Desastre en Bolivia: Las lluvias de enero y febrero marcaron un índice histórico

En Rurrenabaque llovió 261% más de lo normal en enero y en febrero, 189,7% demás. Los ríos Beni y Mamoré colpasaron e inundaron 7 de las 8 provincias de Beni. El Senamhi señala que las peores precipitaciones ya pasaron.

imageLos ríos Beni y Mamoré colapsaron.

Página Siete  / La Paz



Los meses de enero y febrero marcaron un índice histórico de lluvias, que fueron  la causa principal de las inundaciones  en Beni y La Paz. Los ríos Beni y Mamoré colapsaron porque tuvieron que trasladar grandes masas de agua que bajaron desde el occidente del país y los llanos orientales.

Para citar un  caso en  Beni, el Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (Senamhi) explica que sólo en el área rural del municipio de Rurrenabaque (límite La Paz-Beni) llovió 261% (866,6 mm) más de lo normal (330,8 mm o litros por metro cuadrado) en enero 2014 y en febrero, 189,7% (672,5 mm) más de lo normal (454,5 mm).

Uno de los responsables del Senamhi, Elmer López, informó al diario Página Siete que el parámetro de "normalidad” en las lluvias se construye a partir de 30 años de seguimiento al comportamiento de las precipitaciones pluviales en  una región.

Por su parte, el analista ganadero Alberto de Oliva Maya explicó que la inundación en Beni es la más grande registrada en el departamento en el último tiempo, pues se calcula un promedio de 1,5 metros por encima de la que se tenía en 1947. Precisó que los ríos que atraviesan Beni inundaron de manera escalonada siete de sus ocho provincias.

Explicó que las fuertes lluvias se registraron durante 45 días entre enero y febrero acumulando 1.539,6 mm, cuando el promedio anual en la zona es de 1.980 mm. Como otro ejemplo -dijo- la Estancia Santa Isabel, próxima a Rurrenabaque, soportó una lluvia de 410 mm caída en 36 horas y que fue medida en la zona central de la provincia Yacuma, el 26 de enero (300 mm) y al día siguiente, 110 mm.

Inundaciones históricas

La crecida de las aguas en los ríos Beni y Mamoré, que a su vez recogen todas las aguas del occidente y llanos cruceños, y el posterior rebalse causó las inundaciones en gran parte del departamento de  Beni desde el 26 de enero pasado. Ahora esas aguas están de salida del país por el río Madre de Dios, luego irán al Acre (Brasil) en dirección del Amazonas y posteriormente desemboquen en el océano Atlántico.

De acuerdo con el geólogo Francisco Gutiérrez, las lluvias en la cordillera de Cochabamba y en los Yungas de La Paz (6.000 mm por año) causaron el rebalse de los ríos Chapare, Sécure y Apere e inundaron el trópico cochabambino, el área del TIPNIS, San Ignacio de Mojos, además de la ciudad de Trinidad, debido a los rebalses de los ríos de llanura Tijamuchi e Ibare.

También se marcaron índices históricos  en las nacientes del río Beni, es decir desde el nevado Chacaltaya y  el trayecto de esta cuenca que tiene 980 kilómetros;  y en los ríos Santa Elena, Cotacajes y Bopi en la cordillera del Madidi  y en el sub andino, en el río  Inicua. Las precipitaciones, al mismo tiempo, se registraron en la serranía subandina de Eva Eva y Pilón Lajas, aportando sus aguas a los ríos Matos y Maniqui. 

Los ríos antes indicados que nacen en las montañas, dijo Gutiérrez, rápidamente drenaron sus aguas en las zonas bajas o praderas de  Beni,   que  ya estaban inundadas por las lluvias caídas sobre ellas.

Esta acumulación de agua inundó inicialmente Rurrenabaque (26 de enero); luego, el municipio de Reyes aumentando el caudal del río Yacuma que  inundó la población aledaña  de Santa Rosa del Yacuma.

Gutiérrez explica que en las pampas benianas, debido al deficiente desarrollo del drenaje, el terreno impermeabilizado con sedimentos finos, la baja pendiente y la vegetación de la llanura, evitaron una rápida evacuación de agua mayor a 10 kilómetros por día. Señala que esta velocidad fue calculada entre dos puntos distantes entre 20 kilómetros o entre las estancias Santa Isabel y Bella Flor aguas abajo de la primera.

Las lluvias caídas durante la última semana de enero en la  serranía de Pilón Lajas, naciente del  río Maniqui, produjeron un frente de inundación (golpe de agua) que tenía unos 60 kilómetros de ancho  e inundó la población de San Borja, llegó a Santa Isabel  el 16 de febrero. En 48 horas la inundación elevó su nivel 0,60 metros y luego disminuyó su ritmo de aumento hasta que el 23 de febrero dejó de subir, habiendo alcanzado 0,85 metros. Se estabilizó hasta el 26 del mismo mes; aunque a partir del 10, muy lentamente, comenzaron a  bajar las aguas. A la fecha, el  nivel bajó a 0,70 metros.

El geólogo Gutiérrez recordó que la actual  inundación en la estancia Santa Isabel alcanzó 0,90 metros más que la registrada en 1982, que se conoce como la peor de la región.  Este año, en Beni, el único terreno no inundado fue una loma construida por los antiguos habitantes de la cultura de las lomas y que está entre 0,80 y un metro de altura sobre el nivel alcanzado por la inundación.

Inundaciones históricas

El geólogo Francisco Gutiérrez recuerda que las llanuras de Beni, con mayor o menor intensidad, son inundadas todos los años, muy rara vez no sucedió esto. En 1669 el jesuita Julian de Aller se refiere a las inundaciones "casi en todos los pueblos entra cada año el río”. Registros de inundaciones extremadamente altas y desastrosas existen desde 1779 y 1881 que produjeron el traslado de la ciudad de Trinidad desde las orillas del río Mamoré a su actual ubicación: En los años 1853, 1886, 1895, 1928, 1929, 1942, 1947, 1959, 1969, 1976, 1978, 1982, 1992, 1993, hubo inundaciones regionales como sucedió en    2007 y 2008 en Trinidad, como también se conocen de aquellas inundaciones extremas como las de los años  1929, 1930, 1969 y 1982. Éstas siempre muestran coincidencia con la aparición del fenómeno de El Niño por el calentamiento del océano Pacífico frente a la costa de Perú y Chile.