Piñera: Dichos de Morales son un «serio obstáculo» para las relaciones; Evo pone en jaque relación con Chile al amenazar con demanda

Reacción chilena: Piñera calificó como una "pretensión inaceptable" el anuncio de su par boliviano. Mandatario boliviano -en su mayor ofensiva en el tema- dijo que buscará en tribunales salida al mar.

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Piñera: Dichos de Morales son un "serio obstáculo" para las relaciones

El mandatario calificó como una "pretensión inaceptable" el anuncio hecho por su par, quien informó que Bolivia demandará a Chile a la justicia internacional para zanjar su demanda marítima.



SANTIAGO.- El Presidente Sebastián Piñera indicó que el reciente anuncio hecho por su par boliviano, Evo Morales , sobre llevar a una instancia internacional la demanda marítima del país altiplánico , representa un "serio obstáculo" para las relaciones bilaterales.

"Las declaraciones del Presidente Morales incluyendo su intención de acudir ante tribunales u organismos internacionales para su aspiración reivindicatoria territorial y marítima constituyen un serio obstáculo para las relaciones entre ambos países y no se condicen ni con la letra ni con el espíritu del Tratado de 1904", señaló en La Moneda.

En ese sentido informó que el Gobierno expresa su "rechazo categórico" al anuncio y que corresponde a una "pretención inaceptable".

El mandatario enfatizó en que "esas declaraciones se apartan de los términos acordados en los múltiples encuentros de trabajo y trabajos alcanzados entre ambos gobiernos y comprometen el acuerdo alcanzado en diciembre pasado entre los Presidentes de Chile y Bolivia para reforzar las relaciones bilaterales".

"Bolivia no puede pretender un diálogo directo, franco y sincero como sostuvo el Presidente Morales en su discurso, mientras simultáneamente manifiesta su intención de acudir a tribunales u organismos internacionales para impugnar un tratado plenamente vigente", advirtió.

Además, precisó que el camino diplomático entre las relaciones entre ambos países son la agenda de 13 puntos -iniciada durante los gobiernos de la Concertación- y no recurrir a tribunales internacionales.

"Chile ratifica su voluntad de diálogo bilateral para seguir avanzando en la búsqueda de soluciones concretas, útiles y factibles para ambos países", informó.

El polémico anuncio de Morales

"Nuestra lucha por la reivindicación marítima ahora debe incluir otro elemento fundamental: el de acudir a los organismos y tribunales demandando el derecho y justicia de una salida libre y soberana hacia el Pacífico", dijo el Mandatario durante el acto realizado en la central plaza Avaroa, en el marco del 132° aniversario del Día del Mar.

A juicio de Morales, la pérdida de soberanía abrió una herida y es momento de que un "fallo justo" les devuelva la condición marítima.

"Es posible lograr que esos organismos hagan justicia y que reparen los daños causados, sin recurrir a ninguna violencia", dijo, anunciando además la creación -mediante decreto supremo- de la Dirección General de Reivindicación Marítima.

Dicha instancia, precisó el Mandatario altiplánico, liderará las acciones jurídicas. Previamente, la Asamblea Legislativa deberá aprobar "todos los tratados y convenios que nos posibiliten esta misión que hoy comenzamos".

Cabe señalar que sus declaraciones se contradicen con las emitidas en entrevista al diario "El Mercurio" y que fueron publicadas hoy . En ella, se le consulta directamente de la posibilidad de judicializar la demanda política, a lo que respondió: "No creo mucho en eso. Creo en la confianza de las relaciones a partir de (ex Presidente) Lagos".

Morales pone en jaque relación con Chile al amenazar con demanda

Mandatario boliviano -en su mayor ofensiva en el tema- dijo que buscará en tribunales salida al mar.

image por P. Durán y F. Artaza, La Tercera

La noche del lunes, el jefe de la dirección de Países Limítrofes de la Cancillería, Pedro Suckel, llegó a Santiago desde La Paz. Traía información de que Evo Morales usaría un tono conciliador esta semana, en el tradicional discurso por el Día del Mar.

Esto coincidía con varias otras señales públicas desde La Paz. El martes, Morales dijo que su discurso "no será como antes, cuando usaban el tema del mar las dictaduras de Chile y Bolivia". Esto dejaba atrás sus palabras de febrero, cuando había pedido a La Moneda una "propuesta concreta" para una salida al mar antes del 23 de marzo. Algo que fue desestimado por el canciller chileno, Alfredo Moreno.

Por lo mismo, la sorpresa ayer en la Cancillería fue mayúscula al escuchar que, en poco menos de media hora, Morales lanzaba la mayor ofensiva sobre el tema desde que asumió en 2006.

El gobernante paceño amenazó con una demanda ante tribunales internacionales para obtener "una salida libre y soberana" al Pacífico. Incluso, anunció que creará una "Dirección General de Reivindicación Marítima", para coordinar el trabajo jurídico y agregó que había pedido al Congreso de su país "aprobar a la brevedad los tratados y convenios internacionales" que le permitan este curso de acción.

Según fuentes bolivianas, con estas últimas palabras Morales aludió a la ratificación pendiente del Pacto de Bogotá, de 1948, que incluye la alternativa de acudir a la Corte Internacional de Justicia, la misma donde Perú entabló su demanda limítrofe.

A mediados de enero pasado, Bolivia pidió a La Haya los antecedentes de la demanda peruana. En Chile, inmediatamente se realizaron análisis para sopesar la posibilidad de que La Paz buscara ser parte en dicho litigio -argumentando que un eventual fallo podría afectar su aspiración marítima por el norte de Chile- o si podría optar por iniciar su propio juicio contra Santiago.

En todo caso, el discurso de Morales gatilló el inmediato rechazo de varios políticos chilenos.

En La Paz también surgieron críticas a la estrategia. Una de ellas fue la del ex canciller Armando Loaiza, quien habló de "argumentos endebles" y agregó que "no creo que (la demanda) tenga efectos ante organismos internacionales".

Respuesta chilena

Los dichos de Morales provocaron inmediatamente una seguidilla de citas y análisis en Santiago. Tras una visita al Hospital de Carabineros -donde estuvo con efectivos policiales heridos en un tiroteo en San Bernardo-, el Presidente Sebastián Piñera partió en su auto rumbo a la Cancillería, donde llegó acompañado por el ministro de Defensa, Andrés Allamand. Ahí, los tres -más otros funcionarios de RR.EE.- analizaron el tema.

El principal nudo debatido ayer en el gobierno fue escalar o no el ya tenso escenario con La Paz.

Casi a las 21 horas, el Mandatario entregó la respuesta chilena, pese a que en un principio se señaló que lo haría el canciller.

Con la bandera chilena de fondo, en el Salón Pedro de Valdivia de La Moneda, Piñera señaló que el anuncio de su par boliviano se "aparta de los términos acordados por ambos gobiernos", lo calificó de "pretensión inaceptable" y afirmó que ese país "no puede pretender un diálogo directo mientras simultáneamente manifiesta su intención de acudir a tribunales".

Y aunque reiteró la disposición de La Moneda a mantener el diálogo, dijo que las palabras de Morales constituyen un "serio obstáculo" para ello.

Los análisis chilenos apuntaron a que la arremetida boliviana estaba marcada por el complejo escenario interno que ha enfrentado Morales en las últimas semanas, con una fuerte baja en las encuestas. Esto lo habría llevado -decían en Chile- a levantar públicamente el tema marítimo.

Sin embargo, desde La Paz daban otras razones: acusaban una "desilusión" de Morales con Piñera, por no haber entregado una propuesta concreta sobre salida al mar.

Esto había sido pedido por el mandatario paceño en al menos dos reuniones. La última en diciembre pasado, en Foz de Iguazú, Brasil. Por el contrario, en dicha cita Piñera sólo accedió a elevar el nivel de la comisión negociadora: pasó de estar encabezada por los vicecancilleres a los cancilleres.

En ese contexto, varios en Santiago recordaron el episodio de enero, antes de que La Paz pidiera antecedentes a la corte internacional. En esa oportunidad, Choquehuanca dijo que "no hemos descartado el tribunal de La Haya. No se descarta el espacio multilateral, los tribunales internacionales".

Ante esto, Moreno exigió una retractación pública de su par boliviano. Pero Choquehuanca no lo hizo: sólo envió una nota reservada al día siguiente -la que fue divulgada por Moreno- en que se comprometía a mantener las negociaciones "en el marco del diálogo" bilateral.

Las claves de la ofensiva boliviana

El giro y el doble discurso

La mayor sorpresa en Chile fue el fuerte giro de Evo Morales. No sólo porque había mantenido en bajo perfil el tema marítimo desde que asumió como presidente en 2006. También porque en los últimos días había enviado señales de que el discurso del 23 de marzo sería tranquilo para Chile, pese a que un mes antes había pedido que La Moneda le presentara una propuesta concreta de salida al mar antes de esa fecha. Pero lo que más sorprendió en Santiago fue que, al mismo tiempo que amenazó con entablar una demanda en una corte internacional, Morales pidió mantener el diálogo directo, en espera de una propuesta chilena. Una dualidad para nada viable, decían en Santiago.

Rechazo chileno

Con la bandera chilena detrás y aunque en principio sería el canciller Moreno quien hablaría, Piñera entregó la respuesta chilena. Esta tuvo tres elementos. Primero, numerosas y duras expresiones de rechazo, calificando como "inadmisible" el anuncio de Morales de interponer una demanda internacional y, al mismo tiempo, mantener el diálogo con Santiago. "Es un obstáculo para el diálogo", agregó, junto con rechazar los argumentos "históricos" detallados por Morales sobre el tema marítimo. Segundo, detalló los acuerdos con Morales de los últimos meses, en torno a un mecanismo de diálogo encabezado por los cancilleres. Y tercero, indicó que mantendría la voluntad de diálogo con Bolivia, sin congelar la agenda bilateral.

La historia se repite

Uno de los atributos que destacaban los cercanos a Evo Morales durante la administración de Michelle Bachelet era el fuerte respaldo interno, que lo convertía en un interlocutor con espaldas para negociar. Pero a pocos meses del inicio del gobierno de Piñera, el respaldo cayó, hasta llegar a su peor nivel en febrero, mes marcado por protestas y dos cambios de gabinetes sucesivos. Por la misma fecha, Morales levantó la polémica con Chile, pidiendo públicamente una propuesta a Santiago y hablando de recuperar "Atacama". El análisis en Chile: volvía el fantasma de una tensión permanente con La Paz. El escenario fue conversado por el Presidente Piñera hace un mes, en una cita con los timoneles de todos los partidos políticos.

¿Rumbo a la Haya?

Morales pidió al Congreso ratificar el Pacto de Bogotá de 1948, que contiene varios mecanismos para solución de controversias. Sin embargo, el único de ellos que no supone la voluntad de ambas partes de negociar es recurrir a la Corte Internacional de Justicia. Bolivia no había ratificado este acuerdo, por lo que no podía exigir a Chile concurrir a un litigio. Al ratificarlo, estará en la misma posición que Lima: Alan García escribió en su demanda limítrofe ante la misma corte que Chile se veía obligado a responder, pues había suscrito el Pacto de Bogotá. Además, en enero, La Paz pidió a La Haya antecedentes de la demanda peruana. En Chile iniciaron análisis para ver si Bolivia pediría ser parte de dicho juicio o iniciaría su propio proceso.

El diseño previo de Piñera

Ante la polémica con La Paz, Piñera había evaluado la alternativa de un enclave, sin soberanía, que incluyera fuertes beneficios económicos para Bolivia. Los análisis apuntaban a que éste plan debería ser propuesto a Morales después de que la Corte de La Haya entregara su fallo sobre la demanda limítrofe de Perú, lo que -se prevé- ocurriría a fines del 2012 o comienzos del 2013. Esto coincidiría con la entrada en vigencia de un artículo de la Constitución boliviana, que obligaría a ese país a desahuciar el Tratado de 1904, que fija los límites con Chile. Sin embargo, la polémica con La Paz se abriría cuando ya estuviera cerrado el litigio con Lima. Era el año clave para la Cancillería chilena, marcado también por la asamblea de la OEA que se realizará en Cochabamba.