Aló Evo

El propósito del gobierno boliviano de hacer obligatoria la transmisión de los discursos presidenciales a través de todos los medios de comunicación ocasionó fuertes críticas de parte de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), que en un comunicado calificó a esta intención como un “abuso de poder”. Con esta medida, el presidente cocalero está siguiendo una vez más los pasos de su mentor, el coronel Hugo Chávez, quien atormenta a los venezolanos con recurrentes y extensas cadenas televisivas, sin contar al pintoresco programa “Aló Presidente”, desde el cual no sólo despotrica contra el imperialismo, sino que también amonesta a las mujeres que se hacen implantes mamarios o teoriza sobre el carácter socialista de las “civilizaciones extraterrestres”. ¿Tendremos una suerte de “Aló Evo” de difusión obligatoria, donde Morales se explayará en sus tesis sobre la resistencia indígena al imperio romano, los riesgos homogénicos del pollo y las virtudes de la Coca-Cola para la fontanería?Las normas imperativas y prohibitivas hacia la prensa boliviana están proliferando en los últimos tiempos, incluyendo un decreto que instruiría a los medios profesar “fervor patriótico” respecto a la demanda marítima y transmitir himnos marciales, aspecto este último que nos retrotrae en la memoria a los regímenes castrenses de los años 70.Sumemos a esto el proyecto de reglamentación oficialista a la Ley del Régimen Electoral, según la cual los periodistas se limitarían a entrevistar a los postulantes a magistrados en base a preguntas previamente aprobadas por el Tribunal Supremo Electoral, convirtiéndose en una especie de prensa-títere o robot.Lo cierto es que el autoritarismo no sólo conduce a la injusticia sino también al absurdo, como en el caso de aquel dictador caribeño interpretado por Woody Allen en la película “Bananas”, que en el colmo de su borrachera de poder decretó el uso obligatorio de la ropa interior por encima de la ropa de calle, “para comprobar la higiene de la población”…[email protected]