Investigador. Olk siguió de cerca el proceso boliviano hacia la autonomía. Dice que es uno de los más innovadores y desafiantes de América Latina. 
Christian Olk
Iván Paredes – La Paz, La Razón
Bolivia encara una transformación en su estructura estatal instaurando un complejo régimen de autonomías departamentales, municipales, indígenas y regionales. Olk califica este proceso como uno de los más innovadores y desafiantes de América Latina y el mundo. La obra “La construcción del Estado autonómico” hace, precisamente, un recuento y análisis del proceso autonómico en Bolivia. La obra, auspiciada por instituciones como la alemana GTZ, será presentada hoy.
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— ¿Cómo ve el proceso autonómico en Bolivia?
— Bolivia está en el inicio de un enorme desafío autonómico. Ya se cimentó las bases normativas y eso es importante, pero ahora habrá que ver cómo se maneja la gestión pública.
— ¿Las diferencias políticas e ideológicas pueden trabar el proceso de descentralización?
— Siempre habrá posiciones diferentes en la implementación de las autonomías, pero vimos que existe predisposición para aplicarlas en todas las regiones. Acá tiene que predominar el diálogo y la concertación para llevar adelante este proceso.
— ¿Qué otro factor puede perjudicar este proceso?
— Como punto de partida estamos en una situación de distribución inequitativa de recursos que no facilitan la construcción del proceso de diálogo sobre el tema del pacto fiscal. Repito, el diálogo es el componente básico para iniciar este trabajo.
— ¿A qué se refiere con distribución inequitativa?
— Sobre la distribución inequitativa me refiero más a los ingresos horizontales que perciben las diferentes entidades, por ejemplo, lo que recibe cada entidad del Impuesto Directo a los Hidrocarburos (IDH). Estos recursos se otorgan a municipios y departamentos en montos diferentes y eso provoca inequidades entre ambos niveles.
— ¿Todas las entidades deberían recibir la misma cantidad de recursos?
— En muchos países que consolidaron un proceso autonómico, el Estado central y todas las entidades tienen las mismas condiciones de vida en todo el territorio nacional. Se establece transferencias económicas a las diferentes entidades y no existe una variación abismal económica entre diferentes regiones.
— Tocando el tema del pacto fiscal, ¿qué tan importante es este factor en este proceso?
— En el tema del pacto fiscal debería haber consensos entre los diversos actores políticos, porque este punto puede ser el que trabe o haga surgir la autonomía. Se debería verificar cuáles son las condiciones de vida en el país, ver qué niveles de ingreso se están generando y así entrar a un modelo fiscal más equilibrado entre las regiones y las entidades. En realidad, la Ley Marco de Autonomías propone el pacto fiscal como un proceso de diálogo y concertación con el Servicio Estatal de Autonomías.
— ¿Consolidar el modelo autonómico en Bolivia será a largo plazo?
— Consolidar el proceso autonómico será de largo aliento, sobre todo en la forma de autonomía que Bolivia está encarando; tiene cinco niveles de autonomía e ingresa a una complejidad sin precedentes. Estamos hablando de un proceso bastante largo y complejo, acá está el desafío competencial y el aplicar las transferencias que la Constitución Política del Estado manda.
— En el tema de las competencias, ¿existe alguna debilidad en la Ley Marco?
— El catálogo competencial ya está establecido en la Constitución Política del Estado, lo que no está es la relación de las competencias en sus diferentes facultades, por ejemplo, la administrativa, pero ahora ya está establecido en la Ley Marco de Autonomías.
— La oposición calificó como centralista a la Ley Marco. ¿Usted coincide en ese punto?
— La Ley Marco inicia un proceso de descentralización en una profundidad que no existe en otros países. Las bases están cimentadas para una descentralización profunda; si este proceso tiende a ser más centralista o más descentralista, depende del proceso de implementación. — ¿Los servicios autonómicos creados por ley son importantes en este proceso?
— Serán clave para la implementación autonómica, pero el Consejo Nacional de Autonomías tendrá solamente dos sesiones al año; si se verán los temas de complejidad que se van a presentar, es muy poco tiempo, no será suficiente. Habrá que pensar en una estructura que le dé continuidad a un nivel técnico. De todas formas, ahí es donde se ve un gran desafío próximo.