Gil sale de la cárcel tras 353 días de prisión; el militar lideró demandas por descolonización de FFAA de Bolivia

Ahora cumplirá detención domiciliaria. El suboficial Johnny Gil fue acusado de liderar las movilizaciones de militares de bajo rango en abril del año pasado. Con estas marchas exigieron la descolonización de las Fuerzas Armadas (FFAA) y la adecuación de su ley orgánica (LOFA) a la Constitución Política del Estado.

Tribunal Militar resuelve que el suboficial Gil salga de la cárcel

El dirigente fue encarcelado en mayo del año pasado

Los vocales de la Sala de Apelaciones y Consultas emitieron nueva resolución y ordenaron la detención domiciliaria del exmilitar.



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Página Siete / La Paz

El exsuboficial, en una de sus audiencias el año pasado.

El Tribunal Supremo de Justicia Militar (TSJM) emitió ayer una nueva resolución por la cual, después de casi un año de encierro, dispone que el exsuboficial Johnny Gil salga de la cárcel del Estado Mayor del Ejército y guarde detención domiciliaria.   

«Hoy (ayer) nos llegó la resolución que indica la cesación a la detención preventiva de mi cliente. No es libertad, porque ahora tiene detención domiciliaria”, informó el abogado del exmilitar procesado, César Rojas.

La decisión de los vocales de la Sala de Apelaciones y Consultas, dependiente del TSJM, es un alivio para sus familiares y para el mismo Gil. Hicieron falta al menos siete acciones de libertad  que no doblegaron la voluntad de las autoridades militares por mantener en prisión al exsuboficial hasta ahora.  

¿Por qué? «Considero que después de tantas acciones de libertad era lo que tenía que ocurrir. Una y otra vez infringieron el debido proceso y los derechos de mi cliente”, opinó Rojas.

Pero antes de salir de la carceleta en la que se encuentra recluido desde mayo del año pasado, Gil debe cumplir una serie de requisitos: Verificación domiciliaria, presentar dos garantes, el arraigo y una fianza de 20.000 bolivianos.

Rojas prevé presentar estos el próximo lunes ante el TSJM y espera que el martes su cliente vuelva a circular por las calles paceñas rumbo a su domicilio, donde volverá a ser encerrado por un proceso instaurado en su contra en el que se lo acusa de rebelión, sedición, estado de sedición y motín. Por estos delitos, según el Código Penal Militar, puede ser sentenciado a 10 años de prisión. 

Los cargos se le atribuyeron después de que Gil liderara las movilizaciones de militares de bajo rango en abril del año pasado. Con estas marchas exigieron la descolonización de las Fuerzas Armadas (FFAA) y la adecuación de su ley orgánica (LOFA) a la Constitución Política del Estado.

A muchos se les inició un proceso, se les cambió de destino, se les dio de baja; pero sólo tres permanecen encarcelados: Gil, Freddy Sucojayo y Franklin Colque. La situación de éstos últimos aún es incierta pues desde hace más de seis meses permanecen con detención preventiva en la Primera Brigada Aérea de El Alto.

De cualquier manera la noticia de que Gil abandone las rejas es alentadora. «¡Ay, no sé qué decir! Darle gracias a Dios y a ustedes. Gracias Dios por mi hijo…, un año lo han tenido detenido”, declaró Roberta Lenz de Gil desde Oruro y anunció que el lunes a primera hora estará en La Paz para tramitar la salida de su hijo.

Gil recibió la baja definitiva de las FFAA en diciembre de 2014, por lo que ya no es más parte de esta institución, aunque sigue siendo procesado por la vía militar.

  El Alto Mando Militar adecúa la ley orgánica a  la Constitución, pero el Ejecutivo rechazó recién su proyecto por no ser lo suficientemente descolonizador.