Argentina exhibe el lanzamiento de un nuevo satélite de tecnología propia

Carlos E. Cué

Fotografía del Centro Nacional francés de Estudios Espaciales / EFE

Argentina vive en plena campaña electoral y en un momento económico delicado, como casi toda América Latina. Pero el Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner está decidido a lanzar la imagen de que este país está en uno de los mejores momentos de su historia y ha “renacido” desde la crisis de 2001. Kirchner y su equipo tuvieron un momento único para reforzar esa idea. El Gobierno exhibió ante todos los argentinos, a través de la llamada cadena nacional –discursos de la presidenta que todas las televisiones están obligadas a transmitir- un gran orgullo nacional: el lanzamiento al espacio del segundo satélite exclusivamente argentino, el Arsat 2, que fue enviado al espacio por el cohete europeo Arianne desde una base de la Guayana francesa. Hasta allí se trasladó el ministro de planificación, Julio De Vido, un kirchnerista desde los inicios en la provincia de Santa Cruz, que celebró en una conexión con la presidenta en Buenos Aires el éxito de la tecnología argentina.



“Quiero agradecer a los trabajadores del Invap y de Arsat. Argentina es un país confiable y que confía en sus socios. Tenemos una planificación satelital hecha hasta el año 2023 porque queremos protagonizar nuestro futuro”, señaló De Vido. En un ambiente de exaltación patriótica y de reivindicación de los logros del kirchnerismo, Matías Bianchi, presidente de Arsat, recordó a Néstor Kirchner y a su sucesora “por haber tenido la decisión política de encarar el proyecto satelital y por luego haber sostenido esa intención”. “Es importante que los dos lanzamientos en menos de un año queden en las mentes de nuestros chicos, para demostrarnos que podemos hacer cosas impensadas en nuestro país”, remató.

«Compartimos junto a ustedes, los 40 millones de argentinos, la fuerza de ese satélite, que tiene una energía, la fuerza de los 40 millones de la Argentina que definitivamente ha despegado», aseguró la presidenta, emocionada, desde Buenos Aires. En plena campaña electoral, Fernández de Kirchner utilizó el éxito como una reivindicación de su apuesta por la inversión pública también en tecnología punta.

El Arsat 2, que sigue al Arsat 1 que se lanzó el año pasado, ha costado 250 millones de dólares y está diseñado para ofrecer cobertura de internet, datos, telefonía IP y televisión para todo el continente americano. El Arsat 1 solo cubría argentina. La tecnología es un desarrollo absolutamente argentino.

Kirchner fue más lejos y anunció que llevará al Congreso una ley para declarar estas inversiones de interés nacional. Su Gobierno está dedicando las últimas semanas antes de las elecciones del 25 de octubre a aprobar en el Congreso leyes para impedir que su sucesor pueda deshacer las líneas básicas de su proyecto. Acaba de aprobar una para que no se puedan vender empresas públicas si no es con el apoyo de dos tercios del Parlamento. Un mensaje claro para reducir el margen de Daniel Scioli, su candidato, si gana, o de los de la oposición.

«Esto tiene que tener continuidad. Vamos a enviar una ley al Congreso de desarrollo de la industria satelital argentina. Queremos declarar de interés público el desarrollo de la industria satelital, porque esto no puede ser obra de un gobierno, esto es una inversión de los 40 millones. Queremos declararlo de interés nacional. Estamos pensando no sólo en este año y el que pasó. Desarrollamos un plan que va hasta 2035 para empoderar a los argentinos que son los verdaderos dueños de los satélites», aseguró Fernández de Kirchner.

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Fuente: elpais.com