Campos no jugará los amistosos y es duda para la Copa

Jhasmani Campos anunció ayer que no jugará ninguno de los partidos amistosos pactados por Bolívar para este mes, uno ante San José y dos frente al peruano Cienciano, debido a que aún no recibió el alta médica, y hará todo lo posible, sin que ello le garantice nada, para llegar al debut celeste en la Copa Libertadores de América, el 9 de febrero, contra Universidad Católica en Santiago de Chile. La lesión en el quinto dedo de su mano izquierda, que ha requerido hasta ahora de tres cirugías, le impide tener contacto físico por los riesgos que ello implica y sólo está autorizado para efectuar tareas individuales.

Campos —que está concentrado con el primer plantel celeste en Oruro— llegó ayer a La Paz para someterse a un chequeo, y el médico le reiteró que todavía no puede participar en las prácticas de fútbol ni en ninguna otra labor que implique contacto físico. Según dio a entender, lo más probable es que tampoco pueda jugar los dos primeros partidos de la Academia por el torneo Clausura de la Liga, ambos antes de iniciar su participación en la Libertadores, el 2 de febrero contra Aurora en Cochabamba y el 4 ante Blooming en La Paz. “Vine para un chequeo, a ver cómo está la evolución del dedo, y todo está bien.

Pero todavía tengo que seguir con la recuperación. No sé cuándo podré hacer la parte futbolística, porque el médico me recomendó no tener todavía el contacto físico en el grupo, pues el dedo aún está delicado y hay que cuidarlo”, dijo Campos. El jugador contó que utilizará otro protector, precautelando que durante las labores físicas no haya el riesgo de que el dedo se le infecte por alguna suciedad. Como trabaja a medias, aún no está en una buena condición física y reconoció que le falta bastante para estar a la par de sus compañeros. “Si Dios quiere voy a llegar al primer partido de la Copa”, insistió.



Tras su tercera intervención quirúrgica, los médicos le aconsejaron tomar todos los recaudos y seguir al pie de la letra sus indicaciones, lo contrario haría que vuelva el riesgo de una amputación. “Mis compañeros me sacaron una ventaja de algunos días de trabajo. Tengo que nivelarme. Ellos trabajaron bastante fuerte, al 100%, mientras la labor mía fue poco exigente, por el tema del dedo y también por la lesión del muslo, al que tenía que fortalecer, por eso trabajé de manera diferenciada”.

Fuente: Red Uno.

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