Bolivia tendrá déficit en balanza comercial por segundo año consecutivo

El ministro de Economía, Luis Arce, justificó la existencia del déficit comercial en que, al margen de la caída de las exportaciones, «Bolivia sigue invirtiendo» y una buena parte de esas inversiones «se va a la compra de bienes de capital, bienes intermedios».

La medición del crecimiento del Producto Interno Bruto que determina el pago del segundo aguinaldo. Fuente: Ministerio de Economía

La medición del crecimiento del Producto Interno Bruto. Fuente: Ministerio de Economía

La Razón Digital / EFE / Gina Baldivieso / La Paz

Bolivia registrará un déficit en su balanza comercial por segundo año consecutivo, lo que significa que el sector externo no está generando los excedentes que alimentaron a las reservas internacionales netas (RIN) en los años previos.



En declaraciones a Efe, el gerente general del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), Gary Rodríguez, cuya entidad asesora al sector exportador, recordó que el déficit comercial en 2015 fue de 855 millones de dólares y que a noviembre de este año, el saldo comercial negativo fue de 935 millones.

«Se trata del segundo déficit consecutivo que registra Bolivia después de once años de constantes superávits en la balanza comercial que fueron el factor determinante para que las reservas internacionales netas del país hubieran llegado a superar los 15.500 millones de dólares en noviembre de 2014», sostuvo.

Según Rodríguez, estas son «malas noticias para el país» porque significan que «el sector externo no está generando ya los excedentes que alimentaban» a las reservas internacionales que, agregó, en 24 meses han caído en alrededor de 5.000 millones de dólares.

Entre enero y noviembre de este año, las exportaciones bolivianas cayeron un 19,5 % con respecto a similar periodo de 2015, al pasar de 8.259,3 millones de dólares a 6.651,8 millones, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).

Esta caída se explica sobre todo por el sector de hidrocarburos, que bajó un 46,9 %, de los 3.715 millones de dólares registrados en los once primeros meses de 2015 a 1.971,8 millones en el mismo periodo este año.

El problema fue la baja en el precio del gas natural que se exporta a Brasil y Argentina y que está indexado al del petróleo, que este año llegó a descender hasta los 26 dólares por barril.

Las importaciones disminuyeron un 13,5 %, al pasar de 8.768,1 millones de dólares entre enero y noviembre del año pasado a 7.586,8 millones en el mismo periodo de 2016.

Pese a esa disminución, las compras fueron superiores a las ventas y, según proyecciones del IBCE, el déficit comercial boliviano llegará al menos a los mil millones de dólares este año.

Según Rodríguez, estos datos han dejado expuesto un factor que es «tremendamente preocupante» para el país, que es la falta de competitividad en varios sectores exportadores.

Lamentó que el incremento de las importaciones haya golpeado a sectores como el forestal, de textiles y los productores de maíz.

En una entrevista con Efe, el ministro de Economía, Luis Arce, justificó la existencia del déficit comercial en que, al margen de la caída de las exportaciones, «Bolivia sigue invirtiendo» y una buena parte de esas inversiones «se va a la compra de bienes de capital, bienes intermedios» y suministros para las industrias.

Las autoridades bolivianas son optimistas respecto al comportamiento de la economía en 2017 por la recuperación de los precios de las materias primas y la continuidad de sus políticas en las que el Estado tiene un mayor protagonismo.

Sin embargo, Rodríguez consideró que el panorama para el comercio exterior boliviano «no es halagüeño».

El pronóstico del IBCE para 2017 es «reservado» por tres factores, uno de ellos es la posible «guerra comercial» y devaluaciones que podrían desatarse si el presidente electo de EE.UU., Donald Trump, pone en práctica las medidas económicas proteccionistas y de política monetaria que anunció en campaña.

Un segundo factor es que si China tiene problemas para ingresar al mercado estadounidense, sus productos «inundarán» otros mercados, entre ellos Latinoamérica, lo que implica mayor competencia, menores precios y, en caso de que el país asiático disminuya su producción, también significará una caída de los costes de las materias primas.

El tercer elemento es la salida del Reino Unido de la Unión Europea, que podría tener consecuencias en la relación bilateral con el bloque europeo, por ejemplo, en cuanto al futuro del Sistema Generalizado de Preferencias (SGP) arancelarias que favorece a las exportaciones bolivianas.

Aunque la economía puede seguir creciendo en base a la inversión pública, hay que tener en cuenta que la misma «se está financiando con deudas» y lo deseable sería que «haya menos endeudamiento del país y que haya más movimiento del sector privado», agregó. (28/12/2016)