El voto duro

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Pese a que finalmente se hicieron oficiales los resultados del referéndum que se habían dado a conocer el domingo y se confirmó la victoria de «No», el Gobierno se ha negado a aceptar la derrota con todas sus letras y prefiere seguir apelando a las figuras retóricas para disimular la caída.



No vamos a comparar con el 70 por ciento que pretendía obtener el oficialismo y con solo ponerlo al lado del 54 por ciento del 2005 es como para preocuparse. Otra de las trampas en las que se meten es hablar del «voto duro» que consideran alto y significativo para seguir intentando aventuras electorales. Dicen que casi la mitad de la gente no se creyó las denuncias de corrupción y tráfico de influencias, las mismas que no han sido desmentidas y que podrían confirmarse más bien, si es que prosperan las investigaciones que están en marcha. Por ahora sería mejor hablar de un «voto desinformado», por decirlo de forma elegante y no insultar a nadie. Lo triste es que el presidente lo ve así.

Fuente: eldia.com.bo