Miles de porteños ya le pagan a otro para que haga sus compras

Entrega. Un comprador llega con el pedido para una clienta de Recoleta. El sistema ya tiene 75 mil usuarios en Capital. MARTIN BONETTO

Ir al súper lleva tiempo y puede ser molesto. Requiere salir de casa sin importar si afuera hace frío, llueve o hay un sol rajante. Requiere caminar o conducir hasta el local, a veces lejano. Requiere recorrer las góndolas, perder tiempo haciendo largas colas y regresar al hogar lleno de bolsas. Estas incomodidades son parte de la vida cotidiana, pero ahora la tecnología empieza a ofrecer soluciones para evitarlas. Más de 75 mil porteños ya le encargan “los mandados” a compradores profesionales a través de Internet. El servicio, inspirado en una tendencia mundial, llegó este año a Buenos Aires y hay dos empresas que lo ofrecen.

A la propuesta se la conoce como “el Uber de los supermercados”. Porque, así como la app de transporte vincula a personas que necesitan viajar con otras que pueden llevarlas, estas nuevas plataformas permiten que vecinos sin tiempo o ganas de ir a los comercios encuentren a un desconocido dispuesto a hacerles compras a cambio de un pago, que puede ser de $ 30 a $ 50. La gran diferencia con Uber es que no desafía ninguna ley.



El funcionamiento es simple. El cliente arma una lista de productos en la computadora o el celular, elige en qué comercios del barrio adquirirlos y –como en Uber– el encargo se le asigna al comprador más cercano que esté disponible en la zona. Ese trabajador, denominado en la jerga “recolector” o “piloto”, se dirige a los locales, adquiere la mercadería y se la entrega al cliente en la puerta de su casa, todo en menos de 60 minutos o a la hora deseada.

El formato, inspirado en la empresa estadounidense Instacart, ya puede usarse en toda la Capital y en algunas zonas de Vicente López para comprar en todo tipo de comercios. Los encargos se pueden hacer para grandes cadenas de supermercados, farmacias y kioscos, carnicerías, verdulerías, tiendas de productos gourmet y ferreterías.

Actualmente hay dos plataformas ofreciendo el servicio a través de sus aplicaciones móviles y de sus páginas web. La primera en llegar, en abril, fue Yoppers, creada por tres emprendedores argentinos. Y en mayo se sumó Mercadoni, que hizo su desembarco en el país tras haberse lanzado el año pasado en Colombia y México.

Según datos brindados a Clarín, ambas firmas ya vinculan a más de 75.000 porteños con unas 120 personas que pasaron a trabajar de compradores para obtener un ingreso extra o hasta para vivir de eso. Por la alta demanda, en tanto, las empresas proyectan seguir reclutando mandaderos hasta llegar a cerca de 400 antes de fin de año.

Más del 75% de las compras se encargan desde celulares y la mayoría son órdenes para entregar en la próxima hora. Ante el pedido, lo que hacemos es circular un alerta a los pilotos cercanos. Y si por algún motivo nos retrasamos, damos el envío gratis”, cuenta Nicolás Fernández Talice, gerente de Mercadoni en el país.

“Contactamos a los clientes con gente que tiene tiempo libre y puede ir a los negocios en su lugar, con la idea de que reciban lo que quieren rápidamente en su domicilio. Desde que arrancamos, los pedidos se nos vienen duplicando mes a mes”, agrega Francisco Piccini, cofundador de Yoppers.

Los mandaderos suelen ser jóvenes que estudian o trabajan y que dedican entre 3 y 6 horas diarias a entregar pedidos, por los que reciben comisiones. De esta manera, pueden ganar alrededor de $ 60 por hora más las propinas. La mayor ventaja, para ellos, es la chance de decidir qué días trabajar, en qué horarios, en qué zonas y con qué medio de transporte (pueden llevar las bolsas a pie y o en su propia bicicleta, moto, auto o camioneta).

Para los clientes, por su parte, el mayor atractivo es el ahorro de tiempo o la chance de salir de un apuro a bajo costo, con el plus de poder pedir productos de varios comercios en la misma orden y de pagar en efectivo o en cuotas.

Como contracara, lo que más reparos causa es tener que confiar en el criterio de un extraño para la elección de frutas, verduras y carnes. Pero las empresas aseguran que capacitan a sus recolectores para que esto no sea un problema.

Las plataformas ya ofrecen comprar en importantes cadenas, como Coto, Walmart, Jumbo, Farmacity y los kioscos Open 25 hs, entre varias otras, además de los negocios de barrio. Yoppers ofrece incluso entregar productos comprando a bajos precios en un supermercado mayorista.

“Los que más encargan son familias con un doble ingreso y jóvenes muy adaptados a la tecnología”, comentan en Mercadoni. “La mayoría –agregan en Yoppers– tiene de 30 a 45 años y no dispone de tiempo para hacer compras. También lo usa gente con bebés que no puede salir y muchos que simplemente odian perder tiempo en el súper.”

¿Qué se compra? Lo más común es lo más básico: lácteos, carnes, vegetales y productos de almacén, aunque destacan que crecen los encargos de farmacia, belleza y bebidas. Otros usan el servicio simplemente para resolver una urgencia puntual (los pañales, la leche maternizada, la comida para el perro) o para darse un gusto. “A veces –comentan los mandaderos– te piden sólo helado o golosinas. Y los fines de semana, se disparan los encargos de vino, cerveza, fernet y profilácticos”. Todo, en minutos, en la puerta de casa.

Fuente: clarin.com