Soza, el polémico fiscal del caso Rósza

Investigación. Marcelo Soza sigue al frente de la investigación, pese a una carta de renuncia que presentó el lunes pasado.

image El fiscal Marcelo Soza (der: habla por celular) se retira con sus maletas de “pruebas” de la audiencia conclusiva en Cochabamba, hace dos semanas. – Los Tiempos

La penúltima entrega de la investigación de Los Tiempos sobre el caso Rózsa presenta al hombre que ha recibido la responsabilidad de esclarecer y resolver el caso, convertido en un deudor de respuestas a cada una de las partes enfrentadas en el proceso.



Abogado y fiscal de materia con jurisdicción nacional, Marcelo Soza Álvarez sigue al frente de la investigación, pese a una carta de renuncia que presentó el lunes pasado. El Fiscal General del Estado, Mario Uribe, le ordenó que prosiga, pero su círculo de acción se estrechó cada vez más, y así llevará adelante el proceso ante el Poder Judicial.

“El Fiscal está cansado, no ha recibido el apoyo imprescindible para este caso”, dijo una fuente cercana a Soza al diario Los Tiempos. Esta semana, el abogado apareció muy poco, pero las pocas imágenes que se tienen de él muestran a un hombre agotado, con barba de días y parco.

La conducción de la investigación del caso está rodeada de preguntas formuladas por los imputados recluidos. Mientras el Fiscal General del Estado aguarda que la investigación sea reconducida de acuerdo a ley, el Gobierno espera también que Soza absuelva algunas dudas.

Sin embargo, el Ejecutivo está consciente de que Soza está “bajo fuego cruzado, que ha sido sometido, desde el inicio del caso a la descalificación”. Entonces, pese a las dificultades, ha cumplido un papel importante para el proceso, señala el viceministro César Navarro, aunque en el MAS no opinan como él.

¿Los financiadores?

Ni bien se realizó la intervención policial sin presencia fiscal aquel 16 de abril de 2009, el Gobierno identificó su objetivo porque creía que la primera parte estaba casi esclarecida. El mismo 16 fueron detenidas dos personas del supuesto núcleo “separatista” (Mario Tádic y Elód Tóásó), y poco después, la Policía capturó, entre severas denuncias de tortura, a los presuntos encargados de ciertas tareas, e identificó al grupo intermediario, el del respaldo al miliciano. Entonces, ¿qué faltaba?

El 7 de junio de 2009, el ministro de Gobierno, Alfredo Rada, señaló el norte. "Esta investigación debe esclarecer quién o quiénes financiaron a esta estructura separatista, quién o quiénes dieron cobertura política. Y eso hay que hacerlo caiga quien caiga”. Insinuó algunos nombres con sus referencias.

“Si es que alguna autoridad cívica, si es que alguna autoridad departamental o si algún líder político regional, estuvo apoyando a la estructura terrorista, es el eje central de la investigación”. Rada esperaba que sus oyentes se imaginaran los nombres del trípode de figuras cruceñas que, según el Gobierno, financiaron a Rózsa.

Veinte meses después, el Ministerio Público abrió un nuevo cuaderno de investigación titulado Terrorismo II, a cargo de la fiscal Mery Gutiérrez, para investigar y dar con los financiadores de la presunta estructura terrorista desbaratada en el Hotel Las Américas. Gutiérrez declaró, el 15 de abril reciente, que este caso se ha abierto por solicitud del mismo fiscal Soza, quien, sin embargo, el 4 de mayo de 2009 había convocado a una conferencia de prensa para señalar a los presuntos cerebros y financiadores del grupo de Eduardo Rózsa Flores. Mencionó nombres y habló de cifras.

Sostenido en las declaraciones de Ignacio Villa Vargas “El Viejo” y otros imputados, Soza desarrolló una hipótesis de investigación que no ha sido resuelta aún al punto de que la fiscal Gutiérrez ha solicitado a su colega Soza que le entregue información para indagar en la Unidad de Investigaciones Financieras. En ese contexto, cobra más sentido la declaración de Navarro: “En el caso de los financiadores, sabemos quiénes son, pero nos faltan poner los nombres”.

Desde el 7 de abril, Los Tiempos busca una entrevista con Soza para plantear ésa y otras preguntas, pero el Fiscal no nos ha recibido, pese a las insistencias.

Ausente

Aquel junio de 2009, Rada defendió el operativo policial que se hizo sin orden de juez de turno ni presencia de Soza, con el argumento de la flagrancia en la comisión de terrorismo por cinco personas que dormían en el ala derecha del cuarto piso del Hotel Las Américas.

“Habiendo verificado la presencia de extranjeros en el hotel y que éstos estaban pertrechados con armas, incurriendo en delito flagrante, se intervino en las habitaciones, encontrando a estos sujetos, portando armamento y munición con los que se resistieron a su detención”, declaró Rada.

Admisiones del Fiscal

Pese a las declaraciones de Rada, en la suspendida audiencia conclusiva del caso, el fiscal Soza admitió que no hay argumentos para sostener la flagrancia, porque los policías los estaban buscando desde días antes, en coincidencia con una declaración de Mario Tádic, quien reveló, en una anterior entrega de esta serie, que hubo personas que abordaron a Rózsa horas después del atentado a la Casa del Cardenal Terrazas.

Sin embargo, lo de Soza es una posición que se contradice con un memorial firmado por él mismo, según el cual los policías no conocían la identidad de las personas que estaban en el piso 4 de Las Américas.

Otro argumento contra la presunta flagrancia es que dos de los cinco miembros del grupo Rózsa estaban desarmados; es decir, no estaban cometiendo un delito en el momento de su detención, admitió.

Durante la realización de la audiencia conclusiva, los imputados le pidieron la codificación de las pruebas acumuladas en el caso, le reclamaron que presente las municiones y explosivos incautados en Santa Cruz, lo que no pudo hacer, en principio, el fiscal Soza.

Los Tiempos