‘La justicia da náuseas’

frankFranklin E. Alcaraz Del C.Por una vez, debíamos estar de acuerdo con un masista”, esa es frase del Procurador Arce, dice mi compadre Choque. Y es que el país, desde su nacimiento, no tuvo una “justicia” que pueda ser tal. ¿Ahora parece peor? Si. Para empezar, la forma de elegir a los Jueces “supremos”es, para utilizar una palabra decente, por lo menos cuestionable. Que se priorice la trayectoria sindical sobre la académica es otro punto en contra. Se acabó con la meritocracia… y eso no es bueno.Hace un tiempo una sobrina mía  se graduó de abogada. Me invitaron a hablar en la celebración familiar. Ahí repetí la frase que aprenden -o deberían aprender- los estudiantes de Derecho: “Nada puede estar por encima de la Ley” y expliqué que esa frase incluía al Presidente del país. De cualquier país, democrático por supuesto.Después, cuando nos servían los entremeses y el vino, mi compadre Choque, que también estuvo invitado, me preguntó si esta frase era “modificable” “¿cómo?”, le dije. “Es que cuando la ley es un obstáculo para un gobernante, ¿esta se puede modificar”? Lo dijo en tono de pregunta, pero, sin esperar respuesta, el mismo se contestó: “es lo que está ocurriendo en nuestro país. No se debería re-elegir al presidente más de una vez, pero aquí se cometen dos ultra-arbitrariedades. Por un lado se interpreta la ley a gusto y sabor del que detenta el poder y por otro, cuando no se la puede interpretar, se la cambia. ¡¿o no?¡ ¿Eso es lícito? Y además una ley que fue redactada por ellos mismos, a su medida. La ley, modificable, ya no es ley”, concluyó.Lo cierto es que no es solo la meritocracia o lo académico lo que le da validez a la ley. Ambas ayudan, en gran medida, cierto, pero se necesita más que eso. ¿Qué está mal, entonces? Claramente lo que está mal es el sistema. Las recomendaciones a un abogado recién egresado -y estuve tentado a decirle esto a mi sobrina- deberían ser “Sé un buen abogado. Vas a entrar en un sistema corrupto en todos sus niveles y, como casi todo en la vida, lo fácil es hacer lo que hacen los demás, en este caso, ser corrupto. Lo difícil, es ser diferente y otra vez en este caso, ser un abogado probo, correcto, honesto y competente”.Modificar el sistema. No es un tema fácil. Sería más bien, un proceso, que puede tomar tiempo y la participación de todos los sectores y actores sociales. Habrá que despojarse todo tipo de interés, especialmente el político y hacer que la justicia sea realmente un poder independiente, justo y capaz. El impacto en la vida y progreso del país sería inconmensurable. Y el que lo haga, pasará indudablemente a la historia como un buen gobernante.El Día – Santa Cruz