En McAllen, una pequeña ciudad de del sur de Texas, se percibe el nuevo bullicio de la actividad comercial. Este pueblo fronterizo, tradicionalmente dedicado a la agricultura y a la exploración petrolera, empezó a despertarse de su vida rural tras la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) en la década de los años 90. Pero su reciente aceleración económica es el fruto del creciente influjo de capital mexicano de los últimos dos años.
El auge ha sido tal que el año pasado la revista Forbes nombró a McAllen como una de las mejores diez ciudades de EE.UU. para la recuperación de la recesión económica. Y los cinco kilómetros del puente sobre el Río Bravo que separan al poblado de la ciudad mexicana de Reynosa han sido testigos destacados del entusiasmo con que empresarios mexicanos han invertido en bienes raíces, comercio, la banca, manufactura y, sobre, todo los nuevos restaurantes aztecas que se pueden encontrar en prácticamente cada esquina de la ciudad.
En esta pequeña localidad se abre un promedio de dos nuevos establecimientos que sirven comida cada mes, afirmó Javier Martínez, del Centro de Apoyo Empresarial de McAllen. Unos 600 restaurantes ofrecen sus servicios a una población de 100.000 habitantes.
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Noticias: BBC.