Sin renunciar, Mubarak delega el poder temporalmente al vicepresidente

MUBARAK Aunque sin renunciar y negándose a abandonar el país, el presidente egipcio Hosni Mubarak anunció el jueves que entregará el poder al vicepresidente Omar Suleiman y ordenó algunas enmiendas constitucionales.

La medida significa que mantendrá su título de presidente y le asegura al régimen el control sobre el proceso de la reforma, lo que incumple las demandas de los manifestantes.

Los opositores al gobierno reunidos en la Plaza Tahrir, quienes esperaban que Mubarak anunciara su renuncia inmediata, observaron perplejos y en silencio el discurso. Cuando el presidente terminó sus palabras, los manifestantes estallaron en ira, algunos llorando y otros ondeando sus zapatos gritando: "¡Márchate, márchate!".



"Veo que es necesario delegar los poderes y autoridad del presidente al vicepresidente como lo dicta la constitución", dijo Mubarak casi al final de su discurso de 15 minutos de duración, transmitido por la televisión estatal. El artículo constitucional al que hizo referencia se emplea para transferir temporalmente los poderes si el presidente no puede realizar sus deberes, pero no implica su renuncia.

Mubarak dijo que las exigencias de los manifestantes son justas y legítimas. Agregó que había solicitado seis enmiendas constitucionales para responder las demandas de los manifestantes.

También dijo que retirará las leyes de emergencia, que han sido muy rechazadas por la población, cuando la seguridad del país se lo permita. Suleiman había prometido esto en la semana pero fue rechazado por los manifestantes.

Mubarak prometió que castigará a las personas detrás de la violencia desatada en las últimas dos semanas y expresó sus condolencias a las familias de los muertos.

Antes de su discurso, Mubarak se reunió con Suleiman en el palacio, informó la televisión estatal egipcia.

En Washington, el director de la CIA dijo que existía una "fuerte probabilidad" de que Mubarak renunciara el jueves.

Por su parte las fuerzas armadas anunciaron su intervención para "salvaguardar el país" y aseguraron a los manifestantes que Mubarak atendería sus reclamos.

Ese mensaje drástico demostró que las fuerzas armadas asumían el mando después de 17 días de protestas que empezaban a escapar a todo control.

La televisión transmitió escenas en las que el ministro de Defensa, mariscal Hussein Tantawi, presidía una reunión de oficiales de gesto adusto. Brillaban por su ausencia Mubarak, comandante en jefe, y Suleiman, un ex general y jefe de espionaje designado tras el estallido de las protestas el 25 de enero.

Estos sucesos se produjeron tras el fracaso de los esfuerzos de Suleiman por contener la crisis. En los últimos días estallaron huelgas obreras, revueltas de los empleados contra sus directores y marchas de obreros que se unieron a los manifestantes en la plaza Tahrir.

AP