El Ministro de Hacienda y la cuenta en los restaurantes

Lorenzo Choquehuanca Müller

ARCE El ministro Arce vive en otro país, o por lo menos no vive en la misma Bolivia en la que vivimos los demás. No hace mucho le escuché decir que Bolivia había dejado de ser un país pobre y se había convertido en un "país de ingresos medios" y lo dijo tan tranquilo. Nadie le respondió nada. En el país de los pusilánimes, el bocón es el rey.

Hoy, en el programa de Amalia Pando en Red Erbol, el ministro Arce ha dicho lo siguiente: "en los últimos años, los bolivianos nos hemos acostumbrado a entrar a cualquier restaurante y a pedir cualquier plato sin preocuparnos del precio, no es cómo en el pasado, que antes de pedir los platos teníamos que hacer cuentas para ver si nos alcanzaba".



Impresionante. ¿De qué bolivianos estará hablando? ¿De todos los bolivianos o sólo de los que tienen una cartera ministerial? El ministro Arce comete el error de creer que su situación (seguramente sus ingresos se han multiplicado por 10 desde hace 5 años para acá) es la situación de todos los bolivianos. Me pregunto si esos niños que pasaron toda la noche bajo la lluvia para alcanzar a un juguete de 3 pesos que le regaló el padre Pérez, pueden entrar con sus padres a cualquier restaurante y hacer el pedido sin preocuparse por el precio, o esas señoras que van al mercado con 50 bs y ven que no les alcanza ni para empezar el mercado, ¿podrán ir despreocupadamente a almorzar? O esos desempleados que pululan por nuestras calles, o ese 30% de bolivianos que según el PNUD sufren de pobreza extrema, ¿sabrán lo que es un restaurante, y una carta y sentarse a pedir a que te traigan la comida?

Arce vive en un estado de extrema desubicación. Será porque él ha pasado de ser un gris burócrata que debía sumar el costo de los platos antes de hacer el pedido, a ser un exitoso (veremos si pasa la prueba del gasolinazo) ministro. Ahora la plata le sobra y no tiene esas preocupaciones plebeyas de saber si comerse el churrasco argentino y las papas fritas le va a alterar o no el presupuesto, pero que alguien le diga que esa no es la situación de la gran mayoría de sus compatriotas. Por favor, que alguien le explique la realidad.

El Ministro Arce toma las medidas económicas pensando en su propia economía personal. Debe pensar: Si antes ganaba 2.000 bs. y la gasolina costaba 3,70 el litro, ahora que gano 14.000 (más gastos de representación), ¿qué me importa pagar 6 bolivianos? Matemática pura, "su" matemática pura.

No es el único ministro desubicado: el ministro de autonomías dijo el sábado en el debate de Panamericana que el costo del avión presidencial (38.000.000 de dólares) sólo significaba el 0.8% del presupuesto nacional del Estado P. de Bolivia. Carajo, si estamos tan boyantes, ¿cómo es posible las precarias escuelas que tenemos, los hospitales que se vienen abajo? ¿Cómo es posible la existencia de 3.000.000 de ciudadanos que no tienen energía eléctrica en sus casas? Si somos tan ricos ¿por qué miles de niños potosinos vienen cada año con charangos de madera a pedir limosna bajo la lluvia paceña? Hay algo que no cuadra, que no cierra en la Evonomics.