La imagen de Evo Morales se diluye

Abucheado. Tuvo que huir del acto del aniversario de Oruro y salirse del estadio paceño en un partido por los damnificados.

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La frase: “llegamos al Palacio para quedarnos para siempre" que tantas veces repitiera el presidente Evo Morales durante sus cinco años de mandato parece perder fuerza en estos primeros dos meses del 2011 agobiado por una serie de problemas que se han reflejado en el aniversario de Oruro, el 10 de febrero, y en un reciente partido de fútbol con las estrellas de 1994 para recaudar fondos para los damnificados en el que  cada que tocaba la pelota era silbado por la gente.



“Hace rato que no ha vuelto a hablar de su tercer mandato porque seguramente está agobiado con tantos problemas", dijo el analista Carlos Cordero.

Explicó que varios elementos han minado ese mismo ánimo que tenía hasta antes del 2011, considerando que hasta aspiraba a ser además el líder espiritual en Bolivia, un líder mundial porque empezó a proyectar su imagen en algunos foros internacionales hablando del cambio climático o reivindicando los derechos indígenas en el mundo, tratando de ganar puntos para ser nombrado premio Nobel.

Pero toda esa campaña se le vino abajo cuando cayó su líder espiritual, el que le había entregado el bastón de mando en Tiahuanacu, involucrado en narcotráfico, varios alcaldes y ahora el general Sanabria, un hombre de confianza en la lucha antidroga y en la inteligencia del país.

País narcotizado.

Ahora, en los dos últimos meses, lo que tenemos "es la imagen de un país y un gobierno narcotizado", dijo el sociólogo Iván Arias.

En su criterio el romance que vivió el país con Evo Morales ya acabó después del “gasolinazo” y luego del “reculazo” que llegó con el aumento de los precios de la canasta familiar.

“Se cayó esa imagen mesiánica que tenía y se me ha quedado en la mente la frase de los alteños: ‘nosotros te pusimos y nosotros te podemos sacar’, cuando quemaban la foto de Morales, como para decirle que él es también un mortal como cualquier otro”.

Va en picada.

Según el politólogo y ex asambleísta Jorge Lazarte, la población ya comenzó a desconfiar del gobierno de Morales, que fue reelecto para un segundo período de cinco años en 2010 con un abrumador 64% de los votos. En las actuales circunstancias "es difícil confiar en un gobierno que toma una decisión que no es revolucionaria, popular ni antineoliberal", afirmó Lazarte.

Por eso es que las encuestas le dan un 30% de aprobación y el rechazo de un 80% de los bolivianos a un posible tercer mandato, según la encuesta de Fides, observó Lazarte, un ex vocal de la Corte Nacional Electoral.

Quiere revertir su imagen.

Por su parte el experto en lenguaje de la imagen, Max Torres, dice que el gobierno se ha dado cuenta que ya no puede caer más y por eso en vez de reforzar los ministerios de Economía o de Agricultura, decidió crear el Ministerio de Comunicaciones y posesionar a dos viceministros para encargarse de revertir el rechazo de la gente.

‘Estamos mal’.

Eso fue admitido por el presidente interino de la Brigada Parlamentaria cruceña, Mauro Peña, de militancia masista a tiempo de reconocer que hace falta un golpe de timón y sobre todo de gestión.

Dijo que es cierto que las encuestas hablan del descenso de la popularidad, pero eso cambiará cuando temas como la falta del azúcar ya se ha solucionado y por medio de fomento a los productores no falten alimentos de primera necesidad.

Cambio de timón.

Sin embargo, Iván Arias y Carlos Cordero, a diferencia de Lazarte, señalan que a pesar que el Gobierno soporta uno de sus peores momentos, todavía tiene  la estructura que ha montado y va a ser difícil que una oposición, dividida, piense en sustituirlo. Por eso lo que aconsejan es que el presidente reflexione y en vez de hacer política haga gestión.

Para lo que ha perdido legitimidad y legalidad es para continuar con las persecuciones a opositores y por eso, en el caso de los empresarios, a quienes consideraba enemigos del pueblo, les ha ofrecido una alianza y recursos para poder juntos sacar al país del fango.

Los problemas que enfrenta el Gobierno de Evo Morales, entre ellos el de narcotráfico derivado de la caída del general Sanabria  no sólo lo afectan internamente y diluyen su tercer mandato si no que va contra su imagen internacional y aspirante a premio Nobel".

Carlos Cordero

analista político

Es cierto que estamos atravesando una difícil situación, no podemos negarlo y hay varios factores, entre ellos el efecto climático pero tampoco podemos negar que hace falta gestión y por eso no podemos quedarnos con los brazos cruzados, tenemos que seguir".

MAURO PEÑA

DIPUTADO MASISTA

El Gobierno ya no tiene discurso

Eso dice el diputado opositor Tomás Monasterio al criticar por qué el MAS culpa de todo a EEUU hasta de HABER TENTADO E INDUCIDO AL ‘NARCO-GENERAL’ PARA QUE SE INVOLUCRE EN ESA ACTIVIDAD.

80% de los bolivianos no apoyan un tercer mandato del presidente Evo Morales. Quieren que cumpla su periodo.

90 días le dio Evo al nuevo jefe de la Policía, coronel Farfán, para extirpar el cáncer del narcotráfico.

CÍVICO

‘Nina no es suficiente, debe irse Sacha’

EL CAMBIO del comandante nacional de la Policía, general Óscar Nina por el escándalo del “narcogeneral” Sanabria no es suficiente, dijo el segundo vicepresidente cívico Alberto Áñez, pues en su criterio, el que debe irse y ser procesado por complicidad en narcotráfico es el ministro de Gobierno Sacha Llorentty.

Dijo que de esa manera se realizaría una investigación transparente porque está en juego la imagen de Bolivia.

PUNTO DE VISTA

Debería admitir su relevo de manera voluntaria"

Jorge Lazarte

ex vocal de la corte nacional electoral

‘Es el Gobierno que fue perdiendo la credibilidad de a poco y la alternancia gubernamental es una de las pruebas. Por eso, el Poder Ejecutivo debe admitir su relevo de manera voluntaria y que reconozca que es necesario su cambio en el próximo período constitucional.

Bolivia no anhela reelecciones, no es lo que está pasando en el mundo árabe que existen gobiernos que duran 10, 20 hasta 30 años.

El tiempo de aguante de la población es mucho menor. La prueba de que el Gobierno todavía cree en la democracia es que admita que hay la posibilidad del relevo gubernamental, esa es su última prueba de fuego para demostrar que tiene o no vocación democrática.

Por eso creo que debe escuchar ese mandato del pueblo, así como dice en su slogan, que manda obedeciendo al pueblo, debe hacerlo".

Fuente: El Día