En la disyuntiva de estar reunido con los campesinos del departamento de La Paz que le piden una rectificación del rumbo de gobierno o darle un abrazo al presidente chileno en los actos del Bicentenario del país trasandino, Evo Morales no tuvo ninguna duda: era más importante estar en Santiago de Chile mientras que esos molestos campesinos “que hacen perder el tiempo”, como él mismo dijo, pueden esperar tranquilos. Así va el proceso de cambio, con un presidente que tal vez nunca habría llegado al gobierno de no ser por el movimiento de octubre de 2003 en contra de la exportación de gas natural a Chile, y que ahora opta por negociar justamente eso. Porque nadie puede llamarse a engaño. Lo que está en juego en el acercamiento de la “agenda de los 13 puntos” es ni más ni menos que la exportación de gas, para lo cual el gobierno ya ha ido lanzando varias señales preparatorias, y que tendrá como elemento facilitador la concesión de un acceso marítimo no soberano. Aquellos que se movilizaron en octubre y que pusieron los muertos, como los mismos campesinos que se quedaron “con los crespos hechos”, sólo fueron la escalera de acceso al poder. Lamentable.
Gobernador enojado
Rubén Costas se molestó cuando le pidieron que explicara su inasistencia a la inauguración de Expocruz y dijo, airado, que no tiene “por qué responder a algunos desubicados”. En otra, será mejor que se enoje con los atropellos del gobierno y no con la prensa, porque para eso están los funcionarios públicos: para rendirle cuentas a la població[email protected]