Sanciones ponen en evidencia los intereses comunes de Rusia y EEUU

La aplicación de las sanciones contra Rusia es vista como un castigo ejemplar por unos y un despropósito por otros, pero está poniendo en evidencia las intrincadas relaciones comerciales y estratégicas de dos potencias condenadas a entenderse.

EEUU y Rusia son dos potencias históricamente enfrentadas, ahora Ucrania es el nuevo motivo de la discordia entre estos países representados por Barack Obama y Vladimir Putin/Reuters



El único modo para que un astronauta estadounidenses llegue a la Estación Espacial Internacional es apretarse en un habitáculo minúsculo con cosmonautas rusos y seguir instrucciones en cirílico, un símbolo de cooperación entre dos países llevado a la máxima expresión.

Pero a ras del suelo, los ánimos entre Rusia y Estados Unidos no pasan por su mejor momento a cuenta de Ucrania, un país en la encrucijada entre los miembros de la Alianza Atlántica y Rusia que ha cambiado su tradicional vínculo con Moscú por el de Occidente.

Estados Unidos ha liderado una ofensiva para aislar a Rusia diplomática y económicamente por haberse anexionado la desafecta Crimea y mantener una fuerte presencia militar en las fronteras con Ucrania que envalentonan a milicias armadas pro-rusas.

¿Qué pasa si la economía de Ucrania se tambalea?

"Por ahora las sanciones no han servido para provocar un cambio en la política rusa, pero la amenaza de sanciones ha creado un ambiente de incertidumbre en los mercados", explica a Efe Jeffrey Schott, experto de Instituto Peterson de Economía Internacional.

En una rueda de prensa conjunta este viernes en la Casa Blanca, el presidente estadounidense, Barack Obama, y la canciller alemana, Ángela Merkel, amenazaron a Moscú con las temidas sanciones por sectores si su interferencia no permite que se den las condiciones para las elecciones generales ucranianas de finales del día 25.

De momento sólo están sujetos a la congelación de bienes varias decenas de políticos y empresarios cercanos al presidente ruso Vládimir Putin y algunos bancos, pero el temor a que la crisis ucraniana se expanda hace temblar no solo a los inversores rusos y europeos (con más vínculos comerciales), sino también a los estadounidenses.

Los primeros en sentir las consecuencias de la animadversión entre la Casa Blanca y el Kremlin han sido Visa y Mastercard, que temen que este período de tensión acabe con sus negocios de pagos en Rusia.

Ya se sienten las consecuencias de las sanciones

La pasada semana, en su presentación de resultados del segundo trimestre, Visa dijo que las sanciones ya impuestas están teniendo un impacto negativo en sus operaciones, pero lo peor podría estar por llegar si la Duma (Parlamento) decide legislar en contra de servicios de pago estadounidenses.

"Estamos atrapados en la arena política de Estados Unidos y Rusia", opinó Charlie Scharf, consejero ejecutivo de Visa.

Aunque el programa espacial entre Rusia y Estados Unidos sigue sin sufrir las consecuencias del deterioro de relaciones, el Pentágono podría tener problemas para poner en órbita satélites espías, ya que los cohetes utilizados para estos lanzamientos tienen propulsión rusa.

"A río revuelto, ganancia de pescadores" es lo que debió pensar el magnate tecnológico Elon Musk, que esta semana consiguió que prosperara su demanda contra el Pentágono por dar el monopolio del lanzamiento de satélites a dos aeronáuticas estadounidenses que utilizan cohetes con tecnología rusa.

Musk, presidente de la empresa espacial privada SpaceX, podría arrebatar a las poderosas Boeing y Lockheed Martin, un jugoso contrato de hasta 70.000 millones de dólares en 15 años con el Departamento de Defensa, que se ha visto sin grandes opciones ante la posibilidad de que sus cohetes no puedan utilizar componentes rusos.

Jugando con fuego, el espacio en disputa

SpaceX acusaba a sus competidores de violar las sanciones estadounidense impuestas contra Dmitry Rogozin, viceprimer ministro ruso, encargado del programa espacial ruso y uno de los funcionarios que aparecen en la lista de sancionados elaborada por la Casa Blanca.

La reacción de Rogozin no se hizo esperar y aseguró que los estadounidenses están intentando atacar a la industria espacial rusa y jugando con fuego, ya que "no entienden que las sanciones les van a golpear como un bumerán".

"Sugiero a Estados Unidos que envíe a sus astronautas a la Estación Espacial con trampolines", comentó Rogozin.

Pese a que Estados Unidos está mucho menos expuesto que Europa a una congelación de la relaciones económicas con Rusia, ni Moscú ni Washington quieren ver afectado uno de los más grandes logros de sus complejas relaciones bilaterales.

"Hasta ahora Putin no se ha tomado las sanciones en serio. Lo que beneficiaría a todos es que los avisos (de EEUU y la Unión Europea) sean suficientes y permitan descartar la necesidad de acción real", explica Schott.

Fuente: El Deber