Prioridades en el gasto público

Roberto Ortiz Ortiz*

RORTIZ El estado toma coercitivamente mediante un robo legal llamado “impuesto” los recursos del contribuyente los cuales son destinados al presupuesto de la nación junto con otros ingresos que no son precisos de mencionar ahora. El estado está supuestamente obligado a redistribuir estos “ingresos” -en la teoría claro-. Estos impuestos deberían ser utilizados para el pago a funcionarios públicos y demás gastos administrativos, pero sobre todo deberían gastarse en seguridad, salud, educación y carreteras.

Este presupuesto se ha incrementado en seis veces desde que el actual gobierno está en poder. Lo que genera una fuerte cuestionante.



¿Se han incrementado en seis veces las carreteras, la educación, la salud y la seguridad en el país?

La respuesta es muy clara y los bolivianos la vivimos día tras días, cuando el gobierno gasta el presupuesto general de la nación en bonos que realmente no aportan a los verdaderos oficios de un gobierno, sino más bien son para comprar votos.

Los vivimos cuando vemos que se construyen estadios y mercados que cumplen a promesas de discursos demagogos pero que no cumplen función alguna en la comunidad. Lo vivimos también cuando vemos que se gastan 80 mil bolivianos para pintar un mural en Sucre con el rostro del presidente Evo Morales y otros tantos miles de bolivianos para construir una estatua del ex presidente de Venezuela Hugo Chávez en Riberalta. Es válido recalcar que la misma semana en que se inauguró la estatua citada previamente, una avioneta se consumió en llamas llevándose consigo varias vidas, lo que pudo haber sido evitado si el aeropuerto -que es de manejo público- hubiese contado con una ambulancia.

Por último lo vivimos cuando vemos como una veintena de empresas públicas despilfarran ineficientemente nuestros recursos económicos para obtener números rojos en los estados de resultados.

Está muy claro que las prioridades del gobierno para el gasto público son totalmente contrarias al bienestar y desarrollo de nuestro país. Más bien estos gastos tienen el único fin de controlar la economía y hacer dependientes del estado a los bolivianos.

Pues como decía el reconocido economista francés Frédéric Bastiat: “Todo el mundo quiere vivir a expensas del Estado y se olvidan de que el Estado quiere vivir a expensas de todo el mundo”.

*Estudiante de ingeniería comercial