Urgente: reforma tributaria

yanezArturo Yáñez CortesNo estoy de acuerdo con el bloqueo de carreteras de los transportistas (está claro que aprendieron muy bien de su aliado, el presidente, cuando desde el llano le metía no más sin medida ni clemencia esos bloqueos por semanas…) pero, sostengo que en términos grossos, pese a las reservas que podamos mantener con sus métodos, entiendo que su reclamo es compartido por miles de bolivian@s que sufren del bullyng y la irracionalidad tributaria.Y es que actualmente, el desesperado intento del gobierno para obtener -como sea- mayores recursos para cubrir, entre otros, sus dispendiosos gastos (aviones, canchitas, aeropuertos elefantes blancos y otras perlitas…) frente a la baja de nuestras materias primas, han puesto al descubierto otra estrategia evolvente más, el supuesto blindaje de nuestra economía… y ha generado se ajusten hasta el delirio las clavijas al contribuyente, en absoluto desconocimiento de las –elementales- notas características de los impuestos: proporcionalidad, generalidad, certeza, oportunidad, eficiencia y certeza, de las que me acuerdo cuando estudié derecho tributario.En Bolivia, ¿los tributos son generales? Por cierto que no y como ejemplo, bastará citar que la nueva oligarquía boliviana, la de los cocaleros, no paga un solo centavo por ese su “giro comercial”, no muy sancto que digamos, pese a que como es de conocimiento público, reditúa y a lo grande. Lo propio los contrabandistas que claro, por estar claramente al margen de la ley, no pagan o pagan una miseria al estar disfrazados de gremialistas, pequeños contribuyentes u otros, en frecuentes casos. El pequeño gran detalle es que en su mayoría, forman parte de los “movimientos sociales” haciendo olas a su jefazo y así les va…¿Existe certeza, oportunidad y eficiencia en el pago de los tributos? Tampoco. El estudio “Paying Taxes 2015” elaborado por el Banco Mundial concluye que Bolivia es el peor país del mundo en facilidad para tributar, pues está situado en el puesto 189 entre 189 países incluidos en el ranking global, que lideran Emiratos Árabes, Qatar y Arabia Saudí (el mejor ubicado en Sudamérica es Chile con el puesto 29). Entre otras conclusiones, el estudio afirma que las empresas bolivianas son las que tienen mayores dificultades para tributar, pues los contribuyentes corporativos destinan 1025 horas a este objetivo teniendo que superar 42 procedimientos.¿Son proporcionales los impuestos? Para nada. Además de las odiosas diferencias anotadas (que por supuesto no tienen que ver con el principio de igualdad substantiva), por las que quienes ganan más –legal o ilegalmente- o en términos más técnicos, tienen mayor capacidad económica, sencillamente ni siquiera pagan impuestos en las barbas de quienes dicen estar obligados a cobrarlos; resulta no solo desproporcionado sino irrazonable que desde las leyes “de las épocas neoliberales” como dirían algun@s, por ejemplo un abogado, un médico o cualquier otro contribuyente no dependiente, no pueda descargar sus tributos con las facturas de sus gastos de alimentación, estudio o medicinas, cuando –es hasta de simple sentido común- precisamente obtiene esos recursos para pagar esos gastos, por medio de ese su trabajo. Es más, a muchos no les interesa exigir su factura pues no le sirve para absolutamente nada y acaecería lo contrario si todas fueran útiles.Peor es la situación con el bullyng tributario que el estado ejecuta contra el ciudadano, inspirado en la consigna que el estado nunca pierde, por mucho que no tenga la menor razón de su parte. Por ello, sostengo que más allá de nuestro desagrado con las arbitrarias medidas del transporte pesado, estamos ante la mejor oportunidad para cranear una reforma de fondo del sistema tributario inspirada por supuesto en criterios técnicos que huyan de seguir convirtiendo al estado en el todopoderoso que abusa al ciudadano y hasta, por lo menos, en alguito de simple sentido común. De paso podrían cambiar también esas “leyes neoliberales” etc, etc. Mientras, aquella frase de Reagan: “El Gobierno es como el órgano digestivo de un bebé: mucho apetito en un extremo y ninguna responsabilidad en el otro”, cobra cada vez más vigencia…