La mentira que se mastica detrás de la coca

*Andrés Gómez Vela

Comencé a escribir este artículo «pijchando”. Lo hago en ocasiones o fechas establecidas, cada 1 de agosto, por ejemplo. De mi familia numerosa (30), sólo una persona acullica con relativa frecuencia. El resto, nada.

 Por eso no me sorprendió que el Estudio Integral de la Hoja de Coca, financiado en 2010 por la Unión Europea (UE), haya arrojado que Bolivia sólo necesita 6.000 hectáreas para consumo tradicional. Del dato me enteré por una persona que participó en la investigación. La cifra fue ratificada el 5 de noviembre de 2013 por el entonces jefe de bancada del MAS en la Asamblea de Cochabamba y dirigente de los cocaleros del Chapare, Édgar Torres. «La Unión Europea es poco confiable para nosotros, (porque) la Ley 1008 dice que en Bolivia debe haber 12.000 hectáreas, pero el estudio preliminar que hizo la UE dice que sólo debe haber 6.000”, declaró a radio Pío XII de ERBOL. Lo que sí me sorprendió fue cómo el gobierno del MAS cambió esa cifra en siete días. El 12 de noviembre de 2013, el entonces senador masista Eugenio Rojas, tras una reunión en Palacio con representantes de cocaleros de Yungas y Chapare, dijo que Bolivia necesita 14.705 hectáreas y que esas cifras son resultado  de los ocho estudios integrales y más dos complementarios. Hasta hoy no sé por qué la UE guardó silencio sobre el cambio de datos. Aunque el entonces jefe de Delegación, Tim Torlot, expresó su preocupación por la demora del Gobierno en la difusión del estudio que «concluyó el año 2010”. Ante la contradicción acudí otra vez a mi fuente. «Me dijiste que el estudio arrojó sólo 6.000 hectáreas, pero el Gobierno acaba de decir que son 14.000”. «¿Cuándo acabó el informe?”. «En 2010”. «¿Por qué crees que el Gobierno ocultó los resultados?”. «Para cambiar las cifras. Dijeron que se habían olvidado consultar a mineros, albañiles y choferes, e hicieron aparecer otros estudios complementarios”. Si el Gobierno aceptaba las 6.000 hectáreas, tendría que haber erradicado 24.000. Sólo hubieran quedado 6.000 en los Yungas, la mitad menos de los 12.000 que establece la Ley 1008, y chau toda la coca del Chapare. ¿Imaginan las consecuencias? Maquillada la cifra, los cocaleros del trópico de Cochabamba pidieron 20.000 hectáreas. Pero el estudio estableció, en versión gubernamental, 14.705 hectáreas, ¿para qué quieren las restantes 5.295? La respuesta llegó cuando el representante en Bolivia de la Oficina de las Naciones Unidas contra las Drogas y el Delito (UNODC), César Guedes, dijo el 8 de noviembre de 2011, basado en datos de la Dirección General de Coca e Industrialización (Digcoin), que el 94% de la coca del Chapare no pasa por el mercado legal. Un año antes, EFE informó que Morales reconoció en octubre de 2010 que los cocaleros de los sindicatos que él dirige desvían la hoja al narcotráfico, e incluso les regañó porque piden aumentar el número de hectáreas cultivadas. Como todo diplomático, Guedes edulcoró sus palabras: «Esta hoja probablemente va parte al narcotráfico y la otra se dirige a centros mineros”. Tal vez no sabía que los mineros prefieren la coca yungueña. Pensé que en diciembre de 2013 las cifras habían cambiado. Un mes después que se presentó el estudio, la misma ONU señaló, pero esta vez a través de Antonino De Leo, que el 96% de la coca de los Yungas va al mercado legal. Consultado sobre el destino de la coca del Chapare, dijo: «Habría que preguntarle al Gobierno”. En agosto del año pasado, la ONU informó que en Bolivia había 20.400 hectáreas de coca. Meses después, Estados Unidos aseguró que hay 35.000. Tome cualquiera de los dos datos y haga cálculos con la cifra real del estudio o el dato del Gobierno para determinar cuánto es el «aporte” de los cocaleros del trópico cochabambino al narco. Por todo esto no puedo entender cómo el presidente de los productores de coca del Chapare, Evo Morales, dio un ultimátum (pidiendo nombres de autoridades narcotraficantes) a los «tatacuras” que denunciaron la penetración del narcotráfico en el Estado. Pero entiendo por qué sus bases, a través de Leonardo Loza, piden regular las redes sociales. Hoy pijché coca, por supuesto de los Yungas, sólo para escribir este artículo. *Andrés Gómez Vela es periodista. Fuente: paginasiete.bo