Ex presidente de la Constituyente de Ecuador dice que las reelecciones devienen en autoritarismo

 Alberto Acosta fue parte importante del gobierno de Rafael Correa, pero ahora es uno de sus críticos. También observa el proceso boliviano.Ex presidente de la Constituyente de Ecuador dice que las reelecciones devienen en autoritarismoEvo Morales y Rafael Correa siguen gobernando sus países. FOTO. Elespectador.comLa Paz, 27 de septiembre (ANF).- La reelección es un mecanismo que se viene promoviendo en casi todos los regímenes presidenciales de América Latina, pero es un camino que no fortalecerá los procesos democráticos, aseguró el ex presidente de la Asamblea Constituyente y ex ministro de Energía y Minas del Ecuador, Alberto Acosta.En los últimos meses, los gobiernos de Bolivia y Ecuador han promovido reformas constitucionales orientadas a aprobar la reelección presidencial con la manifiesta intención de prorrogar sus mandatos.Acosta, que acompañó la primera etapa del gobierno de Rafael Correa en Ecuador y siguió de cerca al gobierno de Evo Morales, expresó a ANF su desacuerdo con la reelección “porque eso nos lleva a construir lo que no necesitamos, gobierno caudillistas, personalistas, autoritarios”.Dijo que, en paralelo, los procesos que se instalaron en el 2006 en ambos países, “prometieron todo lo contrario, gobiernos donde las comunidades participen activamente en la toma de decisiones, con respeto a la opinión ajena e incluso hablábamos de gobernantes que actuaran con humildad para reconocer sus errores, nos salió el tiro por la culata”.El político e intelectual ecuatoriano llegó a Bolivia para participar en el Tercer Foro Internacional Andino Amazónico de Desarrollo Rural, y sostuvo que en la práctica otro paralelismo entre Bolivia y Ecuador, es que “se está impidiendo cristalizar las propuestas originales, como las del Vivir Bien, se las está vaciando de contenido y se las está transformando en una suerte de dispositivo del poder, pues  los dos gobiernos están usando el discurso del Vivir Bien para impulsar esquemas desarrollistas, lo cual es de una u otra manera una gran traición “.En su criterio, en ambos países,  “se ha concentrado el poder del Estado –ha regresado el Estado no sólo a la economía sino a la sociedad-  y se lo ha configurado alrededor de un caudillo”.Hace cinco años, Alberto Acosta formó parte de la delegación ecuatoriana ante la Cumbre de Tiquipaya, Cochabamba, y rememora que entonces “se plantearon los derechos de la madre tierra que inspiraron las propuestas de Bolivia en el escenario internacional, tales como  la demanda ante Naciones Unidas que reconoció el agua como un derecho fundamental”.  Sin embargo, a esta altura, muestra cierto desencanto porque “llama la atención, la enorme contradicción entre el discurso y la práctica, yo veo a Evo Morales como un gran defensor de la Pachamama a nivel internacional, pero no veo la misma consecuencia y coherencia a nivel interno, y ahí podemos ver como en Bolivia se sigue ampliando la frontera extractivista al igual que el caso ecuatoriano”.Según Acosta, “el discurso de Evo Morales se debilita en el exterior porque no tiene coherencia  con las políticas que promueve en el interior, si habla de defender la Pachamama y se exige respeto a la Pachamama en el exterior, debería haber sindéresis, Evo Morales debería practicar lo que está predicando y esa falta de coherencia le hace perder fuerza a su discurso”.También expresó su preocupación porque “en el caso de Ecuador, como sucede también en Bolivia, las organizaciones sociales han sido divididas y se ha intentado subyugarlas a las decisiones del gobierno central, inclusive se están construyendo organizaciones paraestatales, ya no son organizaciones sociales porque el movimiento social en esencia tiene que ser siempre independiente del poder del Estado”.