La ONU critica la destrucción de bosques en Bolivia y pide políticas concretas

YORIKO La ONU expresó hoy su preocupación porque en Bolivia cada año se destruyen 300.000 hectáreas de bosque y pidió al Gobierno del presidente Evo Morales, que suele presentarse como líder ecologista, que "aterrice" y adopte acciones concretas contra el cambio climático.

La representante de la ONU en Bolivia, Yorico Yasukawa, hizo la petición al presentar el estudio "Tras las huellas del Cambio Climático en Bolivia", que recoge datos y experiencias sobre los problemas del clima, el agua y la seguridad alimentaria.

"Si bien Bolivia no es uno de los grandes culpables en el calentamiento global, tampoco creemos que ha apoyado lo suficientemente en la reducción de emisiones, si pensamos en que todos los años se destruyen en Bolivia 300.000 hectáreas de bosque", dijo Yasukawa.



La funcionaria destacó "el esfuerzo del Estado boliviano de darle prioridad política, de darle protagonismo, a la necesidad de proteger la Madre Tierra, de combatir el cambio climático en instrumentos tan importantes como la Constitución".

"Pero de ahí hay que aterrizar en estrategias y acciones concretas", agregó.

Gran parte de la deforestación en Bolivia es causada cada año por campesinos que queman miles de hectáreas para expandir o limpiar sus áreas de cultivo, especialmente en la Amazonía, originando incendios incontrolables, práctica llamada "chaqueo", que Morales ha defendido como "fenómeno natural" y costumbre arraigada.

En 2010 los incendios intencionados destruyeron cuatro millones de hectáreas, generando pérdidas económicas multimillonarias y evacuaciones de pueblos.

Yasukawa insistió en que el cambio climático es un problema urgente, que deben enfrentar tanto Bolivia como el resto del mundo, y abogó porque en las políticas oficiales se tomen en cuenta tanto las evidencias "científicas" como los saberes ancestrales de grupos indígenas.

Agregó que se calcula que hasta 2.080 en América del Sur las temperaturas pueden subir entre 1,8 y 4,5 grados centígrados, lo que causará pérdidas económicas por 30.000 millones de dólares.

Morales ha censurado los acuerdos de las cumbres sobre cambio climático de Copenhague y Cancún, que cree insuficientes para proteger el medio ambiente, pero también afronta críticas de algunos pueblos indígenas que le reprochan que destruye la naturaleza con carreteras y proyectos de desarrollo.

En la cumbre de Cancún la posición del Gobierno boliviano, que considera a la Madre Tierra una divinidad sujeta de derechos, se quedó sola frente a otros 193 países.

EFE