¿Quién era el ‘buen ladrón’ que fue crucificado junto a Jesús?

Este malhechor, de nombre Dimas, fue crucificado a la derecha de Jesús y ambos mantuvieron un diálogo. “Hoy estarás conmigo en el Paraíso”, le dijo Cristo.

Madrid. San Dimas fue objeto de gran devoción en los primeros años del cristianismo pero luego cayó en el olvido. “Fue canonizado por Cristo” que en la cruz le prometió el paraíso, dice el sacerdote español Alvaro Cárdenas.



Este párroco de la diócesis de Getafe, Madrid, es traductor y editor de la versión en castellano del libro El Buen Ladrón. Misterio de la Misericordia, del canadiense André Daigneault.

Este malhechor, de nombre Dimas, fue crucificado a la derecha de Jesús y ambos mantuvieron un diálogo que la Biblia recoge. Condenado como el Mesías a la crucifixión, el ladrón reconoció en su compañero de calvario al Hijo de Dios. Le rogó: “Acuérdate de mí cuando llegues a tu Reino”. Y Jesús le hizo una promesa que no hizo a nadie más: “Hoy estarás conmigo en el Paraíso”.

El libro de Daigneault y Cárdenas contiene la mayor documentación reunida hasta ahora sobre lo que han escrito los Padres de la Iglesia y lo que han dicho los Papas, entre ellos Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco, respecto a San Dimas.

El Buen Ladrón, explicó Cárdenas, fue “el primero que creyó en Dios de una manera excepcional, porque todos los apóstoles y los que siguieron a Jesús le creyeron por sus milagros, curaciones y signos, pero luego lo abandonaron y dejaron solo hasta la Resurrección. El Buen Ladrón no vio ningún signo, no vio a Jesús resucitado. Se encuentra con Jesús en el peor momento, pero es capaz de reconocer en Él al Hijo de Dios, por eso los Santos Padres no dejan de dar alabanzas a la fe de este hombre, que es irrepetible”.

Al principio, también Dimas insultó a Jesús, en el camino de la cruz, pero luego fue descubriendo quién era ese hombre acusado de blasfemo, y se dio cuenta de que, a diferencia de todos los blasfemos que había conocido en su vida, Jesús no mostraba odio ni resentimiento sino que perdonaba a sus enemigos.

Desde ese lugar de derrota y muerte que es la cruz, Dimas “encuentra la mirada de Jesús que entra en lo más profundo de su corazón, le revela el amor de Dios y él se aferra a la certeza de que ese amor es más grande que todos sus pecados, que todos sus crímenes, que todos sus errores”, explicó el padre Cárdenas.

Por eso San Dimas es el gran ejemplo espiritual de que la conversión es obra gratuita de Dios, de su misericordia, el rasgo divino que con más frecuencia evoca el papa Francisco. “Es el primer santo de la historia, es un prototipo de la santidad, el primero que entró en Su Reino. Por lo que se ve una revelación muy grande de la Misericordia de Dios que ha escogido al más perdido, a un ladrón, un criminal para revelarnos su misericordia y la bondad de Dios que salva hasta en el último extremo”, afirmó el editor del libro.

Por ello, el libro se dirige a todos, creyentes o no, a los que han “fracasado”, se encuentran “perdidos”, sufren el rechazo de la sociedad o están “marcados por el dolor de la cruz” pero, de una manera especial, a quienes no conocen a Dios, como le ocurría al Buen Ladrón que finalmente, acabó “robando el cielo”.

Fuente: Infobae

Fuente: peru.com