Mi impresión es también que periodistas internacionales, observadores y cientistas sociales del exterior son terriblemente superficiales, se dejan deslumbrar por los oropeles del régimen. En el campo de las relaciones públicas y el manejo de imagen no hay duda de que el régimen realizó muy buenos avances, lo que también hizo el régimen de Hitler.

¿Después de Evo ve alguna alternativa de sucesión?

– Todavía nada, no veo ninguna alternativa, ni dentro del MAS. La sucesión no está clara.

– ¿A los partidos los destruyeron o se autoeliminaron?

– En gran parte se autodestruyeron. Es difícil imaginarse partidos tan ineficaces, corruptos, faltos de ideas y llenos de frivolidad, como el MIR, por ejemplo, al que yo lo llamaría el movimiento de la inconstancia reiterativa. ADN y Podemos son lo mismo. Es difícil encontrar una mediocridad más grande. Los que ahora gobiernan no necesariamente son mejores, sino por el hecho de ser un poquito diferentes a la oposición ya tienen ganada la mitad de la partida, o sea, un apoyo popular.

¿Cuánto puede debilitar a Evo un cambio de contexto en los países de la región?

– Yo creo que algo lo debilitaría y lo volvería mucho más cuidadoso. Lo obligaría a aceptar el propio Estado de derecho, ser más afecto a las leyes que con todo gusto las pisotea o las evita cuando quiere.

¿Cuál es su visión de la tormentosa relación del Gobierno y las regiones del oriente?

– Creo que todo sistema de descentralización tiende a socavar un poquito a un poder altamente centralizado. Pero al mismo tiempo, como son ideologías diferentes, es la única oposición real que existe al Gobierno y por lo tanto es el escollo, la piedra en el zapato, lo desagradable. Creo que el Gobierno central siempre va a ver con malos ojos las autonomías regionales.

¿Las élites cayeron en desgracia con Evo Morales?

– Algo. Pero estas mismas élites, lo que es normal, buscan un acomodo con el Gobierno para salvar algo. 

¿Cuál debe ser la actitud de la élite política y económica cruceña frente al Gobierno?

– Soy muy malo para dar consejos. Pero diría que habría que caminar siempre frente al Estado de derecho y de lo que permiten las leyes. Segundo, restablecer el valor de un partido, del pluralismo ideológico y de la economía del mercado, pero de forma seria. Estas tareas duran mucho.

¿Cuál ha sido el principal error de las élites?

– El poco interés por la democratización y el Estado de derecho, porque cuando han podido siempre se han aliado a golpes de estado, de forma instrumental, no quiere decir que los hayan apoyado desde el fondo de su corazón. Eso a corto plazo tiene su ventaja, pero no a largo plazo.

¿Es posible trasladar el poder político a Santa Cruz?

– Es posible a largo plazo. La economía arrastra a todo el aparato cultural y administrativo del país. Puede que ocurra o que se llegue a un compromiso intermedio, es decir, llevar el poder político a ciudades que no son económicamente las más importantes.

– Pero el tema de la capitalía, no dejaron que se discuta.

– Yo tengo el presentimiento de que ahí los cruceños exageraron un poco. Que vieron la capitalía como un factor instrumental para fregar la Asamblea Constituyente.

¿Por qué cree que el MAS creció en el oriente?

– Creo que el MAS aprovechó un sentimiento de protesta de sectores no bien ubicados económicamente contra las élites tradicionales. Si bien estas élites tampoco son ángeles, veo que el Gobierno se aprovecha de sus errores. Si hubiesen cometido menos errores, el avance del MAS habría sido menor.

¿Hay espacio ahora para la emergencia de una derecha?

– Sí. Hay muchos sectores que no se sienten representados por el MAS. Hay espacio, lo que falta es la manera adecuada de organizar a esas masas. No hay un líder nacional que canalice esas emociones. No hay, por ejemplo, un señor Piñera aquí.

– ¿No será que están esperando un desgaste de Evo para aparecer?

– Puede ser, porque esas cosas aparecen inesperadamente. Es imposible de predecir.

¿No se puede hablar de cadáveres políticos todavía?

– No. Pueden resucitar. Como Perón resucitó varias veces.

– Hablemos de usted, ¿a qué se dedica actualmente?

– Como no soy de la izquierda de ningún tipo, tampoco soy derechista, me considero una persona independiente,   y aunque mi padre fue varias veces rector de la Universidad de San Andrés de La Paz, yo nunca pude ser hasta el día de hoy catedrático titular en una universidad boliviana.

– ¿Por qué?

– Porque no soy de izquierda. No comulgo con esas ideas. No pertenezco a esos círculos, a esas roscas.

– ¿Lo han excluido?

– Sí.

– ¿En la universidad privada no tuvo la posibilidad de enseñar?

– Mi impresión es que las universidades privadas en Bolivia son muy comerciales, lo que es normal. Se dedican a cuestiones que dan dinero. La filosofía y las ciencias políticas no reditúan un cobre ni atraen a mucha gente.

– ¿Su sueño fue participar de la política?

– Sí, una tía muy querida me dijo: hijito, los que estudian ciencias políticas son políticos impedidos, que no te pase eso. Además me dijo otra cosa: estás estudiando huevadas. ¿Cómo vas a estudiar Ciencias Políticas? Aquí eso lo tenemos en la sangre. Tú deberías estudiar algo práctico, como Administración de Empresas y como hobby te dedicas a la política, como lo hacen todos.

– ¿Usted llegó a vivir del pensamiento?

– Muy precariamente.

– ¿Aconseja que otros lo hagan?

– Que estudien nomás cosas prácticas. Odontología. No conozco a dentistas desempleados.

– La sociedad necesita luces.

– Todas necesitan. Pero no reconocen materialmente.

– ¿Le interesa la asesoría política?

– Sí, pero a los políticos no les interesa.

– ¿Vive de las utilidades de sus libros?

No, (risas). Yo vivo  reemplazando a profesores en la universidad Mayor de San Andrés, y de algunas invitaciones. Hasta 2007 vivía más o menos bien dando clases durante seis semanas en la universidad de Zurich. Eso hice durante diez años y era suficiente para vivir bien.

– ¿Cuántos libros publicó?

– Unos 30, 11 en Alemania. Los más importantes fueron publicados por Ricardo Serrano, como por ejemplo: Mis diez mejores ensayos.