La hora final del chavismo

MADURO “¡Que no quede nada en los anaqueles!”. Esa fue la orden dictada por Nicolás Maduro a las turbas chavistas por televisión, al momento de decretar la toma militar y eventual “saqueo de Estado” de varias cadenas de tiendas de electrodomésticos.

La instructiva fue seguida en masa por los cuadros del partido y por espontáneos oportunistas, que desvalijaron las tiendas siguiendo la consigna lanzada por el sucesor de Chávez: “queremos parrandear en noviembre y diciembre”.

Se trata, sin duda, de una medida demagógica a menos de un mes de las elecciones municipales, donde el chavo-madurismo podría recibir una seria sanción popular debido a la alta inflación provocada por el intervencionismo estatal en la economía.



Con el saqueo se atan varias moscas por el rabo: 1) se efectúa una violenta “redistribución”, dándole regalos navideños por anticipado a los votantes del chavismo por medio de una expropiación por demás irregular; 2) se criminaliza a los comerciantes como supuestos agentes generadores de la subida de precios; y 3) se busca bajar abruptamente las cifras de la inflación.

Respecto al segundo punto, la medida está enmarcada en el discurso oficial, que atribuye la inflación a una “guerra económica” impulsada por el imperialismo y la “burguesía parasitaria”, ficción con la que se trata de encubrir el descalabro macroeconómico causado por el “socialismo del siglo XXI”.

Pero lo cierto es que esta maniobra desesperada no hace otra cosa que confirmar el estado terminal en que se encuentra el proyecto seudo-bolivariano, engendro que ha despilfarrado la bonanza petrolera en un incontenible prebendalismo pensado para asegurarle la perpetuación en el poder a una camarilla corrupta y autoritaria.

Un dato adicional a tener en cuenta: los dueños de la cadena de tiendas Daka, la primera en ser “ocupada”, eran prominentes integrantes de la llamada “boli-burguesía”, el empresariado “amigo” del chavismo. Ahora, ellos se encuentran en los calabozos de la KGB chavista: el Sebin.

Que tomen nota los empresarios bolivianos…

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