Adiós USAID bye bye

José Pastén Burgoa

PASTN_thumb Un gobierno que “busca el cambio” claramente tiene bien definido que fichas del tablero son útiles y cuales deleznables y por ende desechables. El notable distanciamiento entre el país del norte y el país altiplánico ha generado cambios de timón inimaginables. La virtual expulsión de la DEA de nuestro país, la partida del embajador norteamericano y en puertas la salida del USAID ameritan un par de reflexiones y juicios de valor.

La ayuda del pueblo de los Estados Unidos (ese es el significado de USAID) ha sido parte del desarrollo y también del estancamiento de muchos sectores de la población boliviana. Bajo la modalidad de implementación de proyectos sociales en áreas de extrema pobreza, esta agencia de cooperación se dio a la tarea de ejecutar programas técnicos en diferentes ámbitos y para ello tuvo como operadores a numerosas ONGs, tantas que muchas quisieron tomar un rumbo sesgado, no en términos políticos e ideológicos, más bien en aprovechamiento de fondos provenientes del exterior.



A estas alturas nada ni nadie detiene las pretensiones del MAS a tal punto que la enfermedad de la confabulación ha minado las mentes de jerarcas y políticos oficialistas viendo a cualquier acción contraria a las apetencias como traidora, instigadora o altamente peligrosa. Ya casi es inminente el cierre de actividades de los norteamericanos pero será bueno capitalizar algunas experiencias objetivas, “de visu” y necesarias ejecutadas por USAID en estos últimos 30 años, dependiente del gobierno articularlas, mejorarlas o ponerles una cruz y punto.

“Alimentos por Trabajo” fue un programa donde se posibilitaba el mantenimiento, conservación de caminos y áreas de acceso en zonas rurales siendo la motivación principal de los comunarios recibir alimentos como pago al trabajo en estos predios. “El Desayuno Escolar” también fue una iniciativa plausible toda vez que se observan alarmantes niveles de deserción en la población escolar. Para ello se opto por entregar alimentos para que estos sean preparados en los propios colegios y así potenciar el organismo de los alumnos. Cuando esta iniciativa pasó primero a las alcaldías luego a las prefecturas la situación cambió politizándose por completo. A estas alturas, refresco o leche en bolsa y galletitas han empalagado a los educandos. “Emergencias” fue la pronta e inmediata reacción a desastres naturales. Toda la logística, organización y experiencia de los norteamericanos mas el envío de insumos posibilitó atender siniestros naturales tal el caso de Aiquile.

“Atención Materno Infantil” implicó toda una campaña y estrategia de técnicos y facilitadores en comunidades rurales viajando con sus rotafolios hasta el confín más lejano para explicar la importancia de la atención de la madre embarazada y los hijos por venir. “Acceso a la Justicia” fue un programa en el ámbito judicial de amplios alcances y varias repercusiones. La elaboración de un Código de Procedimiento Penal, la capacitación a operadores de justicia en Centro América, la creación de Centros Integrados de Justicia trataron de mover los ejes de la anquilosada administración de justicia, el rol de los Jueces Ciudadanos, etc. “Saneamiento Básico” tuvo como ejes principales la perforación de pozos de agua, la construcción de baños, eliminación de excretas, educación en enfermedades hídricas.

Programas e innumerables proyectos, muchos de ellos no mencionados en este artículo, aún se encuentran ejecutándose. Gran cantidad de ellos son solo recuerdo porque se comprobó que los bolivianos tenemos una mentalidad asistencialista, es decir, esperamos con las manos abiertas que la ayuda venga de afuera. La autosostenibilidad en muchos proyectos tiró por la borda las proyecciones de continuidad. Lo positivo es que muchas alcaldías rurales aprendieron a presupuestar en su POA “contrapartes” para apuntalar un determinado proyecto con financiamiento externo. En ello consiste el fracaso nacional por el desarrollo integral ya de siempre dependemos de dádivas.

Pronunciar la palabra USAID no es muy saludable en el actual contexto y se corre el peligro de convertirse en foco de investigación de ahí que muchas agencias y ONGs han borrado el logotipo yanqui aunque indirectamente se han dado modos para seguir recibiendo el financiamiento. Finalmente. Atrás quedaron las llegadas de los benefactores norteamericanos en viaje de “Supervisión”. El arribo de dignatarios de USAID trajo más de un dolor de cabeza y preocupación de directores de ONGs ya que debían mostrar resultados de lo contrario el apoyo se vería menguado. Mientras tanto los extranjeros más que supervisión venían a vacacionar a un mundo exótico de gente de cara sufrida.

Por partes, el actual gobierno supo marcar terreno ante quienes se convirtieron en mandamases en tierra ajena porque para nadie es desconocido que los foráneos inclusive influenciaban poderosamente para el nombramiento de un jerarca de Estado. Eso se acabo como se acabaron los proyectos sociales y las permanentes requerimientos ante las crecientes necesidades rurales. Esperemos que la decisión de echar a USAID sea una acción acertada, por lo pronto debemos contentarnos con la ayuda de Venezuela y Cuba aunque sea difícil memorizar sus himnos nacionales.