Cuba prohíbe los cines privados y la venta de artículos importados

Alegan que son “correcciones necesarias” para proteger a quienes trabajan por cuenta propia

Espectadores en el cine 3D Mania de La Habana. / F. Reyes (AP)



El cine que se proyecta en La Habana retrocederá a la segunda dimensión por orden del Gobierno cubano. También tienen los días contados los comercios autónomos que ofrecen artículos importados en toda la isla. Este sábado, el Consejo de Ministros de Cuba anunció el cese inmediato de “la exhibición cinematográfica (que incluye a las salas de 3D) y los juegos computacionales” ofertados por cuenta propia y ha ratificado la “ilegalidad de la comercialización minorista de artículos importados o la reventa de los adquiridos en la red comercial estatal”. Las autoridades niegan que estas medidas representen un retroceso en la actualización del modelo económico y alegan que, por el contrario, son “correcciones necesarias” para proteger a quienes trabajan por cuenta propia.

Las películas en tres dimensiones comenzaron a proyectarse en pequeñas salas privadas de la capital, algunas de ellas funcionaban al mismo tiempo como cafeterías. El costo de la entrada podía oscilar entre 1 y 4 pesos convertibles por persona (1 a 4 dólares) e incluir una bebida o una bolsa de palomitas de maíz.

El diario oficialista Juventud Rebelde publicó el 26 de octubre pasado un reportaje que denunciaba la proliferación de este tipo de locales que operaban sin licencia y privilegiaban los filmes estadounidenses en su programación. “Discreta y no tan discretamente parecen aumentar los cubanos que se dedican a la creación de novedosas y pequeñas salas para la exhibición de este tipo de películas, aun sin una licencia específica para ello. Este equipo de reporteros confirmó que muchos de los locales se han improvisado en viviendas, garajes o terrazas particulares reacomodadas para este fin, que cuentan con climatización, pantallas y proyectores de alta definición, y sillas, sofás o lunetas, según el espacio y la capacidad monetaria o la inventiva de cada propietario”, informaba el diario.

Al siguiente día, el viceministro de Cultura de Cuba, Fernando Rojas, dijo que los principios de la política cultural de la revolución cubana regían por igual en las instituciones estatales y en el trabajo por cuenta propia, y que en consecuencia el Gobierno comenzaría a aplicar regulaciones. Finalmente, este 2 de noviembre una nota informativa publicada en el diario Granma y suscrita por el Consejo de Ministros ratificó que “la exhibición cinematográfica, que incluye las salas de 3D, así como la organización de juegos computacionales, nunca han sido autorizados” y que debían dejar de funcionar de inmediato.

A través de esta “nota informativa sobre el trabajo por cuenta propia”, el Gobierno de La Habana también fijó un plazo para la eliminación de los comercios privados que desde hace un par de años ofertan ropa o artículos importados. Como un número considerable de trabajadores ha pedido que se conceda un plazo para liquidar los inventarios, el Consejo de Ministros «ha aprobado excepcionalmente que puedan realizarlo hasta el 31 de diciembre del presente año”, dice la nota.

El trabajo por cuenta propia comenzó a ser legal en Cuba en octubre de 2010. Desde entonces, el Gobierno de Raúl Castro regula qué tipo de actividades pueden desarrollar los cubanos y los impuestos que deben pagar por ello, una vez que reciben la autorización del Estado. De acuerdo a cifras oficiales, el número de trabajadores registrados aumentó de 157.000 a más de 442.000 en los últimos tres años.

El Gobierno cubano negó que estas nuevas prohibiciones representen un retroceso en la tímida actualización del sistema económico que ha emprendido el Ejecutivo de Raúl Castro en los últimos años, atenazado por los apuros financieros, las demandas sociales y la inestabilidad política de Venezuela, su socio comercial y político más consecuente. “Estas medidas son correcciones necesarias para proseguir ordenando esta forma de gestión, combatir la impunidad, exigir el cumplimiento de la legalidad y proteger a los trabajadores por cuenta propia, que en su inmensa mayoría cumplen las regulaciones establecidas. No se trata, en lo más mínimo, de dar un paso atrás, todo lo contrario, seguiremos avanzando decididamente en la actualización del modelo económico cubano”, concluye la nota firmada por el Consejo de Ministros.

Fuente: elpais.com