Validan la teoría de la morfogénesis química de Turing 60 años después de su muerte

Grandes programadores de la historia Para ver  todas las fotos haz click aquí

Alan Mathison Turing (1912-1954) fue uno de los genios informáticos más grandes de la historia, por ello se le conoce como el “padre de la computación”. Este matemático, filósofo y científico, cuyas aportaciones en el campo de la criptografía evitaron miles de muertes en la Segunda Guerra Mundial, acortándola varios años gracias a su decodificación de secretos de los nazis, tiene una vertiente menos conocida pero no por ello menos importante: la del campo de la biología y la química.

 



Es en este campo donde hoy, 60 años después de su muerte, un equipo de investigadores de las universidades de Brandeis y Pittsburgh han certificado la validez de la teoría de la morfogénesis química de Turing, formulada en 1952, poco tiempo antes de suicidarse.

 

La investigación residía en averiguar cómo idénticas copias de una sola célula se diferencian, por ejemplo, en un organismo con brazos y piernas, cabeza y cola. Turing fue el primero en ofrecer una explicación de la morfogénesis química. Teorizó que las células biológicas idénticas se diferencian, cambian de forma y crean patrones a través de un proceso llamado reacción-difusión intercelular. En este modelo, un sistema de sustancias químicas reaccionan uno con el otro y se difunden a través de un espacio, entre las células de un embrión. Estas reacciones químicas necesitan un agente inhibitorio, para suprimir la reacción y un agente excitatorio, para activar la reacción. Esta reacción química, difundida a través de un embrión, creará patrones de células químicamente diferentes. Turing predijo hasta seis patrones diferentes que podrían surgir de este modelo.

 

Para validar la teoría de Turing, los investigadores crearon anillos de estructuras sintéticas similares a células inhibiendo y activando reacciones químicas para poner a prueba esta teoría. Tal y como Turing teorizó, los científicos observaron los seis patrones de células químicamente diferentes y uno más que no fue previsto por Turing.

 

Los resultados de esta investigación que han sido publicados en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS) tendrán una gran repercusión en el estudio del desarrollo biológico así como en la ciencia de los materiales.

 

Si 2012 fue un año memorable para la figura de este gran genio por la celebración de su centenario, 2014 no se queda atrás con la validación de esta teoría y el próximo estreno de la película sobre Alan Turing (“The Imitation Game”), a quien dará vida el actor Benedict Cumberbatch y que está basado en el libro de Adrew Hodges, “Alan Turing: The Enigma”.

 

 

Fuente: muyinteresante.es