Brasil corre contra el reloj

Faltan 100 días para el inicio del Mundial y todavía hay mucho por hacer en el país sede. Aún se ven estadios inconclusos y el gasto público ha subido en exceso.

Brasil celebró con bombos y platillos su elección como sede del Mundial hace siete años: el “gigante dormido” finalmente despertaba para mostrar al mundo su poderío económico, y no solamente el deportivo.



Para el entonces presidente Luiz Inacio Lula da Silva (2003-2010) acoger la Copa en Brasil por primera vez en más de cinco décadas era un sueño hecho realidad: serviría no solo para exorcizar el fantasma del ‘Maracanazo’ uruguayo de 1950, sino también para impulsar al país en el escenario internacional.

Pero a 100 días del inicio del torneo en el país que hizo del fútbol un arte, las dudas sobre si esto fue una buena idea parecen asolar a parte de la población, a la FIFA y al gobierno de Dilma Rousseff, que se juega la reelección en octubre.

Cinco de los 12 estadios del Mundial aún no han sido inaugurados, muchos presupuestos se han más que duplicado, la construcción de líneas de metro, tranvías y terminales aeroportuarias ha quedado por el camino, y los manifestantes amenazan con salir en masa a las calles durante la Copa.

Pero pese a los esfuerzos y al inmenso gasto público en la organización del Mundial (unos 11.000 millones de dólares), Brasil no ha podido escapar a la imagen cliché de país tropical donde todo se resuelve a medias y tarde, aunque con una sonrisa a flor de labios.

“Una de las marcas negativas de la organización de la Copa en Brasil es la improvisación. Es una cuestión cultural, creer que todo se puede hacer a último momento, sin planificación, pero que va a salir bien porque lo resolveremos con hospitalidad y cariño brasileños", explicó José Carlos Marques, profesor del Observatorio del Deporte en la Universidad Estatal Paulista (Unesp).

Las protestas que denuncian el gasto público en el Mundial al grito de “¡Nao vai ter Copa!” (¡No habrá Copa!) y piden más inversiones en transporte o educación son otro desafío a los preparativos, aunque convocan menos manifestantes que en junio, cuando la mayor revuelta popular en una generación sacudió Brasil durante la Copa Confederaciones de la FIFA.

Una mayoría de los brasileños aún sueña con levantar su sexto trofeo en el Maracaná el 13 de julio, pero el porcentaje de la población que apoya el Mundial en Brasil ha caído de 79% en 2008 a 52%, según un reciente sondeo de Datafolha.

Para disuadir de actos violentos a radicales como los anarquistas de Black Bloc, el Gobierno impulsa una ley para prohibir los manifestantes enmascarados y ha anunciado que sacará a las fuerzas armadas a las calles si es necesario.

También estudia poner en las calles a policías “ninjas” —expertos en artes marciales como jiu-jitsu— para realizar arrestos masivos, una estrategia que ensayó con éxito recientemente en Sao Paulo.

Todos los estadios debían estar listos el 31 de diciembre, repitió la FIFA durante meses. Pero ninguno de los seis recintos en obras tras la Copa Confederaciones lo consiguió, y Brasil tiene aún cinco estadios en el debe. Ahora hay que avanzar a velocidad de vértigo. “Vamos a 200 km/h, mas allá de lo permitido en ruta, pero será solo hasta el 12 de junio”, declaró resignado el secretario general de la FIFA, Jerome Valcke.

Curitiba, el más atrasado, se salvó por un pelo de quedar fuera del Mundial. Sao Paulo y Cuiabá también corren contrarreloj, mientras Porto Alegre y Manaos están casi listos, pero no han sido inaugurados aún.

“Brasil acaba de darse cuenta, comenzó demasiado tarde. Es el país con más retraso (en la organización del Mundial) desde que estoy en la FIFA (1975) y era el único que tenía tanto tiempo para prepararse", lamentó en enero el presidente de la FIFA, Joseph Blatter.

Pero muchos confían en que, como todo en Brasil, las cosas se resolverán a último instante. Una de ellas es la propia presidenta Rousseff: la "Copa de las Copas (…) será un evento deportivo, sí (…), pero también una oportunidad para Brasil de mostrarse al mundo, de mostrar la fuerza y la vitalidad de la nación brasileña, la alegría de los brasileños de recibir a todos sus invitados".

La campeona recupera su fuerza para ir por otro título

AFP / Madrid

España recuperó la sonrisa a 100 días de defender su título en el Mundial 2014, tras disiparse las dudas sobre algunos puestos claves y el rejuvenecimiento llevado a cabo por el seleccionador Vicente del Bosque.

Se la consideró “moribunda”, pero discretamente y sin ruido, la Roja quiere volver a creer en sus posibilidades.

Cierto es que la dura derrota que le infligió Brasil en la final de la Copa Confederaciones el pasado año (3-0) sigue escociendo. Cierto también que la campaña de clasificación para el Mundial no ha sido la mejor de la selección española, que se distinguió más como la mejor defensa de Europa que por la eficacia emblemática de su juego de toque, a veces demasiado previsible.

Y cierto es que el Grupo B de la Copa del Mundo está lejos de ser el más fácil: España se enfrentará a Holanda, a la que venció en la final del Mundial 2010 (1-0 en la prolongación), a Chile y a Australia. El segundo de esta llave corre luego el riesgo de enfrentarse en octavos de final a Brasil en su casa.

Pero, España, a pesar de todo, sigue siendo la tierra que engendra campeones y en ello confía para afrontar Brasil 2014.

Para volver de Brasil con el título, Del Bosque puede seguir contando con el núcleo duro de sus conquistas pasadas como el portero y capitán Iker Casillas o los pequeños genios del balón y del toque: Xavi Hernández, Andrés Iniesta, Cesc Fábregas, David Silva… A lo que se añade una nueva generación, consagrada en las categorías inferiores y que emerge ahora en varios grandes clubes.

Para el partido amistoso contra Italia el miércoles en Madrid, última cita antes de dar la lista para el Mundial, Del Bosque ha apostado por el joven lateral del Chelsea, César Azpilicueta (24 años), el centrocampista del Bayern de Múnich Thiago Alcántara (22 años) o Koke, el polivalente mediocampista del Atlético de Madrid (22 años).

También ha apostado por el delantero de origen brasileño Diego Costa (25 años), naturalizado español y convocado por su perfil combativo, que está haciendo maravillas en el Atlético. “Creemos que puede ayudarnos a ser mejores, por eso lo traemos”, resumió Del Bosque.

Todos estos jugadores aportan sangre nueva a una selección que se consideraba en declive, dependiente de grandes nombres que tampoco parecen estar en su mejor momento en sus respectivos clubes, como David Villa (32 años, Atlético de Madrid), Fernando Torres (29 años, Chelsea) o Álvaro Arbeloa (31 años, Real Madrid).

Pocos países pueden permitirse el lujo de descartar así jugadores emblemáticos, lo que demuestra la riqueza del semillero del que dispone Del Bosque.“Tenemos muy buenos jugadores para defender el título de 2010, pero no nos debe faltar humildad”, advirtió, no obstante, hace algunas semanas.Con todo esto, sin duda, la Roja ha vuelto a recuperar la sonrisa y aspira a renovar su corona mundialista.

El local tiene un equipo fogueado

AFP / Río de Janeiro

Eterno favorito a ganar el Mundial, y más que nunca este año en que será el anfitrión, Brasil ya tiene un equipo fogueado que ganó la Copa Confederaciones-2013 pero que aún presenta dudas en algunas posiciones.

Para tratar de despejar esas inquietudes, la ‘Seleçao’ jugará mañana ante Sudáfrica en Johannesburgo su último amistoso antes de dar a conocer el 7 de mayo la lista de 23 jugadores que disputarán el Mundial del 12 de junio al 13 de julio (días antes del inicio del torneo jugará otros dos amistosos contra Panamá y Serbia).

“El partido contra Sudáfrica será una prueba importante, contra una selección que venció recientemente a España (1-0 en noviembre del año pasado)”, subrayó el seleccionador brasileño, Luiz Felipe Scolari. “Es el momento para diseñar junto a los jugadores y el cuerpo técnico nuestro plan para el Mundial”, agregó.

‘Felipao’, que solo convocó 19 jugadores para el amistoso contra Sudáfrica, ya tiene bien claro quiénes formarán el plantel para el Mundial, y asume sin vueltas el papel de favorito.

Desde su retorno a la dirección técnica de la selección en noviembre de 2012 —diez años después de llevarla a ganar el pentacampeonato mundial en Corea del Sur y Japón-2002— se encargó de armar un equipo base. Este, formado por Julio César; Dani Alves, David Luiz, Thiago Silva (capitán), Marcelo;  Paulinho, Luiz Gustavo;  Hulk, Óscar, Neymar;  Fred, ganó la Copa Confederaciones-2013 tras vencer en la final a España por 3-0.

Scolari ha estabilizado la defensa en torno al capitán Thiago Silva, acompañó la eclosión de Neymar y relanzó en el centro del ataque a Fred, que durante mucho tiempo estuvo a la sombra de Ronaldo, Adriano, Luis Fabiano y Alexandre Pato. Además Fred, exjugador del Lyon francés, fue el máximo goleador de la Copa con cinco goles junto al español Fernando Torres, y lleva marcados 16 tantos en 31 partidos con la selección brasileña.

Pero tras su actuación estelar en la Confederaciones en junio pasado, tuvo un segundo semestre de 2013 plagado de lesiones y recién pudo volver a jugar por Fluminense a inicios de este año. Con el ‘Flu’ disputó tres partidos sin anotar goles ni mostrar su mejor nivel y volvió a sufrir una lesión.

“Sin dudas que esta serie de lesiones inquietan”, dijo alarmado a principios de febrero el coordinador técnico de la selección, Carlos Alberto Parreira. Si Fred “llega a sufrir una nueva lesión, pondrá en riesgo su presencia en el plantel que disputará el Mundial”, agregó.

En febrero, Fred ha mostrado altibajos frente al arco rival, como si estuviera falto de confianza. Si bien marcó dos tantos decisivos en dos partidos, también falló dos penales y otras oportunidades clarísimas. Pero el DT está dispuesto a esperarlo.

Algunas dudas por resolver

El sector ofensivo presenta otras dudas: si Óscar (Chelsea) se transformará en el creador de juego y si Neymar —intocable sobre la izquierda y que viene teniendo una temporada correcta en el FC Barcelona— no se verá afectado por los problemas judiciales que su padre y agente está enfrentando, tanto en Brasil como en España, por su transferencia al equipo catalán.

El ala derecha del ataque, ocupada por Hulk (Zenit de San Petersburgo), tiene otros aspirantes como Willian (Chelsea), Bernard (Shakhtar Donetsk) y hasta Lucas (París Saint Germain).

En el medio campo, los volantes Paulinho y Luiz Gustavo compiten con Ramires y Fernandinho.

¿Y en el arco?,  Julio César sigue siendo el arquero titular.

Fuente: La Razón