El presidente del Bayern, ante el juez por evadir 18,5 millones

Ulli Hoeness se declara culpable y asegura estar dispuesto a pagar lo que debe. «Lamento profundamente mi comportamiento y estoy dispuestos a hacer cualquier cosa para cerrar este capítulo»



Ulli Hoeness, presidente del Bayern Múnich. / CORDON



Hubo una época en la vida de Ulli Hoeness, el todavía poderoso y temido presidente del Bayern de Múnich, en la que la nación caía rendida a sus pies. Hoeness estaba en camino de convertirse en la principal instancia moral del país, un hombre que no tartamudeaba a la hora de denunciar a los ambiciosos especuladores de la Bolsa en medio de la peor crisis financiera mundial, una actitud que fue premiada incluso con elogios de la canciller Angela Merkel

Pero la vida da muchas vueltas y Hoeness, un hombre que era insaciable a la hora de conquistar triunfos para el club de sus amores, al que le ha dedicado más de 40 años de su vida, tenía una vida secreta que desde este lunes está siendo ventilada ante un juez en el Palacio de Justicia de Múnich donde ha comparecido para hacer frente a una grave acusación de evasión fiscal que lo puede llevar a la cárcel.

“He eludido impuestos”, admitió Hoeness ante el juez, “y tengo claro que con mi autodenuncia nada cambia. Esperaba, eso si, eludir con ella un proceso judicial”, añadió el acusado más famoso del país, quien compareció ante el juez vestido con un sobrio traje azul, camisa blanca y corbata color vino y que utilizó las virtudes de la humildad como estrategia para evitar la cárcel

El comienzo del juicio ha sido el tema del día y la sorpresa de que la evasión fiscal, que era estimada en 3,5 millones de euros por la fiscalía, alcanza a 18,5 millones de euros. “Lamento profundamente mi comportamiento y estoy dispuestos a hacer cualquier cosa para cerrar este capítulo ¡No soy un parásito social!”, exclamo el acusado después de prometer que pagara hasta el ultimo centavo que le exija el fisco.

Hoeness además de apóstol moral de la nación también era insaciable. Bajo su dirección, el Bayern ha ganado todo lo que era posible ganar. 18 Ligas, 11 Copas de Alemania y dos Ligas de Campeones. Más importante aún, Honess, como ejecutivo, convirtió al Bayer en el club más rico de Alemania, una empresa deportiva que tiene un valor de 1,3 mil millones de euros.

Pero Hoeness no solo tenía un apetito insaciable de triunfos. También era codicioso, una faceta de su vida que se conoció el 20 de abril de 2013 cuando la nación se enteró, que la instancia moral de Alemania habia evadido impuestos durante años. Con una cuenta secreta en el banco Vontobel de Zurich, Hoeness ganó varios millones de euros especulando con acciones, una fortuna que nunca declaró al fisco alemán.

El origen de su fortuna secreta depositada en Suiza, según reveló el propio Hoeness se habia iniciado con un préstamo que recibió de su amigo Robert Louis-Dreyfus, ex jefe de ADIDAS, quien le dio, hace trece años, cinco millones de marcos (2,5 millones de euros), para que especulara con el dinero en la Bolsa. El ex ejecutivo de Adidas también habría avalado un préstamo de otros 15 millones de marcos ( 7,5 millones de euros).

El delito de evasión fiscal cometido por Hoeness arruinó para siempre su imagen de apóstol moral del futbol profesional alemán, un luchador incansable contra la corrupción y que se sentía orgulloso de pagar sus impuestos en Alemania. Poco después de conocerse el escándalo, la canciller, Angela Merkel, que profesaba una abierta simpatía por el principal ejecutivo del equipo muniqués se distanció de él a través de su portavoz, Steffen Seibert, “Muchas personas se sienten decepcionadas por Hoeness. La canciller es una de ellas”, dijo el portavoz.

El drama judicial de Hoeness se inició en enero de 2013, cuando el presidente del Bayern se autoinculpó ante las autoridades bávaras, con la esperanza de poder evitar un proceso judicial. La autodenuncia es una práctica legal en Alemania y que le permite a un evasor fiscal eludir la acción de la justicia a cambio del pago de la deuda de impuestos con intereses, más el pago de una multa.

Pero el ex campeón del mundo y de Europa con la selección alemana, al parecer no reveló todos los pecados cometidos, ni tampoco el monto total del dinero que tenía. Peor aún, todavía no está claro si su autodenuncia la presentó cuando ya estaba siendo investigado o no, un detalle crucial que lo puede enviar a la cárcel o ser obligado a pagar una simple multa.

El proceso tendrá cuatro vistas y sólo cuatro testigos comparecerán ante el juez. La sentencia será dada a conocer el próximo jueves y, si es encontrado culpable, Hoeness podría ser condenado a una pena de cárcel de hasta 10 años. Según las leyes alemanas, un evasor fiscal se arriesga a penas de cárcel si ha ocultado al menos un millón de euros como sucedió en 1997 cuando Peter Graff, el padre de la tenista Steffi, fue condenado a tres años y medio de cárcel y a pagar una multa de 12,3 millones de marcos. El padre de la tenista había ocultado al fisco unos ingresos de 42 millones de marcos.

Fuente: elpais.com