Rebelión obrera en la Bolivia de Evo

COB Después de que los indígenas de oriente y occidente abandonaran la alianza oficialista, y de que los cooperativistas mineros, las juntas vecinales de El Alto, los cocaleros de Los Yungas, los transportistas y gremialistas hicieran otro tanto, parece haber llegado la hora de que los sindicatos obreros hagan lo propio. La Central Obrera Boliviana, histórico bastión del sindicalismo nacional, acaba de abandonar las conversaciones con el gobierno central y ratifica la realización de una marcha masiva repudiando la catastrófica política alimentaria de la administración de Evo Morales. Por supuesto que la postura cobista no es liderada por su actual dirigente, Pedro Montes, quien quedó malherido por su tibieza ante el “gasolinazo” y ahora se ve obligado a reflejar la posición de las bases bajo amenaza de una rápida expulsión del cargo. El caso es que la resurrección política de la COB como un actor de primera magnitud viene a echar por tierra las teorías sociológicas del vicepresidente Álvaro García Linera, quien durante años pregonó el ocaso del sindicalismo obrero y su sustitución por otros movimientos sociales como “sujetos de la revolución”, entre ellos, claro está, el trust cocalero del Chapare. Pero la realidad social una vez más se muestra rebelde a la teorización de quienes buscan forzarla a esquemas funcionales para la concentración totalitaria del poder. Lo cierto es que la nueva élite burocrática se está quedando cada vez más sola, apenas rodeada por el “núcleo duro” chapareño, en el que también comienzan a aparecer fisuras. Un ciclo político se está agotando pero, he aquí la cuestión, aún no se percibe claramente en el horizonte la alternativa que pueda gobernar Bolivia en los próximos años. Esa es la tarea.

Llegaron los cárteles

Aunque el Comandante Nacional de Policía, general Oscar Nina, evitó una declaración tajante sobre el tema y apenas si admitió la “posibilidad” de que el cártel del Valle (tercera organización narcotraficante más importante de Colombia) esté operando en Bolivia, pocas horas después el director general de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico (FELCN), Gonzalo Quezada, confirmó plenamente el hecho, a raíz de la detención del ciudadano colombiano Jesús María Osorio. Este suceso ratifica que, en el contexto de la actual tolerancia gubernamental al narcotráfico, nuestro país se encamina peligrosamente hacia una “mexicanización”, con la creciente presencia de clanes y cárteles…

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