El espíritu de la Navidad

La verdad es que muy pocos, de la confesión religiosa que sea, creyentes o no creyentes se pueden sustraer de esa magia, de ese encanto que trae consigo la Navidad. Los espíritus se desarman y estamos más dispuestos a perdonar y olvidar las pasadas afrentas y nos mostramos más sensibles ante la dramática situación en que vive aún gran parte de nuestra población .

imageSin duda es una fiesta que nos predispone a la reflexión, que nos obliga a meditar sobre el porque de algunas cosas, a preguntarnos porque en algunas ocasiones nos alejamos del mensaje que nos trajo el Redentor que nació en un pesebre, rodeado de los humildes entre los humildes.

Pareciera que nuestra condición humana, no nos permite asimilar en toda su magnitud ese grandioso mensaje de paz, de hermandad, de solidaridad, de esperanza que nos trajo Cristo y por eso el espíritu navideño se diluye tan rápidamente como se apagan las luces de colores.



En el último tiempo hemos podido constatar que lamentablemente tanto el discurso como las acciones de nuestros gobernantes están guiadas más por la confrontación que por el mensaje de Cristo. Y no es que pretendamos que se proclamen cristianos, porque definitivamente no lo son. De lo que se trata es de que se imbuyan de valores que han sido asumidos en forma universal. Que destierren de sus personas la soberbia, la arrogancia, la vanidad.

La persecución (no puede ser calificada de otra forma) a la que están siendo sometidas decenas de personas por el solo hecho de disentir con el gobierno es una actitud que va en contra no solo de los ideales democráticos sino contra toda norma de convivencia humana.

Nos hablan de igualdad cuando los nuevos jerarcas se pasean en lujosos vehículos y dan vuelta la cara ante el poco edificante espectáculo de miles de niños que pasaron varias noches a la intemperie, bajo la lluvia y sufriendo el frío para recibir un pequeño juguete que les haga olvidar momentáneamente sus carencias cotidianas.

Sería muy bueno y recomendable que los actuales gobernantes se despojen, así sea momentáneamente de ese espíritu persecutorio y confrontador y mejor sería que lo hagan de forma permanente, aunque sabemos que esto es mucho pedir. Sin embargo siempre existe la esperanza de que un milagro surja en el corazón de las personas.