La intervención rusa en Siria eleva la tensión con Estados Unidos

Pilar Bonet

Fragmento de un vídeo que muestra un ataque ruso en Homs. / Uncredited (AP)



El bombardeo llevado a cabo por la aviación rusa este miércoles en Siria contra posiciones de grupos insurgentes enemigos del régimen de Bachar el Asad he elevado la tensión entre Moscú y Washington. El Ministerio de Defensa ruso informó de que los ataques golpearon objetivos del Estado Islámico (EI). El secretario de Defensa de EE UU, Ashton Carter, sin embargo, señaló que los primeros indicios apuntan a que los bombardeos afectaron “probablemente” a zonas sin presencia del EI. “Este tipo de acciones inflamarían la guerra civil», lamentó.

Fuentes estadounidenses citadas por el diario The New York Times señalaron que entre los objetivos golpeados por los rusos figura un grupo rebelde entrenado por la CIA. Tanto Carter, como el secretario de Estado, John Kerry, criticaron a Rusia por el escaso adelanto y precisión con la que Rusia informó de los ataques.

El martes por la noche, el presidente Vladímir Putin, recién llegado de EE UU, se reunió con el Consejo de Seguridad para debatir sobre la lucha antiterrorista. Después de obtener el beneplácito de la Cámara Alta del parlamento ruso para usar las fuerzas armadas en Siria, Putin dijo en una sesión del Gobierno que no era su intención “zambullirse de cabeza” en el conflicto sirio y aseguró que la intervención rusa se realizaría en “marcos severamente establecidos” y se limitaría a apoyar desde el aire al Ejército del presidente Bachar el Asad “sin participación en operaciones de tierra”.

La misión tendrá una duración limitada al “plazo de ejecución de las operaciones ofensivas del Ejército sirio”, explicó Putin, quien insistió en que la participación de Rusia en la operación antiterrorista en Siria se basa en el derecho internacional y supone una respuesta a la petición oficial del presidente El Asad. Subrayó el jefe del Estado ruso que EE UU, Australia y Francia, cuya aviación bombardea las posiciones del EI, carecen de mandato del Consejo de Seguridad de la ONU y no cuentan con la solicitud del país que requiere ayuda militar.

Rusia “considera posible e indicado unir los esfuerzos de todos los Estados interesados” en la lucha contra el Estado Islámico apoyándose en los Estatutos de la ONU, afirmó. El “único camino correcto” en la lucha contra el terrorismo internacional es “actuar con anticipación, luchar y aniquilar a los combatientes y los terroristas en el territorio que ya han conquistado, no esperar a que vengan a nuestra casa”, subrayó.

Críticas de EE UU

El secretario de Defensa estadounidense, Ash Carter, consideró este miércoles que la estrategia rusa en Siria está abocada al “fracaso”. Carter dijo que el objetivo ruso de luchar contra el EI mientras apoya al régimen de Bachar el Asad es “contradictorio” y solo aumenta el riesgo de deterioro de la guerra civil siria porque, esgrimió, refuerza a los grupos extremistas sin buscar una solución política al conflicto.

Rusia asegura coordinarse con Irán e Irak, desde un recién fundado centro en Irak, pero no está claro el grado de información mutua que fluye entre Moscú y las otras potencias occidentales que bombardean a los islamistas en Siria. A juzgar por informaciones occidentales, Rusia se anticipó a las conversaciones militares con representantes norteamericanos. En ese contexto, el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, y su homólogo ruso, Serguéi Lavrov, anunciaron este miércoles en una comparecencia conjunta ante los periodistas tras una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU que militares de ambos países se pondrán en contacto en breve para evitar posibles incidentes.

El acuerdo tiene como objetivo «evitar incidentes indeseados», explicó Lavrov en declaraciones a los periodistas junto a su homólogo estadounidense, con quien mantuvo su tercer encuentro en los últimos días, informó la agencia Efe. Según Kerry, que reiteró las «preocupaciones» de EE UU sobre los objetivos de la intervención rusa en Siria, los contactos podrían comenzar tan pronto como este jueves.

Según el periódico Nováia Gazeta, los militares rusos consultaron con los representantes del sector petrolero, se interesaron sobre la disposición de los oleoductos e inquirieron sobre las estaciones de bombeo que deberían ser inutilizadas para impedir el transporte y el contrabando de crudo. Los petroleros dieron a los representantes del Ministerio de Defensa exhaustiva información sobre la ubicación de las instalaciones controladas por el EI. El contrabando de petróleo es una de las fuentes de financiación del grupo terrorista.

Putin recordó que el EI “hace tiempo que declaró enemigo a nuestro país”. Antes, el jefe de la Administración Presidencial, Serguéi Ivanov, había dicho que la misión responde a la defensa de intereses nacionales y que el número de ciudadanos rusos y países de la Comunidad de Estados Independientes (CEI) que se suman al Estado Islámico “aumenta no por días, sino por horas”.

Una encuesta realizada en septiembre por el centro Levada indicaba que el 69% de los rusos no deseaba la ayuda militar directa de Moscú a los dirigentes sirios. No obstante, el jefe de la república caucásica de Chechenia, Ramzán Kadírov, lamentó que Moscú no haya enviado la infantería a luchar contra el EI.

Rusia emplea en Siria cazas Su-30, aviones Su-24 y Su-34, helicópteros Mi-24, aviones de transporte Tu-154 y Tu-155, Il-76 y An-124, que proceden en su mayoría de la base de Latakia. Algunos de los aparatos rusos que participaron en los ataques de hoy estaban pilotados por sirios.

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Fuente: elpais.com