Entre Super-Maduro y una insulsa visita

ELCLUB Dos noticias destacan en las últimas jornadas en países de la ALBA. Una es la aprobación de los “super-poderes” para el presidente Nicolás Maduro por parte del Parlamento venezolano, luego de que un diputado disidente fuera defenestrado, habilitando así el “voto 99” para la hiper-concentración de funciones en el Ejecutivo.

La otra es la visita del secretario general de la OEA a Bolivia, José Miguel Insulza, quien dio un espaldarazo a las intenciones re-reeleccionistas de Evo Morales, evidenciando una vez más su funcionalidad hacia los populismos autoritarios.

Sobre lo primero, hay que decir que sucede en momentos de máximo descalabro del modelo económico chavista, y que si Maduro ya estaba cometiendo desmanes en los últimos días con el “saqueo de Estado”, podemos temer lo que le espera a la hermana república con el nuevo despotismo legalizado.



La figura de los “super-poderes” nos recuerda los orígenes históricos del término “dictadura”, que se aplicaba en la antigua Roma cuando el Senado le confería facultades extraordinarias a uno de los cónsules, que era ungido por seis meses como “dictador”.

Acerca de lo segundo, hay que señalar que Insulza falta al compromiso implícito en la presencia de los observadores de la OEA que acompañaron el acuerdo congresal del 2008, cuando claramente se descartó el tercer mandato.

Además, se inmiscuye en un tema en el cual quien debe expedirse, dentro del Sistema Interamericano, es la CIDH y no el Secretario General.

El vaciamiento institucional en la Organización de Estados Americanos, operado durante la gestión de Insulza, es una mala noticia para las democracias del continente…

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