Clarín presenta un plan para dividirse en seis

El Gobierno de Fernández analizará si autoriza la propuesta del tercer grupo de medios de Latinoamérica

Un mural de Buenos Aires en el que se exige la ley de medios / AP



Clarín, el mayor grupo de medios de comunicación de Argentina, presentó este lunes un plan para adecuar su tamaño a las exigencias impuestas por la ley de servicios audiovisuales que el Congreso sancionó hace cuatro años y que la Corte Suprema ratificó como constitucional la semana pasada. La norma apunta, entre otros objetivos, a la desconcentración económica en los negocios de los operadores de televisión de pago y las emisoras y productoras de televisión y radio. Clarín, enfrentado sin cuartel con el Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner desde el conflicto agrario de 2008, propuso a la autoridad reguladora del sector dividirse en seis grupos, aunque no aclaró cómo éstos se repartirán entre sus accionistas actuales. También adelantó que esta presentación no significa que dejará de litigar para “defender sus derechos”. En concreto, “seguirá litigando en los tribunales locales todos los aspectos vinculados a la aplicación discrecional y selectiva de la norma por parte del Gobierno” y “analizará recurrir ante tribunales internacionales para impugnar los artículos” de la ley referidos a la obligación de desinvertir, según un comunicado de Clarín.

El presidente de la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual, el kirchnerista Martín Sabbatella, anunció en Radio Continental que recibió la propuesta de Clarín y que su organismo tiene 120 días para analizarla. Si es considerada acorde con la ley, Sabbatella desactivará el plan que él mismo puso en marcha la semana pasada para desarmar el grupo conforme con lo dispuesto por la ley que impulsó el kirchnerismo a partir de la propuesta de diversas organizaciones sociales y que contó también con el respaldo de legisladores de la oposición de centroizquierda. Varios dirigentes políticos y sociales que apoyaron en su momento la norma se quejan de que se incumpla en parte porque otros grupos no han sido sometidos al mismo rigor que Clarín por parte de las autoridades que debían controlar las desinversiones o porque las organizaciones civiles no han recibido las licencias de televisión y radio con las que esperaban contar. Clarín plantea que la Corte Suprema, además de fallar en su contra, también reclamó que la autoridad reguladora fuese independiente y opina que es “lo contrario a lo que sucede”.

Solo Clarín litigó contra la ley de medios ante el máximo tribunal. Unos 39 grupos presentaron planes de adecuación a la norma ante el Gobierno de Fernández, que este viernes debería volver a la actividad tras su excedencia por motivos de salud. De ese total, 29 han sido evaluados por la autoridad competente y otros diez, incluido Clarín, aún no. De aquellos 29, la mitad ha debido desinvertir y el resto finalmente no porque el Ejecutivo consideró que ya se encontraba dentro de las exigencias de la ley.

La idea de Clarín es repartirse entre sus accionistas actuales, algo similar a lo que han propuesto otros grupos, como el del exministro del Interior del Gobierno de Carlos Menem (1989-1999) José Luis Manzano. Clarín está controlado en un 71% por cuatro empresarios argentinos: Ernestina Herrera de Noble, viuda del fundador del periódico Clarín, Héctor Magnetto, José Antonio Aranda y Lucio Pagliaro. El 9% pertenece al fondo norteamericano Booth y el 20% restante cotiza en la bolsa. De ese 20%, casi la mitad (el 9% del grupo) está en manos de la Seguridad Social de Argentina.

El grupo propuso dividirse en seis empresas de diferentes tamaños. Según la autoridad reguladora, cada compañía deberá ser autónoma y no podrá mantener sinergias con las otras. Una unidad incluirá los principales canales de televisión y radios del conglomerado actual. Una segunda firma controlará la mayor parte de la principal operadora de televisión por cable de Argentina, Cablevisión, que también suministra servicio de Internet y cuyo 40% pertenece otro fondo estadounidense, Fintech. Las otras cuatro empresas serán de menor volumen. Una proveerá televisión por cable en 20 ciudades donde desinvertirá Cablevisión; otra contará con emisoras de televisión de pago, como la deportiva TyC Sports; una dispondrá de radios de provincia y la última se quedará con dos canales. «Si hay gato encerrado, si quieren burlar la ley, no se les va a permitir», advirtió el presidente de la autoridad reguladora.

Clarín es uno de los principales grupos de medios de Latinoamérica. El más grande es el brasileño Globo, situado en el puesto 85º en la clasificación de 500 mayores empresas de la región que elaboró la revista América Economía en 2012. En 2011, Globo facturó 5.854 millones de dólares y ganó 1.156 millones.

El segundo gigante latinoamericano es el mexicano Televisa, que aún está por verse si será afectada por algún ligero cambio en regulación en su país de origen que impulsa el presidente Enrique Peña Nieto. En 2012, Televisa acabó 111ª entre las empresas de la región porque el año anterior facturó 4.486 millones y ganó 564 millones.

Clarín es el tercero en el sector de medios de Latinoamérica. El año pasado quedó ubicado en el puesto 251º de la clasificación, con ventas por 2.257 millones y beneficios por 120 millones. El cuarto lugar es del brasileño Abril (345º en el ranking latino), con una facturación de 1.680 millones y utilidades por 99 millones.

Fuente: elpais.com