Un plan para quebrar empresas

recuperadas El decreto presidencial que establece el pago de doble aguinaldo y compromete seriamente la sostenibilidad de pequeños y medianos emprendimientos debe leerse en el contexto de otras medidas dictadas por el gobierno de Evo Morales.

En realidad, todo apunta a que estamos ante un nuevo paso en un plan para quebrar empresas y transferirlas al poder “de los trabajadores”, o más específicamente a células del Movimiento Al Socialismo.

Recordemos que, poco tiempo atrás, el régimen lanzó una norma por la cual las empresas que quiebren serían puestas en manos de los obreros o empleados.



El cepo se completaría con un estricto control de “precios justos”, como ya lo anunció la ministra Teresa Morales, quien adelantó que habrá cárcel para quienes suban los precios, al más puro estilo “madurista”.

En resumen, se crean costos extras que pueden llevar al cierre de los emprendimientos (no sabemos qué otros podrán venir luego del “aguinaldazo”) y se bloquea la posibilidad de trasladar parte de éstos al consumidor, de manera que el callejón sin salida desemboca en la transferencia a las burocracias sindicales.

El modelo ya fue puesto en práctica por otros regímenes neo-populistas de la ALBA, como la Venezuela de Chávez, que usó el procedimiento contra medios de comunicación críticos; y también en la Argentina kirchnerista (350 “empresas recuperadas”).

Sería un nuevo mecanismo para la creciente discrecionalidad gubernamental, que practica la fórmula “capitalismo para los amigos y socialismo para los enemigos”…

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