Elecciones judiciales al estilo MAS

El senador poncho rojo, Eugenio Rojas, quien detenta la presidencia de la Comisión de Constitución de la Cámara Alta, acaba de anunciar que las elecciones judiciales se realizarán finalmente en octubre de este año. En esos comicios, los primeros de su tipo en la historia de Bolivia, se elegirá mediante sufragio universal a los magistrados del Tribunal Supremo de Justicia, Tribunal Agroambiental, Tribunal Constitucional y Consejo de la Magistratura. Cabe preguntarse si este proceso cambiará en algo la actual situación de sometimiento de la justicia al Poder Ejecutivo o si sólo se estará refrendando ese estado de cosas con velos de supuesta legalidad y legitimidad. Hasta el momento, el interinato de gran parte de la alta magistratura hacía visible la injerencia gubernamental y la inexistencia práctica de la división de poderes, algo de lo que han dado cuenta tanto el Alto Comisionado de Derechos Humanos de la ONU como la Orden de Abogados del Brasil. Ahora, en cambio, podríamos estar ante un perfeccionamiento de ese mecanismo de injerencia, que se haría más sutil pero no menos efectivo. Sucede que la elección popular se realizará entre ternas seleccionadas por el Parlamento, donde el oficialismo cuenta con dos tercios de los votos. Es decir, que los ciudadanos tendrán que elegir entre lo mismo y lo igual, entre candidatos afines al partido de gobierno que a lo sumo ofrecerán mínimas variantes de matiz. Además, el Órgano Electoral controlará de manera estricta qué información podrá ser publicada en los medios sobre los candidatos, lo que también restringirá la capacidad ciudadana de conocer cabalmente a los postulantes. Se completará de esta manera el ciclo de la politización de la justicia, utilizada -aunque parezca un juego de palabras- para la judicialización de la política. ¿Cómo salir del laberinto de la dependencia judicial? Ya hay quienes han comenzado a pedir al Alto Comisionado de DDHH de Naciones Unidas que exija al gobierno boliviano una auditoría convencional a los procedimientos jurídicos y a las nuevas leyes empleadas para perseguir a opositores, lo que permitiría poner en evidencia qué tratados y convenciones están siendo violados en Bolivia. La demanda de auditoría internacional a la justicia puede ser un primer paso para comenzar a desenredar la madeja del sistema judicial [email protected]