Fieles al ‘patrón’, un barrio y un tour que llevan su nombre tienen vivo su recuerdo

“El barrio Pablo Escobar formaba parte del proyecto ‘Medellín sin tugurios’ que el ‘patrón’, como le decían sus seguidores), quería forjar.

imageEL DEBER, Bolivia

Por Ana Copa. Fotos : Fredy Amariles.



La llaman ‘la ciudad de la eterna primavera’ y recientemente fue elegida como ‘la ciudad más innovadora del mundo’ en una competencia internacional.

Medellín, la tierra de los ‘paisas’ con 2,3 millones de habitantes, enamora hoy a los turistas precisamente con esas dos cualidades.

Quienes la visitan se sienten seducidos con su paisaje lleno de vegetación, su clima templado, la amabilidad de su gente y las innovadoras obras de infraestructura.

Pese a ello, el pasado no termina de borrarse de los cimientos de esta encantadora ciudad, que durante la década de los 80 y 90 llegó a ser considerada una de las más peligrosas del mundo.

Las huellas del "Patrón", como se conocía a Pablo Escobar, el narcotraficante más poderoso  de la historia colombiana que fue abatido el 2 de diciembre de 1993 tras ser acusado de miles de muertes, perduran en varios sitios de Medellín

El hombre, que empezó robando vehículos y terminó  como el criminal más buscado al mando del cártel del Medellín, aquel que a partir del tráfico de cocaína logró acumular una fortuna millonaria que lo ubicó entre los hombres más ricos del mundo, es parte de un mito popular que sigue vivo en los recuerdos de ciertas personas.

Para darse cuenta de ello basta recorrer las calles empinadas del barrio que lleva su nombre y conversar con la gente que le guarda devoción, o  seguir el curioso tour Pablo Escobar que reconstruye  su vida, el cual atrae  a varios turistas, sobre todo extranjeros. 

Pero no todos comparten esa misma admiración o veneración.

Mucha gente sigue lamentando el grave daño que hizo a tantos hogares donde sembró muerte.

Un tema inevitable

Ya en Medellín es inevitable hablar del tema. La amena charla con el  taxista que nos transporta desde el aeropuerto internacional José María Córdova hasta el centro de la ciudad se concentra inicialmente en los atractivos turísticos que tiene Medellín y termina refiriéndose a los angustiosos días que se vivieron durante el auge de las operaciones del cártel de Medellín.

Para él, los momentos de terror causados por  Escobar y sus seguidores no tienen perdón. Con dolor  relata que a causa de la violencia perdió a una sobrina debido a que unos sicarios acabaron con su vida tras darse cuenta de que ella había sido testigo de uno de sus ataques. La misma rabia contenida es manifestada por otros habitantes de esa ciudad, que recuerdan afligidos los días cuando la muerte se paseaba por las calles a cualquier hora del día.

imageUn barrio con su nombre

El barrio Pablo Escobar impacta desde su ingreso. Un gigante mural con un mensaje que asegura que “ahí se respira paz” y en cuya cima sobresale la imagen del Niño Jesús de Atocha (santo de la devoción de la familia de Pablo Escobar) atrae la atención de quienes pasan por allí.

El temor de que uno pueda estar en terreno peligroso se aleja de inmediato al ser recibido con gran amabilidad por la gente que uno encuentra al paso, en medio de un laberinto interminable de gradas que se entremezclan con casas de varios pisos. 

Si bien su nombre oficial es Urbanización Medellín sin tugurios, los pobladores se sienten orgullosos de que el barrio lleve el nombre de ‘El Patrón’, quien en plena campaña para convertirse en congresista, les regaló las casas que hoy habitan. Este barrio nació en 1986 con 443 viviendas para acoger a las familias que vivían en medio de un basurero que fue afectado por un incendio en 1982. Actualmente existen allí  4.000 casas, con unas 16.000 personas, según datos de la Junta de Acción Comunal del barrio.

Doña Rosa, es una de las vivientes más antiguas del barrio y guarda una profunda gratitud hacia Pablo y hacia su madre Hermilda Gaviria que según indica visitaba frecuentemente la zona.

“Si acaso es cierto de que Pablo cometió errores, lo hizo por los pobres, porque fue mucha gente a la que ayudó. Dio casas, terrenos y trabajo. Aquí ninguna autoridad ha hecho lo que hizo Pablo”, afirma convencida la mujer.

 Un tour muy buscado

Una mezcla de emociones invade a siete extranjeros que, según cuentan, no quisieron irse de Medellín sin realizar el denominado tour de Pablo Escobar, muy promocionado en las redes sociales.

Curiosidad, ansiedad y hasta tensión invaden a los integrantes de ese grupo al saber que el recorrido incluye también conocer en persona a Roberto Escobar, alias "El Osito", hermano de Pablo.

El tour dura tres horas, cuesta entre 60.000 y 90.000 pesos colombianos ($us 30 a 50)  y la mayor parte del mismo es realizado en inglés. Hay otra opción de cuatro días que incluye una visita a la Hacienda Nápoles.

Un bus de transporte escolar se encarga de recoger a las 10:00 a los turistas del lugar acordado, una parada pública de taxis ubicado en un sitio céntrico de la ciudad. La orden es preguntar por Luis (nombre ficticio), que puntualmente inicia el tour junto a la guía turística. Desde una pantalla de TV instalada en el mismo bus se muestra a los pasajeros videos sobre la vida de Pablo Escobar.

Se inicia el recorrido

El tour se dirige primero rumbo al edificio Dallas, considerado el centro de reuniones, donde Escobar planificaba su negocio de la droga. El inmueble de varios pisos que luce en ruinas tras un atentado perpetrado por sus rivales -el grupo ‘Los Pepes’, (Perseguidos Por ‘el patrón’)-, está  en la avenida El Poblado, una zona residencial y comercial. 

Ahora el edificio ha sido adquirido por una empresa que proyecta construir allí un hotel.

El tour sigue su marcha y ahora va hacia el cementerio de Montesacro donde se encuentra la tumba de Pablo Escobar  junto a la de sus padres, un hermano, una tía y sus guardaespaldas.

Allí  descansan los restos del temido narcotraficante que  hizo realidad su deseo de ser enterrado en su país. Insistentemente Escobar decía: “Prefiero una tumba en Colombia a una cárcel en Estados Unidos” y  por eso intensificó su lucha contra el Gobierno para evitar su extradición.

Los turistas se toman fotos en cada uno de los lugares visitados.

imageUn encuentro con ‘El Osito’

Llega el momento más esperado por los turistas que emprendieron esta travesía. El bus  ahora va rumbo a la casa-museo  de uno de los siete hermanos de Pablo Escobar ubicado en una ladera de Medellín a la que se llega ascendiendo por un estrecho camino. 

Roberto Escobar (66), el mayor de los hermanos, recibe a los visitantes con un apretón de manos. Luce una camisa y pantalón de vestir, usa lentes pequeños y una gorra pero antes de permitir el ingreso del grupo al interior de su vivienda lanza una advertencia.

Informa que está permitido tomar fotos turísticas, pero alerta que están prohibidas las  filmaciones,  grabaciones y fotografías periodísticas sin autorización.

‘El Osito’, como se lo denominó dentro del círculo deportivo colombiano donde cosechó grandes logros como ciclista profesional, no ve ni escucha bien, debido a que perdió parcialmente ambos sentidos luego del paquete-bomba que le mandaron durante su reclusión en la cárcel.

Ya dentro de la casa, los turistas dicen haber visto objetos y fotos  de diversos momentos de la vida de Pablo Escobar y de su familia.

Al final del tour, los visitantes pueden hacer preguntas a Roberto Escobar que él responde escuetamente. Según cuentan él prefiere hablar menos del pasado e insiste que hoy vive el presente con  una misión social; es así que los fondos que recauda ese tour se dice que son para ayudar a una fundación de enfermos de VIH.

Los turistas también pueden tomarse fotos con el hermano de Pablo Escobar y adquirir   videos y  retratos que son vendidos con su firma y huella dactilar.

image

Huellas de dolor

A lo largo del recorrido los turistas van reflexionando sobre la vida de Pablo Escobar, querido por unos, pero odiado por otros.

Y es que la terrible época que vivió Colombia en la década de los 80 y 90 quedó marcada por  asesinatos, secuestros y atentados con explosivos  atribuidos al cártel que él lideró, los cuales  dejaron miles de muertos.

Los familiares de las víctimas de esos días de terror rompieron el silencio y han ido mostrando públicamente su desconsuelo.

Es así que han salido a la luz varias publicaciones escritas y audiovisuales. Una de ellas es la serie Escobar, el patrón del mal, basada en la historia del narcotraficante colombiano y mezclada con escenas y relatos ficticios que está acaparando gran audiencia.

Fue producida por el Canal Caracol entre 2009 y 2012 y se estrenó el 28 de mayo de 2012. Juana Uribe, reconocida libretista y hoy vicepresidenta de Programación del Canal Caracol y Camilo Cano, dedicado a proyectos de comunicación, han decidido contar esa historia desde otro punto de vista: el de las víctimas.

Juana Uribe es hija de Maruja Pachón, que estuvo secuestrada por Pablo Escobar, y sobrina de Gloria Pachón, la esposa del inmolado Luis Carlos Galán. Camilo Cano, es hijo de Guillermo Cano, exdirector de El Espectador asesinado por sicarios de Escobar

Esta serie se basa en el libro La parábola de Pablo, del periodista y ex alcalde de Medellín Alonso Salazar y en documentos periodísticos y testimonios reales.