Frente a la expectativa que nos habíamos creado sobre la Autonomía, y al perder una buena cantidad de competencias y recursos, ya aprobados mayoritariamente en nuestros Estatutos, por supuesto que tiene que considerarse una derrota, la consumada con la promulgación de La Ley Marco de Autonomías.
Al igual que en toda batalla perdida, lo primero que se ve son los saldos a recuperar para la que sigue. Aquí hay algo que reconocer: hemos conseguido darle a Bolivia la cualidad de Estado Autonómico, hemos logrado que al resto de los departamentos nos den la razón y sean también Autonómicos, hemos logrado transformar Prefecturas en Gobernaciones y elegir a nuestras autoridades, y obtuvimos que nuestros Estatutos sean reconocidos en la nueva Constitución, y si bien se someterán al control constitucional, estará en nuestra habilidad, el aplicarlo apoyados en su presunción de constitucionalidad.
Ganamos, porque nuestra plataforma de lucha es mucho mas amplia al haber irradiado la autonomía al resto del país, por lo que ya tenemos aliados electos en todos los departamentos, los cuales están convencidos que nuestra visión siempre fue nacional. Esto permite, en lo posterior, una socialización por la necesidad de reformas a este proceso que recién comienza.
Ganamos, porque regionalmente tenemos una clase política opositora, sumisa a grupos de poder o logias, como quiera llamarse, totalmente derrotada, que tendrá que dar paso a nuevos actores con credibilidad. Una clase empresarial – política que demostró ser dañina a nuestra región, en esta era democrática, siempre preocupada mas por acomodarse sin perder el poder, que por convicción misma, claro ejemplo que siempre que avanzamos en descentralización era porque perdían poder central, del que siempre se favorecieron. Gracias a esa clase política – empresarial es que fuimos estigmatizados con varios calificativos y nos quieren hacer ver que estamos siendo perseguidos, aunque la verdad es que el común denominador entre los procesados por este gobierno es que sus actividades estuvieron al margen de la Ley, y aquí, entre nosotros, no había quien los censure, porque su poder tenia y tiene alcances dañinos, es hora que se vayan
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La ganancia de esta derrota esta en eso y muchas cosas mas, por eso que bien le va el viejo refrán que decían nuestros abuelos: “No hay mal que por bien no venga”.
*Resp. Provincias Santa Cruz – UN