Agustín Carstens: el mexicano que quiere ser jefe del FMI

En la lista de ex directores del Fondo hay belgas, suecos y franceses, pero ni rastro de indios, chinos… o mexicanos.

Agustín Carstens, actual gobernador del Banco de México (banco central), quiere romper la tradición en un proceso en el que la ministra de Economía francesa Christine Lagarde, parece ser la favorita de los europeos.

El gobierno mexicano lo propuso formalmente este lunes para relevar al también francés Dominique Strauss-Kahn, quien renunció la pasada semana para enfrentarse a los cargos de abuso sexual e intento de violación.



Como han hecho otros países como Sudáfrica o Australia, México ha pedido que sean los méritos del candidato y no su país de origen los que influyan en la decisión de la junta ejecutiva del FMI.

«Una resolución del G-20 en Pittsburgh, hace ya algunos meses, establecía que los nombramientos a altos funcionarios del FMI, y otros organismos financieros deberían basarse en méritos y no en la nacionalidad de las candidaturas», recordó el ministro mexicano de Hacienda, Ernesto Cordero.

«Tengo los méritos»

Si bien México no tiene de su parte la costumbre, al menos espera que su candidato venza en la comparativa de esos méritos.

Como si de una entrevista de trabajo se tratara, Carstens vendía este lunes en una conferencia de prensa su extensa trayectoria en el sector financiero en México y en el extranjero.

¿Por qué cree el gobernador del Banco de México que es el mejor candidato para este puesto?

«Pienso que tengo los méritos para acceder a la posición de director gerente, no sólo mi trabajo dentro de la Secretaría de Hacienda, del Banco de México, sino también dentro del propio Fondo Monetario», dijo.

«Una ventaja que pienso que tengo es que conozco al Fondo desde todos los ángulos posibles», añadió el aspirante Carstens.

Carstens, de 53 años, fue subdirector gerente del Fondo de 2003 a 2006. Antes, de 1999 a 2000, ejerció como director ejecutivo del FMI en representación de Costa Rica, El Salvador, España, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua y Venezuela.

En su país ha desempeñado además papeles fundamentales en la gestión de la economía mexicana en distintos tiempos de crisis.

Tanto en distintos cargos en el Banco de México (primero como director de investigación económica y jefe de gabinete, y desde 2010 como gobernador) como posteriormente al frente de la Secretaría de Hacienda y Crédito (2006 a 2009).

¿Posibilidades reales?

El ejecutivo de Calderón intentará convencer al FMI de que «contrate» a Carstens, argumentando además la experiencia de otros mexicanos en instituciones internacionales.

En el propio Fondo hay otro mexicano, Moisés Schwartz, que desde 2009 ejerce como director de la Oficina de Evaluación Independiente.

Y al frente de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) está desde hace cinco años Angel Gurría, originario de Tampico.

México cuenta además con que Carstens pueda ocupar el despacho de Strauss-Kahn en 2012, año en que el país presidirá el G-20.

Pero, más allá de la defensa mexicana del currículum de Carstens, ¿tiene posibilidades reales de convertirse en el próximo director gerente?

Además de enfrentarse a un historial de hegemonía europea, Carstens tendrá un buen puñado de competidores.

Con la salida de Strauss-Kahn han sido varios los países emergentes que han pedido turno en la dirección del Fondo, lo que podría complicar las opciones del gobernador.

«Veo difícil que pueda generar el consenso suficiente entre los países emergentes, como India, que intentará que sean elegidos sus propios candidatos», le dice a BBC Mundo Gerardo Esquivel, economista del Colegio de México.

En ese sentido, añade el experto, la elección «no tendrá que ver tanto con la figura o la trayectoria de Carstens, como con el poder de negociación de México en el seno del FMI».

El ex ministro de Economía sudafricano Trevor Manuel; el vice primer ministro de Singapur, Tharman Shanmugaratnam, y el consejero indio Montek Singh Ahluwalia son algunos de los aspirantes emergentes que podrían restar posibilidades a la candidatura mexicana.

Cambio de rumbo

La eventual elección de Carstens no sólo supondría que el FMI se fuera de las manos europeas. También sería un viraje en la trayectoria de una institución que ha tenido que adaptarse a un mundo en crisis.

«El FMI está en un momento histórico de revisión de sus políticas», dice Esquivel, quien ha trabajado como consultor para el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo, entre otras instituciones internacionales.

«En ese sentido, Carstens ha demostrado ser más ortodoxo. Por ejemplo, mientras el Fondo ha propuesto en los últimos tiempos el control de flujos de capital, Carstens ha defendido que eso supondría una distorsión innecesaria».

Por eso, su llegada implicaría un regreso a una visión más tradicional», añade.

Habrá que esperar al próximo mes de junio para saber si Carstens es quien agarrará el timón del Fondo.

El 10 de junio se cierra el periodo de nominaciones, una semana después, el FMI ya deberá contar con una lista de sus tres favoritos, y la junta ejecutiva del Fondo, compuesta por 24 representantes de los 187 países miembros, tendrá que anunciar antes del día 30 a quién le da el trabajo.

Hasta entonces, a México le esperan largas sesiones de diplomacia y cabildeo para convencer al Fondo de que su candidato merece conseguir un empleo remunerado con casi medio millón de dólares anuales libres de impuestos… y una buena dosis de horas extra.

Fuente: bbc