Cubanizando la Fiscalía

GUERRERO El fiscal general de Bolivia, Ramiro Guerrero, acaba de suscribir un convenio en La Habana con su par cubano, Darío Delgado, para el “fortalecimiento institucional” del Ministerio Público.

Según el acuerdo, la fiscalía cubana aportará a la boliviana en “formación, capacitación y criminalística”.

¿A santo de qué se busca la asesoría de la fiscalía general de una dictadura, es decir, de un órgano cuya principal función es la represión política? ¿Se pretende “perfeccionar” el rol inquisitorial cumplido hasta ahora por el Ministerio Público boliviano en la persecución a opositores?



Veamos un ejemplo del papel cumplido por la fiscalía general de Cuba. En 1991, el régimen castrista creó por medio de esa entidad las “Brigadas de Acción Rápida”, destacamentos conformados por civiles con la misión de controlar cualquier signo de descontento público o manifestaciones contrarrevolucionarias. La principal misión de las “Brigadas” es la de violar las garantías de las personas que se dedican a la promoción y protección de los derechos humanos.

Queda claro que, con medidas como este convenio que busca “cubanizar” la fiscalía, Bolivia se aleja cada vez más de principios como la independencia de poderes y el debido proceso…

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