El PGE 2016 prevé 54,2% para gasto corriente

Detalles. El Estado presupuestó para 2016 Bs 217.139 millones, de los cuales el gasto corriente representa más de la mitad.


De Bs 217.139 millones  proyectados en el Presupuesto General del Estado (PGE) 2016, cuya  estimación de los ingresos (recursos) y gastos (desembolsos) presentados la semana pasada por el Gobierno, se proyecta un 54,2% para gasto corriente con Bs. 117,630 millones, con una leve disminución de 7,1% respecto al 2015.  



El gasto corriente se refiere a la adquisición de bienes y servicios que realiza el sector público durante el ejercicio fiscal sin incrementar el patrimonio de un país. Dicho de manera más sencilla, dicen los entendidos, consiste pagarle al personal que contrata o cubrir aquellos productos y servicios que necesita. 

Para Carlos Mejía, economista, en un contexto de reducción importante de ingresos, como el registrado, se entiende que el gasto corriente debe acompañar dicha reducción, cuando no excederlo, a fin de no sacrificar el nivel de inversión pública que se debe privilegiar. «Lamentablemente, en el PGE 2016 esto no sucede ya que el gasto corriente solo disminuye un 7,1%», señaló.

Por su parte Germán Molina, economista y docente universitario, señaló que la previsión 2016 forma parte de un PGE demasiado optimista, incluso por encima de países como Perú, Ecuador, México, donde el presupuesto es calculado con parámetros del precio del petróleo inferior a $us 38 el barril. 

«El Gobierno está siendo extremadamente optimista con los $us 45 (el barril del petróleo). Se está sobreestimando ingresos para seguir sobreestimando  los  gastos que se han acumulado en esta década. En el lado de bienes y servicios se quiere seguir comprando maquinarias, equipos, y no se está ajustando los gastos», precisó Molina, miembro de la Fundación Milenio. 

En el tema de salarios. En contrapartida, en el tema de sueldos y salarios, se prevé un incremento de 7,6% con respecto al PGE 2015, lo que explicita que de Bs  31.950,7 millones proyectados para este 2015, para el año que viene solo se destinarán alrededor de Bs 34.387,9 millones. Dicho gasto representa un 15,8% del monto total proyectado. Sin embargo, en Gastos de Capital  se tiene previsto desarrollara Bs 47.056,5 con una participación de 21% del PGE pero  con una disminución de 1,5% con respecto al 2015.

En ese ámbito, según el presupuesto consolidado de gasto corriente «con empresas» se proyecta una disminución con respecto al Producto Interno Bruto (PIB) de un 53,5% del 2015 a solo  44,8% al 2016.  En tanto en gasto corriente «sin empresas» se proyecta una disminución de un 29% del 2015 a un 26,9% al 2016, en menos de dos puntos porcentuales. 

Al respecto Jaime Durán, viceministro de Presupuesto, dependiente del Ministerio de Economía y finanzas, puntualizó que el gasto corriente con empresas se refiere a la compra de bienes y servicios que hacen las empresas estatales estratégicas como Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB). 

“Lo que significa el gasto corriente con empresas se refiere al fuerte impacto de las actividades de 'mayoreo' de YPFB. No hay que olvidar que esta empresa compra y vende hidrocarburos, entonces esta actividad de compra y venta es lo que infla el gasto corriente en bienes y servicios. Por esa razón se tiene esos 44,8%, pero si uno excluye esos datos, el verdadero gasto corriente es de solo 26% respecto al PIB”, informó la autoridad. 

Respecto a la inversión pública, considerada en el PGE como «formación bruta de capital fijo», la asignación que se hace en el presupuesto 2016 es de Bs 46.075 millones con un leve incremento de 0,6% respecto al 2015. Comparativamente a esos datos de inversión, los Bs 34.387 millones destinados para sueldos y salarios es ampliamente inferior. Según el gobierno, dicha inferioridad del gasto destinado a sueldos y salarios con respecto a la formación bruta de capital contrasta con lo que sucedía hasta antes del 2005, cuando los gastos en el pago de sueldos era superior a los recursos proyectados para inversión pública.

“A partir del año 2011 esta situación se invierte y al 2016 estamos priorizando la inversión más que en sueldos y salarios. Además, se prevé que las compras, dentro de los rubros más importantes, la mayor parte se va a la inversión”, argumentó Durán.   

En la versión de los expertos.  El economista José Antonio Montaño, refiere que el Gobierno al  contraer levemente no solo el presupuesto  sino sobre todo el gasto corriente, desnuda una obligación referente al pago de mayor cantidad de sueldos por ajustes de inflación. «Esta contracción del gasto público, va a ser compensada por una mayor inversión pública. A su vez esta será financiada por la deuda china. El Gobierno al contraer está mostrando ciertos niveles  de autoridad, pero por otro aumenta la deuda. Es una verdadera contradicción», señaló.

Para José Alberti, presidente del Colegio de Economistas de Santa Cruz, existen algunas inconsistencias en el PGE 2016 que espera sean reformuladas con el propósito de no causar falsas expectativas en los agentes económicos.»Los gastos corrientes no responden a una realidad y entorno económico menos favorable. Al parecer se presupuestan techos de gasto para luego ajustar hacia abajo», dijo.

Contexto
EL Gobierno enfatiza su fortaleza en las recaudaciones internas

 

Mirada.  Dado el notable crecimiento del sector público registrado en los últimos años, hasta quedar sobredimensionado, aprovechando los mayores niveles de ingreso obtenidos, refiere el economista Carlos Mejía que  «no se explica  técnicamente, que, ahora que se ha revertido el ciclo, no se hagan los ajustes correspondientes y, más bien, se considere un incremento del 7.6,% que contempla, inclusive, el doble aguinaldo. Obviamente, esta situación obedece a móviles políticos», señaló.

Gobierno. El ejecutivo señala que si bien han disminuido los ingresos en el país, estos van ha ser compensados por el buen margen de recaudaciones internas alcanzados este 2015, incluso aminorando la caída de ingresos por concepto de IDH y Regalías. «Aún en un escenario conservador, estimamos que tener en terminos de recaudaciones un crecimiento de 5,8% este año. Eso permitirá garantizar la inversión pública del país», puntualizó el Viceministro de Presupuesto, Jaime Duran. 

Motores. Según el gobierno asegura, que la economía del país se siente fortalecida por dos motores: la demanda externa, que evidentemente experimenta bajos ingresos y la demanda interna, se vio fortalecida con ingresos óptimos por recaudaciones y la dinámica económica.

En respuesta a ello, Mejía señala que uno de los gastos de funcionamiento susceptibles de reducir significativamente, corresponde a la propaganda gubernamental.

Observaciones
Los expertos ven un PGE  poco austero

 

Cálculo. Los analistas ven como muy optimista el asentar el cálculo del presupuesto 2016 sobre la base del precio internacional del crudo en $us. 45 el barril WTI. 

Comparativo. En la programación del PGE 2016, como ha sido habitual en los últimos años, los datos comparativos se hacen en base a cifras y datos de proyecciones, dejando poco transparente una contrastación con los datos del presupuesto ejecutado. «En Bolivia, las proyecciones siempre han sido genéricas, los mismos comparados con lo ejecutado el año anterior no se cumplen. Lo ideal hubiera sido bueno, tener los datos de lo ejecutado, para establecer tendencias en el análisis», señala Armando Méndez, economista.

Eficiencia. El gasto corriente, específicamente en sueldos y salarios como también en la compra de bienes y servicios son los que mejor se ejecutan durante una gestión fiscal, con un promedio cercano al 100%. El gran problema, sigue siendo la brecha en la ejecución presupuesta en gastos de capital, cuya utillización de los recursos presupuestados a noviembre alcanzó a solo 53% de ejecución. «En eso también hay falencias, se debería presentar el panorama de la ejecución presupuestaria, lo cual impide realizar una evaluación mas significativa», señaló Méndez.

«Resulta extraño que los gastos de funcionamiento no se hayan ajustado más, lo cual hubiera afectado su composición. La mayor reducción corresponde a Bienes y Servicios»

Carlos Mejía 
Economista

Punto de vista

Roberto Laserna
Economista de la Fundación Milenio

«El PGE  no alienta mayores esperanza en el futuro»

'El 2016, desde el punto de vista del gasto, tendremos un Estado que es seis veces más grande que el del 2005, y que emplea a mucha más gente, compra muchos más bienes y  servicios, y requiere por tanto de mucho más dinero para funcionar. Ese crecimiento fue sostenido por una extraordinaria bonanza exportadora gracias a los precios con la puesta en marcha de proyectos de larga maduración en gas y minería. Los precios han caído y las reservas de gas y minerales no se han repuesto. La única manera de sostener un Estado que ha engordado hasta la obesidad (porque aunque es 6 veces más grande, no ha mejorado en la misma proporción ni la cobertura ni la calidad de sus servicios), será sacando recursos de los productores formales, que son los que pagan impuestos, y de los prestamistas internacionales. El PGE y toda esta política de expansión del gasto fiscal se basan en la esperanza de que las inversiones públicas sean altamente rentables. La experiencia, sin embargo, no alienta tales esperanzas. Me parece importante prestar atención a las compras de bienes y servicios. Al comenzar el «proceso de cambio» esa partida era de Bs 1.000 millones al año, ahora es de alrededor de Bs 40 mil millones. Hay que preguntarse si las instituciones públicas han mejorado tanto su capacidad de gestión que están en condiciones de controlar esa magnitud de compras, asegurando que las mismas sean hechas en condiciones de competencia, transparencia y eficiencia'.

Punto de vista

Germán Molina
Analista económico

«El PGE requiere ajustes en un panorama  adverso»

'De hecho el PGE 2016 muestra proyecciones demasiado optimistas, incluso en un panorama de desaceleración económica, por lo que los gastos deberían disminuir en similar porcentaje de la caída de los ingresos. 

Además debería ajustarse los gastos en términos de inversión priorizando proyectos difíciles de postergarlos; en cambio, detenerlos en aquellos proyectos nuevos que no tengan mucho impacto inmediato y continuar más adelante.

Eso es lo que se recomienda: ingreso recibido, gasto aplicado. En cambio seguimos con la costumbre de la década pasada con la diferencia que los  ingresos venían del exterior por los buenos precios de las materias primas. 

Prácticamente estamos en contra del principio presupuestario que tiene que ver con la disciplina fiscal: que todo gasto debe ser con ingresos genuinos, mejorando las recaudaciones. 

En ese contexto se deben ajustarse en servicios personales  y bienes y servicios. En gasto corriente se debe ser muy cuidadoso, en lugar de caer en proyectos faraónicos como el Estadio que se quiere construir en Cochabamba. Ese tipo de proyectos debemos postergarlos, dado que se tiene cada vez menos recursos. 

Hay que dejar de lado gastos como la compra de vehículos para autoridades. Entonces se requiere una política de austeridad como lo están haciendo Ecuador, México, Perú, entre otros país'.

Fuente: eldia.com.bo