Israel no se siente “obligado” a aceptar el acuerdo de Occidente con Irán

Benjamín Netanyahu asegura que «hará todo lo que tenga que hacer para defender y dar seguridad a los ciudadanos»

El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, hoy. / DEBBIE HILL  (EFE)



Israel rechaza «totalmente» el acuerdo, aparentemente inminente, entre las principales potencias e Irán a propósito del programa nuclear de los ayatolás. Su primer ministro, Benjamín Netanyahu, ha cargado duramente contra este acercamiento, asegurando que su país no se sentirá «obligado» por las condiciones que se pacten y que, por tanto, «hará todo lo que tenga que hacer para defender y dar seguridad a los ciudadanos».

El comunicado del líder del Likud en el que hacía estas declaraciones se ha emitido pese a que esta misma mañana Netanyahu se ha entrevistado en Jerusalén con el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, que quería lanzar una declaración previa, más tibia. Netanyahu, indica la prensa local, ha decidido desmarcarse para denunciar que «Irán está haciendo el negocio del siglo mientras la comunidad internacional tiene un mal acuerdo». Con este marco, la reunión posterior no ha sido precisamente amigable, sostiene un asesor del primer ministro israelí.

Netanyahu ha defendido que «muchos en la región», en Oriente Medio, comparten su opinión sobre lo pernicioso de llegar a un acuerdo sin que Teherán ceda más, «lo expresen o no en público». Tras el encuentro con Kerry ha dicho a los periodistas que la delegación iraní «anda muy satisfecha por Ginebra», «y eso es porque lo han logrado todo y no han pagado nada», recoge el diario Haaretz. No entiende, ha añadido, que se puedan rebajar las sanciones económicas y diplomáticas establecidas especialmente en los dos últimos años con el fin de reorientar el programa atómico de Irán, impidiendo que tome un cariz militar, «cuando no están reduciendo su capacidad nuclear».

Justo el miércoles pasado, cuando se vio con Kerry en una de las habituales rondas del secretario de estado para reactivar el proceso de paz con los palestinos, ya le alertó de los riesgos de hablar con demasiada cercanía con quien está «reforzando» el terrorismo en todo el mundo, «que no debe tener por tanto el arma más peligrosa del mundo». «La presión debe mantenerse e incluso incrementarse», exigía, mientras advertía a Estados Unidos de que debía ser «cauto» ante las «ofertas parciales» de Teherán. Hoy, Netanyahu ha insistido en esa línea, añade el Canal 2, y ha rogado a los países occidentales que «no tengan prisa» para firmar un «mal» acuerdo con el presidente Hasan Rohani, pues «es mejor esperar y sopesar opciones». Una victoria para Irán, ha abundado Netanyahu, puede ser «muy mala y peligrosa para la paz y la seguridad» en todo el mundo.

En septiembre, cuando se entrevistó en EEUU con el presidente norteamericano Barack Obama antes de la Asamblea General de las Naciones Unidas, el primer ministro de Israel dejó claras las cuatro exigencias básicas que reclamaba su gabinete para comenzar a negociar «en serio» con Irán: la paralización total del enriquecimiento de uranio; la destrucción de todas las reservas de uranio ya enriquecido que queden en el país; el cierre de la planta más importante, la de Qom; y el cese de la producción de plutonio. El acatamiento por parte de Rohani de estas condiciones sí supondrían, a su entender, un compromiso suficiente como para estimar la fiabilidad de su contraparte.

Israel ha pasado por épocas en las que su discurso estaba más inclinado a un ataque contra Irán que impidiese su desarrollo de armas nucleares, especialmente en el pasado año. Entonces, Netanyahu defendió ante la ONU que, como máximo, Teherán tendría ya el dispositivo completo antes de fin de este año, había ha cumplido ya la primera fase en la construcción de una bomba, logrando enriquecer uranio y diseñar el mecanismo que lo albergue en un 70%. Quedaba un 20% de margen hasta completar el 90% de la bomba, que «es donde hay que actuar», dijo.

Fuente: elpais.com