No a Evo Morales y la dictadura en Bolivia

carlos_sanchez_berzain_3Carlos Sánchez BerzaínLa suplantación constitucional, la ausencia del estado de derecho y la violación permanente de los derechos y libertades fundamentales en Bolivia se expresan ahora con la última maniobra del socialismo del siglo XXI el país, al llevar a referéndum la reelección indefinida de Evo Morales, para que, simulando democracia, se perpetúe en el poder, igualando a los regímenes vigentes de Venezuela, Nicaragua y el proyecto en curso de Ecuador. La estrategia del castrismo que controla al gobernante boliviano, ha tomado para Evo Morales el “sí” dejando la siempre dificultosa opción comunicacional y política del “no” al pueblo boliviano. Es tiempo de decirle no a Evo Morales y a la dictadura en Bolivia.Hay quienes en Bolivia siempre le dijimos y le decimos no a Evo Morales.-No con el pueblo y el Gobierno democrático derrotando a Evo Morales, que como dirigente cocalero controlaba como territorio propio el trópico de Cochabamba, y pretendía en 1994 instalar guerrillas vinculadas al castrismo y al narcotráfico reproduciendo el modelo de las FARC.-No cuando Evo Morales era autor de masacres y enfrentamientos con centenares de víctimas, entre 1994 y 2001, hasta que en 2001, en el Gobierno de Jorge Quiroga, liderando la indignación nacional y como Jefe de la Oposición Parlamentaria pedí y logré su expulsión de diputado para que sea juzgado penalmente por los crímenes cometidos en la masacre de Sacaba contra conscriptos heridos, victimados en el asalto que Evo ordenó contra las ambulancias sin escolta en que eran evacuados. El juicio no prosperó por un “arreglo político” con el Gobierno de Quiroga.-No cuando Evo Morales en 2003, empezando en enero y terminando en octubre,  promovió y lideró hechos de violencia y  masacres con la intervención armada de sicarios extranjeros como sus aliados, para el derrocamiento del presidente Sánchez de Lozada, que con la traición de Carlos Mesa fue obligado a dejar el poder. Quienes equivocadamente creyeron que derrocado el presidente Constitucional podían ocupar su espacio, el de los dirigentes nacionales forzados al exilio y el de su partido, simplemente terminaron convirtiéndose, más pronto que tarde, en víctimas o en cómplices del proyecto dictatorial que quiere a Evo Morales indefinidamente en el poder.-No cuando Evo Morales ya como jefe de Gobierno, suplantó la Constitución Política de la República de Bolivia por la del “estado plurinacional”, luego de haber vencido el plazo de la constituyente (ilegalmente convocada), después de la masacre de La Calancha en Sucre.  El texto de la constitución de Evo Morales no es el remitido desde Oruro por la ya incompetente constituyente, es un “texto negociado” con Jorge Quiroga y Samuel Doria Medina que con sus bancadas parlamentarias junto con el hoy dictador aprobaron la ley  3941 de 21 de octubre de 2008 por la que establecen que “concluido el proceso constituyente y recibida la propuesta constitucional, para ser sometida a consideración del pueblo soberano, el H. Congreso Nacional podrá realizar los ajustes necesarios… por dos tercios de votos de sus miembros presentes”. La actual constitución no es la de Oruro, es la de la comisión de Evo Morales con la oposición de entonces y con los asesores de Valencia, España, contratados por Hugo Chávez; es la que permite todas la maniobras para la reelección indefinida, y fue “aprobada por negociación” cuando de los 27 miembros del Senado Nacional, Jorge Quiroga tenía 13 y Samuel Doria Medina 1, esto es la mayoría sin la que la suplantación constitucional era imposible. Sin este cambio de constitución Evo Morales no era reelegible ni por una vez y ya debió haber dejado el Gobierno.-No cuando Evo Morales, contra el sentimiento de 6 de 9 departamentos y de la mayoría del pueblo boliviano, hizo campaña y fraude electoral para el referéndum de aprobación de la “prefabricada” constitución del “estado plurinacional” para el 25 de enero de 2009, luego de las masacres de Cochabamba, del Hotel las Américas, del Porvenir en Pando y otras con las que persiguió, encarceló y exilió a los gobernadores y opositores. Hay que recordar quienes equivocadamente proclamaron el texto de la suplantación constitucional como el de la “unidad nacional”!-No cuando violando su constitución y con el prevaricato de su Tribunal Constitucional Evo Morales se habilitó como candidato a una tercera reelección en 2014, violando el “acuerdo político” reclamado ante la OEA por Jorge Quiroga que motivó la carta del Secretario de Asuntos Políticos de la OEA (luego desautorizado por Insulza) que expresaba: “el tema de la inclusión del periodo que en ese momento servía el presidente Evo Morales, fue parte de la negociación, mencionado por todas las partes”.-No, no y no, ahora, frente a la maniobra de consolidación dictatorial en el referéndum del 21 de febrero de 2016 y al fraude que ya está preparado.  No es una cuestión ideológica o partidista, no es siquiera una acción de oposición, es un no vital para terminar con la dictadura transnacional del socialismo del siglo XXI en Bolivia, que conduce al país a la crisis por el rumbo de un narco estado. Un no para recuperar la libertad de prensa, para terminar con las amenazas y el miedo. Es un no contra la corrupción, los nuevos ricos, contra la impunidad.  Es un no sin jefes ni caciques, para terminar con los presos políticos, perseguidos y exiliados. Se trata de principios y valores, de libertad y democracia, al margen de ideologías, partidos, intereses, antipatías o cicatrices del pasado.Diario Las Américas – Miami