MAS mira desde arriba, la oposición debe polarizar para ganar en Santa Cruz

Informe político. Evo Morales tiene el reto de romper el 40% de techo de votación. Eso consiguió en el revocatorio y en la última elección presidencial. La oposición tiene sangría de votos. ¿Morales es más cruceño? ¿Costas está solo? ¿Doria Medina y su emprendedurismo enamoran?

Las élites, el voto pragmático y el espíritu liberal del cruceñismo.

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EL DEBER, Santa Cruz.

Santa Cruz puede cambiar su condición de departamento opositor en las elecciones del 12 de octubre. Por primera vez desde su llegada al poder, el Movimiento Al Socialismo aparece líder en las encuestas de intención de voto en el mayor reducto opositor del país. En el estudio de opinión realizado por Tal Cual el 12 y 13 de abril (420 personas entrevistadas en Santa Cruz de la Sierra, San Julián, El Torno y Montero, con un margen de error del 4,77%), Evo Morales aparece con una intención de voto del 32%, ocho puntos abajo que en la medición de enero, pero 16 por encima de su inmediato perseguidor, el gobernador Rubén Costas (16), y 20 por encima de Samuel Doria Medina. Muy lejos, pero en ascenso, está Juan del Granado (5%) y como oportunidades y amenazas aparecen los indecisos (16%) y los disconformes agrupados en la categoría ‘Ninguno’, con el 17%. Con un tercio de los votos totales por decidir, el territorio político cruceño es un campo abierto.

Al MAS le gusta este presagio. La expresidenta de la Cámara de Diputados Betty Tejada considera que si Evo Morales viviera en Santa Cruz ya hubiese arrasado con la preferencia electoral. Mientras tanto, la oposición, desde la vereda del posible pacto entre demócratas y ‘sin miedo’, ven que aún todo es relativo y que las posibilidades están abiertas.

Nadie se puede dormir

Para el politólogo Carlos Guzmán, al MAS aún le quedan dos desafíos para ganar en Santa Cruz. Explica que en Santa Cruz se necesita una propuesta económica fuerte, ya que el liberalismo está arraigado en la sociedad, que no depende de los vaivenes del Tesoro General de la Nación para subsistir. “Así como la oposición no tiene un discurso contrahegemónico nacional, el MAS no tiene un discurso contrahegemónico local”, señala.

Para el segundo reto tal vez ya no le quede tiempo al oficialismo, que es descubrir cuadros de liderazgos propios, no prestados ni fugaces, como lo fueron Roberto Fernández y Jerjes Justiniano.

El MAS tiene algo a favor: la tendencia de su votación es ascendente. Fue desde el 10% en 2002 hasta el 40% en 2009. Su problema es que ese 40% parece estar muy cercano a su techo, ya que se repitió tanto en el referéndum revocatorio como en las últimas presidenciales.

Para Óscar Ortiz, dirigente del Movimiento Democrático Social, ese es el techo y que la encuesta de intención de votos lo ubique con el 32% es una clara muestra de que su tendencia es bajar. Lo justifica en el hecho de que la población conoce la propuesta de Morales y es el único que puede hacer campaña a través de los spots de apoyo de gestión que se emiten en los medios nacionales. Cree que aún existe ese 60% de electorado opositor y que Rubén Costas lo puede conquistar. Para Fabián Yaksic, dirigente del Movimiento Sin Miedo, es evidente el crecimiento del MAS y la mejor forma de detenerlo es presentando una alternativa vigorosa.

Tejada, por su parte, señala que el MAS trabaja a diario para superar el supuesto techo. Lo hace con reuniones sectoriales y territoriales, privilegiando la agenda cruceña. Al parecer, la única alternativa de la oposición para mantener la plaza cruceña es polarizar la elección. En el único escenario donde diferentes postulantes se han hecho fuertes y el voto ha sido plural, el MAS ha salido vencedor. Fue en 2006, en la elección para asambleístas constituyentes. Allí al MAS le bastó un 28% para alzarse con la victoria, la única de un partido de izquierda en Santa Cruz.

Opositores

Óscar Ortiz no tiene ninguna duda de que la oposición ganará en Santa Cruz. Asegura que la imposibilidad de hacer campaña lastra las posibilidades de crecimiento de los candidatos opositores, pero cree que en los tres meses anteriores a la votación, Rubén Costas logrará convertir su 70% de aprobación de gestión en voto. Yaksic, por su parte, asegura que el MSM ha hecho un gran trabajo en la zona metropolitana de Santa Cruz y que tiene presencia, pero prefiere apostar a la alianza que aún se negocia entre Del Granado y Costas. Sobre Doria Medina, el analista Guzmán cree que su impronta de emprendedurista lo ayuda para llegar a cierta parte del electorado cruceño, pero aún no ha logrado consolidarse.

El analista Pablo Javier Deheza también ve volatilidad en las opciones de la oposición. Cree que mientras no se defina una propuesta distinta a la del oficialismo, la intención de voto seguirá oscilando entre todas las opciones y puede que se refuerce la opción ‘ninguno’, que son electores que no quieren al MAS pero tampoco encuentran opción entre los postulantes de oposición 

Las élites, el voto pragmático y el espíritu liberal del cruceñismo

Hay cierto consenso en que el electorado cruceño se irá por las propuestas que le garanticen mantener una forma de vida y cierto corte liberal en el manejo de la economía. También en que es un votante pragmático, pero también influido por cierto discurso de las élites locales, que manejan un doble registro cuando la votación es local o nacional.

Esa, para Carlos Guzmán, puede ser una explicación del porqué Costas aparece tan abajo en la intención de voto. Cree que las élites se han fragmentado cuando miran hacia lo nacional y que ahora, en las fotos, Costas aparece solo, ya no con el presidente cívico, el líder de los empresarios privados y el resto de la dirigencia política local a sus espaldas. Este aislamiento le puede estar costando votos.  Betty Tejada admite que Costas aún tiene arrastre popular, pero lo relaciona como los resabios de las luchas autonómicas y desconfía de su efectividad como administrador público. En cambio, elogia el hecho de que Morales, tras casi nueve años en Palacio, no se haya desgastado y pueda aspirar a crecer en votación en Santa Cruz. Opina que Morales recién se está liberando de ‘mentiras’ y ‘miedos’ que se inculcaron en la población sobre su Gobierno: que iba a quitar tierras y casas a los propietarios.

Para Ortiz, en cambio, el 33% que suman los indecisos con los disconformes son una oportunidad de crecimiento para la oposición. Considera que ellos ya han descubierto qué puede hacer Morales tras nueve años de gestión y buscan una alternativa a su mandato.

Para Yaksic, lo más importante para el electorado cruceño es un modelo que le permita consolidar sus perspectivas de desarrollo, sus condiciones de vida y que le que ha tomado conciencia de que su voto puede ayudar a consolidar equilibrios democráticos.

Para Tejada, en cambio, el electorado cruceño, en cierta porción, es sentimental, tiene recuerdos de las reivindicaciones autonómicas, pero que también ha sido pragmático y ha volcado un 40% de sus votos a favor de Morales cuando su permanencia en el poder ha estado en juego.